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Manolo Lasala: “Me siento jaqués de pro y llevo con orgullo hablar de mi ciudad”

Fue concejal, gerente de Acomseja y uno de los fundadores de la peña Enta Debán, con la que se impulsó el cortejo histórico del Primer Viernes de Mayo

Manolo Lasala, en su casa de Jaca.
Manolo Lasala, en su casa de Jaca.
R. G.

Casado con Mª José Betés desde 1992 y padre de una hija, Paula, que llegó al mundo en 2002, Manolo Lasala nació el 3 de agosto de 1960 en Jaca, donde vive y empieza a vislumbrar su jubilación tras una trayectoria marcada por el amor a su tierra y la vocación por el asociacionismo.

Al acabar Bachiller, se fue a Zaragoza y comenzó a estudiar Químicas, regresando a Jaca y accediendo al mundo laboral. “Estuve en la empresa de automoción de mi familia hasta que decidí salir y me fui a Huesca a vivir diez años, trabajando con los seguros. Cuando a mi padre le dio un ictus, volví a Jaca y seguimos unos años con la empresa, que pasó a ser de porta-vehículos, por lo que había que viajar mucho”.

“Busqué trabajo y Víctor Barrio, que empezaba con Acomseja, sabía que tenía el perfil empresarial y entré como gerente”, continuó Manolo, que encajó como anillo al dedo en el colectivo creado en 2006. “Siempre me gustó el asociacionismo y Acomseja pretendía asociar el tejido empresarial de la Jacetania. El proyecto lo tomé como mío y no libraba ni fines de semana. Mi obsesión era tener el mayor número de socios y de 80 pasamos a 300, visitando empresa por empresa”, dijo el jaqués, que estuvo 14 años en Acomseja. Cada año “se hacían 20-25 campañas, poniendo en valor actividades que cuajaron como el concurso de tapas o el comercio en la calle”.

En 2016 le detectaron leucemia y pasó “una mala época”. “A base de quimio pude salir y gracias a Dios estoy bien. Siempre he sido una persona muy positiva, de tirar para adelante. De eso vienen la mayoría de cosas que he hecho”, indicó Manolo, que tiene un gran apego por sus raíces. “Me siento jacetano de pro y llevo con orgullo hablar de mi ciudad”.

Siguiendo su afán asociativo, en 1981 fue uno de los padres de la Enta Debán, primera peña de Jaca. Nació para “aglutinar a los jóvenes y forzar al Ayuntamiento a montar el consejo sectorial de Festejos”. “La implicación de las peñas es fundamental en las fiestas”, dijo, “con el orgullo de empezar con una cuadrilla de 20-25 amigos y que ahora sean 700 personas”.

“Al montar la peña, me paró Lorenzo Echeto (entonces presidente de la Hermandad del Primer Viernes de Mayo) y me dijo ‘tenemos un problema, el cortejo histórico se nos va al garete’. Me preguntó si me lanzaría con gente joven para sacarlo. Hablé con la peña, la Hermandad puso de su parte y con el Ayuntamiento nos trajeron vestimentas. El primer año salimos 15-20 personas”.

“A raíz de ello, Alfonso Gracia (entonces presidente de la Sangre de Cristo) nos dijo que no había gente para sacar el Cristo de Biscós y el Santo Sepulcro, pidió que echáramos una mano desde la peña y muchos se hicieron hermanos”, continuó Manolo, que sacó el paso de la Cama 15 años, fue secretario de la hermandad y es su presidente.

Asimismo, presidió la Junta de Cofradías de Semana Santa de Jaca, “consiguiendo una serie de logros”, como ser Fiesta de Interés Turístico de Aragón desde 2011. Al ex alcalde Enrique Villarroya le presentó “un gran proyecto” y “se firmó un convenio que permitió restaurar 8-9 pasos, gastando un dinero que hacía falta para conservar ese patrimonio”. Con ayuda de varios ayuntamientos “se dignificó el local de pasos” y “se reflotaron varias cofradías, logrando un ‘boom’ del bombo y el tambor”.

Manolo fue concejal en el último mandato de Armando Abadía (91-95), “cuando se viajó a la Expo 92 de Sevilla y a Birmingham (Inglaterra), donde se decidió la Olimpiada de Nagano (Japón) del 98”, a la que aspiraba Jaca. “Esos cuatro años fueron importantes porque Cristóbal Sánchez y Amadeo Bergua me enseñaron a navegar por la política”, recordó el jaqués, que vivía en Huesca y “venía a diario”.

“Me siento orgulloso de participar en el gobierno de la ciudad. Lo que he hecho es colaborar con el que me lo ha pedido. Siempre que fuera por Jaca y para Jaca, yo feliz”, dijo, en víspera de una nueva etapa. “Me jubilo en agosto, pretendo seguir haciendo cosas y algo me han propuesto, pero tengo que contar con la salud, porque, aunque ya no tenga leucemia, noté un bajón físico. De cabeza estoy bien y ganas las tengo todas”, agregó.

“Al quedarme en Jaca, me involucré en todo lo que pude. He trabajado en muchas cosas y ayudado a la gente a asociarse, haciendo bueno el lema de que todos unidos vamos hacia adelante”, dijo, confesando “momentos de flaqueza, sentirte solo y querer tirar todo por la borda, pero siempre alguien te anima a seguir adelante y entro al trapo”.

“He intentado ser lo más correcto posible. Cometí fallos y que me perdonen aquellos a los que les han podido afectar. Los aciertos también han estado y me fijo más en ellos, porque llevaron a gente a tirar adelante y que las cosas se mantengan en el tiempo y prosperen”.