Jacetania

COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

Los habitantes de Berdún se vuelcan con el Carnaval de los Zarrapatrosos

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Vista general de la plaza Santa Eulalia donde se concentrarán el público, la batukada de Ansó, los zarrapatrosos y los 'cubres'.
Vista general de la plaza Santa Eulalia donde se concentrarán el público, la batukada de Ansó, los zarrapatrosos y los 'cubres'.
S.E.

Después de un tiempo dormidos, este invierno despiertan de nuevo. ¡Salid todos y mirad, que por allí vienen rondando! Son amigos del fuego, la ceniza y el carbón. Como su nombre viene de zarpa, vigilad siempre las manos y no esperéis de ellos una sonrisa, porque solo intentarán mascararos”.

A pesar de esta socarrona advertencia, Berdún aguarda con los brazos abiertos a cuantas personas quieran pasarlo en grande este sábado en el Carnaval de los Zarrapatrosos, su fiesta pagana por excelencia, cuyos orígenes se pierden en el tiempo, aunque hay constancia de que se celebró en los años 30, siendo luego prohibido en época franquista. El impulso de los jóvenes y los recuerdos de los más mayores trajeron de vuelta esta cita, que afronta su tercera edición moderna, tratando de igualar o superar el éxito cosechado en 2019 y 2020, antes de la pandemia.

El letargo al que se vieron sometidos los personajes del carnaval (Carnestolendas, el Mulato, el pregonero, los ‘cubres’ y los zarrapatrosos) no ha hecho sino avivar las llamas de la ilusión en Berdún, que se volcó con la recuperación de esta tradición, consiguiendo implicar a buena parte del pueblo en los distintos prolegómenos: desde la elaboración de los disfraces a la preparación de la cena popular, pasando por la lectura del romance.

La jornada festiva pone de relieve el dinamismo de Berdún, un municipio que no es ajeno al fenómeno de la despoblación, ya que en 1970 contaba con 745 habitantes (según los censos de población del INE) y ahora reúne a 350, entre el núcleo principal y sus pedanías de Biniés, Villarreal de la Canal, Martes y Majones, a las que cabe sumar el despoblado de Huértalo.

Tradición y confraternización

El espíritu del Carnaval de los Zarrapatrosos convierte a Berdún en un punto de encuentro y diversión para los habitantes de la Jacetania, consiguiendo atraer con frecuencia a ciudadanos de Jaca, Hecho, Ansó, Bailo o Artieda, aunque son los propios vecinos quienes marcan esta fecha en rojo en su calendario y tratan de no perderse el evento, salvo causas de fuerza mayor.

Un buen ejemplo es Eulalia Cirés, “nacida en Berdún y criada aquí hasta los 18”, cuando tuvo que ‘volar’ para continuar sus estudios. Ahora vive fuera, aunque “cerca”, y forma parte de “esa diáspora rural que mantiene el vínculo”, como una forma de honrar su memoria familiar. “Mis padres y mis abuelos eran del pueblo. Entonces, tengo un sitio al que volver y eso hace que esté más implicada”, ha explicado.

Tanto la propia joven, como otras chicas que viven fuera, dedicaron tiempo a coordinar reuniones, adecuar los disfraces, difundir el evento en redes sociales o acordar la incorporación de vasos reciclables, entre otras muchas tareas que implica un evento de este tipo, ante el que “al principio la gente estaba a la expectativa”, pero en los últimos días se empieza a mostrar llena de entusiasmo.

“Hay muchas ganas de volver a celebrar el carnaval. Es una fiesta que está todo el día en la calle y genera un gran ambiente”, destacó Eulalia. La cita reúne a los participantes en la parte del pueblo y a las 19 horas comenzará el pasacalles con la batukada Truka Saka Laka de Ansó, haciendo parada en varias casas para contar la historia de Carnestolendas (una persona elegante que aviva la fiesta y quiere quemar el pueblo) y el Mulato (un tipo de ruda apariencia que advierte del peligro y al principio es desoído por la población).

Antes del animado pasacalles, “hay un momento muy emocionante”, que es la lectura del romance a cargo de una persona mayor, en lo que viene a ser una fusión del carnaval y el domingo de piñata, “como homenaje a las tradiciones” y a los antepasados del pueblo, que en su juventud aún “llegaron a celebrar esta fiesta de forma escondida durante los años de la dictadura”.

