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Espectáculo migratorio de las grullas por la alberca de Alboré

Más de 40.000 aves de esta especie han pasado por este importante humedal y han sido avistadas por unas 650 personas durante dos maratones ornitológicos

Espectáculo migratorio de las grullas por la alberca de Alboré
Espectáculo migratorio de las grullas por la alberca de Alboré
P.V.

Un total de 647 personas han disfrutado del paso de 43.000 grullas por la alberca de Alboré, en Montmesa, dentro del municipio de Lupiñén-Ortilla, durante los maratones ornitológicos que se realizaron en los fines de semana del 23 y 24 de febrero y el 3 y 4 de marzo, con un interés creciente de los visitantes y una mayor sensibilización para conocer más sobre estas aves migratorias.

Según el responsable del Centro de Interpretación de la Alberca de Alboré, Pablo Vallés, este interés este año ha traído visitantes de Zaragoza, Navarra y otras comunidades autónomas, además de Francia. "Al ser unas aves tan grandes, con sonoridad y que se dejan ver fácilmente, las grullas no solo atraen a expertos sino a público que no tiene por qué serlo", destacó.

En este sentido, resaltó que la grulla "permite poner en valor el espacio de la alberca como ecosistema y humedal".

Este año se ha dado la circunstancia de que se han realizado dos maratones ornitológicos. El del 23 y 24 de febrero se desarrolló de 8 a 20 horas.

Sin embargo, el segundo, comprendido entre el 2 y 3 de marzo, se realizó entre las ocho de la mañana del sábado 2 hasta las 20 horas de domingo 3 de forma ininterrumpida.

Una de las anécdotas es que el seguimiento nocturno de las grullas tuvo como aspecto destacado los sonidos que emitían estas aves. "Desde que se hace de noche hasta que las grullas se quedan en silencio absoluto pasan por lo menos dos horas. De repente, la intensidad del sonido va bajando hasta que se hace el silencio", explica Vallés en relación a las 7.000 aves que en ese momento se encontraban en el humedal.

"A las doce de la noche observamos que se hacía el silencio y de repente notamos que subía un poco la intensidad y volvía a bajar", detalló.

No fue hasta las cinco y media de la madrugada, comenta Vallés, "cuando hubo algo que les molestó por la algarabía que se montó". Explica que desde el observatorio es posible distinguir a las grullas cuando vuelan o cuando están posadas, "al emitir un sonido diferente", explica el responsable del Centro de Interpretación de la Alberca de Alboré.

Después, a las 7:20 de la mañana del domingo 3, "las grullas empezaron a salir del agua y se colocaron en los campos de despegue fuera del agua", precisa Vallés. Fue allí cuando las aves se quedaron hasta las diez y media de la mañana, momento en el que salieron en migración hacia el norte de Europa. "En esa espera, las grullas se acicalan y esperan a que el sol caliente la tierra y se formen las corrientes térmicas, para iniciar la migración", detalla el responsable del centro de interpretación de Montmesa quien indica que al menos cien personas presenciaron este momento tan espectacular en el que salieron más de 10.000 grullas de la alberca de Alboré.

Se contabilizaron un total de 20.000 grullas durante el primer fin de semana y 23.000 en el segundo. "Han sido dos fines de semana espectaculares, sobre todo con las salidas de las grullas", subrayó.

"Este año y debido a unas condiciones meteorológicas tan favorables porque no hacía viento del norte, muchas de las grullas de Gallocanta han pasado por el Pirineo navarro en lugar de desviarse por el Pirineo aragonés, pero aún así hemos tenido muy buen paso por Aragón", explica.

Como característica propia de este paso de las grullas, comentó "que este año la gente ha visto menos grullas sobrevolando la ciudad de Huesca porque no ha hecho cierzo. La migración ha coincidido con días donde ellas no tenían que cruzar por Huesca sino que se dirigían rectas y no tenían que desviarse por el aire", explicó el responsable del Centro de Interpretación de la Alberca de Alboré. Las grullas, dijo Vallés, "esperan a que no haga cierzo y se formen las corrientes térmicas para coger mucha altura y así poder cruzar los Pirineos".

Las formaciones en V tan características que ilustran la migración de las grullas "responden a una cuestión aerodinámica. Delante de la flecha van a ir colocados siempre los adultos, que son los que van a recibir el golpe del viento y van a relevos. En el final, van a dejar a los pollos que nacieron el verano pasado en el norte de Europa", explicó Pablo Vallés.

De esta especie destacó que "es un ave muy sociable, al vivir siempre en núcleos familiares y viajan siempre en cientos y miles de grullas".

Durante estas dos jornadas, muchas personas preguntaron por el trayecto de las grullas, que en estos momento se dirigen al norte de Europa y cuando regresan lo hacen hasta Extremadura. Esta migración, matizó, "coincide con el periodo prenupcial como resultado de la hormonas que provoca el sol, entre el 20 de febrero y el 5 de marzo".

El descenso en otoño, "se produce porque las horas de luz solar en el norte se hacen muy cortas por lo que necesitan bajar hacia el sur", señaló Vallés.

En cuanto al desarrollo de los dos maratones ornitológicos, "el espectáculo en sí ya gusta y he pretendido que la gente entendiera qué es lo que estaba viendo". Así describió las explicaciones a los visitantes en momentos como en el que las grullas cogían corrientes térmicas, por qué tomaban un dirección y no otra cuando salían de Montmesa, o por qué unas veces iban por el cañón del Gállego y otras veces por el castillo de Loarre.

Los participantes también pudieron conocer que durante la migración "las grullas no se alimentan porque vienen con reservas de grasa al haber pasado todo el invierno comiendo".

Con este tipo de explicaciones, el interés por comprender el comportamiento de las grullas crece cada año entre todos los asistentes. El objetivo, según Vallés, "es que la gente entienda mucho más sobre estas aves". Al final, "se pretende educar y sensibilizar a la gente en el respeto a una especie tan emblemática".

Apenas hubo incidencias en la observación salvo un fotógrafo que se acercó más de la cuenta o un parapentista. "Hay que entender que algunas grullas van a realizar un viaje migratorio de 4.000 kilómetros en unos días", resaltó Pablo Vallés.

También subrayó la mayor sensibilidad de la gente joven por la naturaleza en general, que han traído a sus padres a la alberca para observar a las aves con prismáticos.

Al final, la población de grullas ha crecido en Europa, lo que según Vallés "es un orgullo y significa que hemos sabido salvar una especie a punto de extinguirse".

Del resto de las jornadas, destaca este domingo la X Marcha Cicloturista BTT; el 16 habrá un itinerario medioambiental por el sendero verde (10 horas) y la charla "Etología de las grullas en la alberca de Alboré", por Pablo Vallés, en el local social de Montmesa. El 17 de marzo será el concurso de tapas, el 23 se proyectará una película, el 24 itinerario medioambiental y el 31, excursión vecinal.