La Hoya

exposición

El Museo Taller Textil de Triste muestra la historia de sus telares

Las máquinas pueden verse hasta el último fin de semana de agosto mediante visitas guiadas

Marie Nëlle junto a las máquinas de telares que se encuentran en el Museo Taller Textil de Triste.
Marie Nëlle junto a las máquinas de telares del Museo Taller Textil de Triste.
Eugenio Mateo

Marie Noëlle dejó de vender marcapasos en Barcelona para tejer y teñir telas a orillas del embalse de La Peña. Cambió el bullicio por “un montón de telares”, comenta la dueña, lo que les hizo pasar “de un estrés a otro estrés. Pero este era agradable no agotador”, añade.

En el silencio de su nueva casa solo se colaba el ruido de los telares funcionando, pero ahora, las máquinas de madera que construyó su marido, ya no están siendo utilizadas por ninguna persona.

Desde hace siete años, forman parte del Museo Taller Textil de Triste, que retiene el recuerdo de telas bañadas y clases de tejeduría con las que los alumnos de Marie parecían viajar en el tiempo. “No lo echo de menos porque está al lado de mi casa. No he abandonado el mundo textil”, comenta Noëlle.

Hoy, su taller está más parado y quizá eche de menos que tantas manos pasen por él. Pero el patrimonio construido por Pepe Granados, marido de la dueña, lo cuida el Ayuntamiento de Las Peñas de Riglos.

Hasta el último fin de semana de agosto, está abierto a los ojos de todos los curiosos que se quieran acercar a este rincón próximo a Los Mallos y aprender de los telares de Marie en una visita guiada y gratuita. Aunque, “el resto del año, si hay alguien interesado, se lo puedo enseñar yo”, comenta Merche Cirés, concejala cultura de Las Peñas de Riglos.

El centro se llama Museo y Taller “porque Marie no quería que sonara viejuno”, indica Cirés. Y agrega que, “si alguien quisiera las cosas que hay ahí, se pueden usar. Si una institución nos dijera que quiere impartir cursos, también se podría hacer y el Ayuntamiento les alquilaría el recinto".

Hilo conductor

Triste nos permite hacer un recorrido histórico con esas enormes máquinas de coser como hilo conductor: “La exposición empieza por la réplica de telares neolíticos y luego se pasa al telar íbero. También hay un trozo de un telar que estaba en el antiguo orfanato de Huesca, que medía diez metros y es uno de los más antiguos de los que se tiene constancia: tiene más de 200 años”, detalla la concejala.

Y en el museo, también podemos reencontrarnos con nuestra identidad con la “joya de la corona”: el telar de tiro. Y es que, la ahora octogenaria que dedicó su vida a las telas, “replicó todos los dibujos que existían” de las colchas aragonesas que nacían de esos telares “que antes había en los pueblos” y ahora están en la localidad de Triste.