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María José Piñeiro: "Todas las manos pueden ayudar a construir un mundo mejor"

Originaria de Toledo y jaquesa de adopción, se instaló en Jaca hace 33 años y es la presidenta de la delegación local de Manos Unidas 

María José Piñeiro.
María José Piñeiro.
Ricardo Grasa

Manos Unidas lleva más de medio siglo luchando contra el hambre. ¿Algún día se acabará con este problema?

—La primera Campaña contra el hambre fue en 1960 y fueron unas mujeres de Acción Católica, que decían ‘Sabemos y queremos que se sepa que existen soluciones de vida y que, si la conciencia mundial reacciona, dentro de algunas generaciones las fronteras del hambre habrán desaparecido’. Han pasado más de 60 años y seguimos luchando. Hay demasiados intereses para que se termine el hambre.

El lema de la campaña del año pasado fue ‘Nuestra indiferencia los condena al olvido’. ¿Le preocupa la insensibilidad o el desinterés de la sociedad?

—Sí, me preocupa y mucho. Es el peor de los castigos a los que podemos someter a un ser humano: saber que necesita nuestra ayuda y pasar de largo. No podemos seguir ignorando la dura realidad que viven millones de personas en el mundo.

Hay quienes recelan de las grandes organizaciones solidarias. En este sector, ¿haría falta mayor transparencia?

—Desde Manos Unidas, todos los años se publican los datos de su campaña, analizados por una auditoría externa (disponible en la web) y se rinde cuentas a todos sus socios. La transparencia en su gestión es un aval.

A palabras necias, ¿oídos sordos, la otra mejilla o mamporro dialéctico?

—Oídos sordos. No hay que hacer caso y más cuando vienen a provocarte.

¿Cuál es la excitación que más le irrita?

—Ver a la gente reñir por cosas sin sentido, cuando hay cosas mucho más importantes.

¿Qué es lo que le gusta exprimir hasta la saciedad?

—El tiempo para mí es muy importante y es limitado. Intento exprimirlo lo más posible. La vida pasa muy rápido y no hay que perder el tiempo en cosas que no te llevan a nada. Hay que seguir trabajando por conseguir un mundo mejor.

Conociendo la dedicación altruista de tanta gente, ¿es frustrante que siga habiendo millones de personas que no tienen cubiertos sus recursos básicos?

—Pues sí que es frustrante. Actualmente, hay más de 800 millones de personas hambrientas.

¿Somos más o menos solidarios que antes de la pandemia?

—Un poco más solidarios, pero la situación de la sociedad española en estos momentos no es la mejor y eso se nota mucho en los donativos, que no son tan generosos, pero la esperanza no se pierde.

¿Por quién doblan las campanas? (Un recuerdo en positivo).

—Un bonito recuerdo es mi viaje de formación a Ecuador a visitar proyectos de Manos Unidas. Allí vimos en primera persona que nuestro esfuerzo tiene una recompensa y es la felicidad de familias que mejoraron su calidad de vida, gracias a la ayuda prestada por Manos Unidas.

Según el psicólogo estadounidense Howard Gardner, no hay buen profesional que sea mala persona. ¿Conoce a alguno para contradecirle?

—No es lo mismo ser buena persona y buen profesional. Puedes ser un médico brillante y pésimo como padre o pareja y al revés. Lo ideal sería ser buena persona y además buen profesional.

Dime con quién te juntas y te diré quién eres. ¿Hace un casting para seleccionar a sus amistades?

—No. Hay personas con las que se tiene más feeling, pero me suelo llevar bien con todo el mundo.

¿Orgullo altoaragonés y/o cosmopolitismo planetario?

—No soy altoaragonesa de nacimiento, aunque llevo 33 años en Jaca y estoy muy orgullosa de vivir aquí. Cosmopolita tampoco soy. Ya me gustaría viajar más y conocer más mundo.

Si los Reyes de Aragón vieran el panorama (mundial), ¿cree que retornarían a su reposo eterno a la velocidad del rayo?

—Supongo que se adaptarían y no perderían la oportunidad de disfrutar de este momento.

¿A quién le daría el premio nacional de gastronomía altoaragonesa?

—Me gusta mucho el dulce y se lo daría a la Pastelería Vincelle. Siempre que voy allí no sé qué elegir. Todo lo que tienen me parecen buenísimo.

¿En qué trabaja Manos Unidas en Jaca?

—En un proyecto en la India, en la ciudad de Varanasi. Allí malviven y trabajan miles de niños y niñas huérfanos, abandonados. La mayoría se dedica a la recogida y venta de basura. Alguno consigue trabajo vendiendo agua o jabón. La mayoría son analfabetos y piden limosna y comida. Sufren la exposición permanente a enfermedades, mafias, tráfico de drogas, abusos sexuales, redes de prostitución… Este proyecto consiste en el rescate y la reinserción de estos niños/as vulnerables, acogiéndolos en un centro de escolarización, formándolos en costura, mejorando sus condiciones sanitarias. Se van a beneficiar 340 niños/as.

Jaca celebra el mercado solidario en diciembre. En esta zona, ¿somos menos solidarios en verano?

—En verano no nos dan la opción de hacer un mercadillo solidario. No podemos comparar.

¿De qué manera se puede colaborar con Manos Unidas en Jaca?

-Como socio con donativos o dedicando tiempo como voluntario. Hago un llamamiento para que nos echen una mano. Necesitamos muchas manos unidas, porque todas las manos suman, cuentan y pueden ayudar a construir un mundo mejor.