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Belén Luque: “Nos gustaría que la gente pueda viajar a cuando se construyó la Catedral de Jaca”

La directora del Museo Diocesano de Jaca empezó a aplicar sus conocimientos en el territorio creando un inventario de iglesias y ermitas

Belén Luque, en el jardín interior del Museo Diocesano de Jaca.
Belén Luque, en el jardín interior del Museo Diocesano de Jaca.
R. G.

La directora del Museo Diocesano de Jaca, Belén Luque, estudió Historia del Arte en Madrid y empezó a aplicar sus conocimientos en el territorio creando un inventario de iglesias y ermitas de la Jacetania. Luego, fue guía turístico en el Monasterio de San Juan de la Peña, antes de ponerse al frente del museo en su reapertura de 2010, dotándolo de prestigio a nivel nacional e internacional, y logrando la medalla al mérito civil que le entregó el rey Felipe VI. La jaquesa es una de las voces más autorizadas en lo relativo a conservación y divulgación del patrimonio de la Diócesis de Jaca.

¿Qué supone el Alto Aragón para usted?

-Todo. Es el lugar al que siempre quieres volver. Cuando volvía de Madrid, veía el cielo con las estrellas. Era muy especial el paisaje. Además, el patrimonio que tiene la zona. Poder desarrollar mi profesión en mi tierra y que mi hijo pueda crecer aquí es lo más. No puedo pedir más.

¿Los oscenses nos creemos el potencial de nuestro arte románico?

-En los últimos años se ha hecho una gran labor tanto desde el punto de vista del arte románico, como del resto del patrimonio o el Camino de Santiago, pero todavía no somos conscientes del potencial que tiene nuestro territorio y de la importancia económica del turismo cultural, que no va solo a Huesca o Jaca, sino que busca pueblos y sus gentes pueden tener oportunidades a través del turismo.

¿Se nos valora más en el extranjero?

-Sí. El turismo francés, que es muy importante para todo el Alto Aragón, valora mucho más el románico que nosotros.

Tres espacios culturales de la provincia que aconseja visitar.

-La Catedral de Jaca, con el Museo Diocesano. San Juan de la Peña. Son centros donde se creó la historia de Aragón. Y San Pedro de Siresa, origen del condado de Aragón. Es un lugar emblemático, poco conocido y explotado. También me quedo con los pueblos que los acompañan. Santa Cruz de la Serós es precioso, como Hecho y Ansó. La historia no es solo el patrimonio, también las tradiciones, cómo se vivía en esos pueblos, las leyendas…

Una celebridad a la que invitaría al museo.

-Alguna que nos diera mucha publicidad, pero tan importante como las visitas de protocolo son la de quien quiere conocer la colección o la de aquel que no está familiarizado con el románico y elige el museo para empezar. Fue muy especial la visita de un señor que se aficionó al románico por un sello de Navasa, creo que de los años 60. Ya jubilado, vino al museo y pudo encontrarse con la pintura que le hizo amar el románico.

¿Hacen falta más directoras de museo?

-Hacen falta más profesionales, sean mujeres o no. Ahora, coincidimos la directora del Museo Diocesano de Huesca y la subdirectora del de Barbastro. Antes, muchas estudiaban historia o historia del arte, pero no llegaban a cargos de importancia, pero ahora es natural. Hace 13 años, cuando la Diócesis de Jaca apostó por una dirección laica en el museo, fue tremendamente moderno.

La reapertura del museo cumple 13 años el 9 de febrero.

-El museo aún tiene mucho que dar. Su éxito es de los que en los años 60 reunieron la colección en Jaca al ver que no se podían mantener las piezas en los pueblos, porque quedaban despoblados. Gracias a ellos, se formó una colección maravillosa. Trabajar en un museo con una base tan buena es fácil. Tenemos que seguir difundiéndolo y hacer que cada visitante salga contento.

De las piezas menos conocidas, ¿cuáles recomienda?

-Las rejas románicas. Cuando ves la importancia de la reja de Iguácel, con su decoración; la de la Catedral, que se conserva in situ, o la del refectorio, llaman mucho la atención. También son muy queridas las tallas o vírgenes románicas. Son serias y hieráticas, pero sonríen cuando vuelven unas horas a sus pueblos.

De cara al futuro, ¿cómo casan el arte románico y las nuevas tecnologías?

-Fenomenal. Estamos trabajando para introducir nuevas tecnologías en el museo, la Catedral y algunos pueblos. Nos gustaría viajar a final del siglo XI, cuando se construyó la Catedral y la recorría doña Sancha, ese gran personaje al que tanto admiro. Es muy importante que el patrimonio lo conozcan los expertos, pero lo es más que llegue al público y que las familias se puedan poner unas gafas 3D y hacer ese viaje a hace 1.000 años. Es el gran objetivo que tenemos para 2023. Si no lo consiguiéramos con una subvención europea, trataríamos de otro modo de poner en marcha ese gran proyecto.