Un regalo para los más mayores

“Algo que nos lleva a seguir organizando el carnaval es la ilusión con la que se recuerdan los últimos que se hicieron. 80 años después, volver a sacar una sonrisa a los que lo vivieron es algo que te llena”, ha comentado Andrés Esclarín, concejal de Cultura de Berdún y uno de los vecinos que impulsó el renacimiento del evento, que en 2019 y 2020 “gustó mucho a mayores y jóvenes, a vecinos y a forasteros, a todo el mundo en general”.

“Este año costó reactivar a la gente después de un letargo de tres años sin organizar nada, pero en los días previos el pueblo se está volcando. La fiesta propia siempre es la que más esperas y con más ilusión vives”, ha continuado, destacando que “para nosotros, el carnaval tiene ese toque sentimental de volver a hacerlo después de tantos años”.

Durante el Carnaval de los Zarrapatrosos hay espacio para dos romances. Uno de ellos se leerá al principio -dando inicio a la fiesta- y cuenta la historieta que se recitaba con un carro por las calles en el antiguo carnaval, mientras que el otro representa la historia del Mulato y Carnestolendas, siendo una incorporación realizada al retomarse el festejo. Dicha historia es leída por el pregonero en cada uno de los cinco puntos establecidos, que son la plaza del Castillo (al inicio de la ronda), la panadería, los porches del barrio bajo, la plaza Santa Eulalia y la plaza del Castillo (al acabar la ronda).

Andrés Esclarín interpretará la figura del pregonero. “Dar vida a uno de los tres personajes individuales del carnaval es algo que me hace ilusión, ya que desde el día que se retomó la fiesta he estado volcado con ella”, dijo el joven, que desempeñará este rol por primera vez. De hecho, “la idea es que los personajes vayan cambiando año a año, para que todos sintamos esa experiencia alguna vez y nos vayamos creyendo cada vez nuestro carnaval”.

Este año, la organización apostó por “reducir la teatralización a nivel de calle para centrar la atención en la narración desde los balcones”, como ha adelantado el concejal, asegurando que “tiene un encanto especial esa ruta teatralizada”, durante la que la mayor parte del pueblo hace de zarrapatroso (vestidos con sacos y la cara manchada de negro) o de ‘cubres’, “el personaje tan característico que protagoniza el cartel de este año” y cuyo atuendo consiste en cubrirse con la cubierta de la cama para evitar ser reconocido.

La ambición de los vecinos de Berdún es que su carnaval tradicional “llegue a ser un atractivo turístico”, como sucede en otros pueblos del Pirineo oscense como Bielsa, Torla o Broto, pero por el momento “lo más importante es que todo el mundo que acuda disfrute, se disfrace de zarrapatroso o ‘cubre’ y vuelva al año siguiente”.

Banquete montañés

Aunque la fiesta concluirá bien entrada la madrugada al son de la discomóvil Osmo Show, el otro momento culmen del Carnaval de los Zarrapatrosos será la cena popular que habrá a las 21 horas, abierta al público y amenizada por el concierto de Los Bufacalibos de Biella Nuei, cuya música encaja como anillo al dedo en el ambiente de tradición y confraternización.

En la cena popular es clave la implicación de la sociedad de cazadores, que ayer viernes empezó a elaborar el banquete. “Los otros años se hicieron unas 380 raciones y este año se prepara comida como para 500 o 550 personas”, ha explicado Javi Borau, miembro de dicha sociedad y vecino de Berdún, donde lleva “viviendo toda su vida”. Su madre y su padre residían en el entorno y se trasladaron al municipio hace unos 35 años.

La cena popular va a consistir en “unas migas aragonesas que (este sábado) harán los vecinos que tienen más costumbre”, “un guiso de jabalí del que se encarga la sociedad de cazadores y que se deja preparado el mismo viernes” y “un bizcocho que también prepara la gente del pueblo”. Todo ello servirá para reponer fuerzas después de un pasacalles en el que el joven será protagonista.

Javi Borau se encargará de interpretar al Mulato, “un personaje de malas apariencias”, al portar cuernos y pieles, y que, sin embargo, “representa al bien”. De hecho, Berdún decide nombrarle ‘hijo predilecto’ cuando salva la villa de ser quemada por Carnestolendas, al que los vecinos apresan y condenan a la hoguera. Sin embargo, todo apunta a que conseguirá escapar del fuego y volverá a las andadas en febrero del año que viene.