La Hoya

PALEONTOLOGÍA

Loarre pone al alcance del público la investigación sobre los dinosaurios

El laboratorio paleontológico, inaugurado ayer, combina la ciencia y la divulgación

Autoridades asistentes a la inauguración del laboratorio paleontológico atienden a las explicaciones.
Autoridades asistentes a la inauguración del laboratorio paleontológico atienden a las explicaciones.
Unizar

Los dinosaurios que campaban hace, nada más y nada menos, 68 millones de años por lo que actualmente es el municipio de Loarre dejaron una huella en forma de fósiles que hoy están recuperando e investigando un grupo de estudiosos, cuya labor puede observarse “en vivo y en directo” en el primer laboratorio paleontológico del Alto Aragón que ayer se inauguró oficialmente. En este centro, abierto al público desde agosto, se encuentran los más de sesenta huevos fósiles de dinosaurios encontrados en 2019 en esta zona del Prepirineo, que fueron excavados durante dos campañas en 2020 y 2021 por investigadores de las Universidades de Zaragoza y de Nova Lisboa.

La inauguración oficial de este espacio, a la vez científico y divulgativo, se ha llevado a cabo una vez completada su equipación. El centro, que funciona como una sección del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza y que gestiona el Ayuntamiento de Loarre, cuenta con una zona expositiva que invita a descubrir la importancia biológica del huevo, a conocer a los dinosaurios (en concreto a los saurópodos titanosaurios) que vivieron en Loarre hace 68 millones de años, así como las características naturales y ambientales de este territorio en aquel periodo. También recrea el descubrimiento y posterior excavación del yacimiento de Santa Marina, en la sierra de Loarre. Además, el visitante puede observar los primeros fósiles ya preparados en el laboratorio y acercarse a la zona donde trabajan tres investigadores.

Restos fósiles hallados en el yacimiento de la sierra de Santa Marina expuestos en el centro de interpretación.
Restos fósiles hallados en el yacimiento de la sierra de Santa Marina expuestos en el centro de interpretación.
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Así lo destacó ayer, en declaraciones a este periódico, el alcalde de Loarre, Roberto Orós, quien ejerció de anfitrión en el acto inaugural que contó con la presencia del rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral; la directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Marisancho Menjón; el diputado Roque Vicente (en representación de la Diputación de Huesca) y el vicepresidente de la Comarca de La Hoya, Enrique Novella.

El alcalde explicó que desde agosto han pasado por el Laboratorio Paleontológico de Loarre unas 2.000 personas. “Los propios investigadores que han estado en las investigaciones son quienes atienden al público”, señaló Roberto Orós, que detalló que desde el yacimiento se han trasladado grandes bloques excavados (de hasta 2.000 kilos de peso) hasta el centro, donde los visitantes puede observar cómo minuciosamente se van excavando los restos para su posterior estudio y análisis. “Es un espacio científico que la gente pude ver ‘in situ’”, indicó. Subrayó la oportunidad que además supone para Loarre este laboratorio para su promoción turística.

Exterior del Laboratorio Paleontológico de Loarre, un espacio gestionado por el Ayuntamiento.
Exterior del Laboratorio Paleontológico de Loarre, un espacio gestionado por el Ayuntamiento.
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El rector José Antonio Mayoral insistió en el compromiso de la Universidad de Zaragoza con todo el territorio de Aragón y mostró su satisfacción porque se pueda acercar la labor científica universitaria a todos sus rincones, en colaboración con sus pobladores. También enfatizó en el hecho de que se pueda crear riqueza y actividad económica a partir del conocimiento científico y el estudio del patrimonio. La directora general de Patrimonio de Aragón, Marisancho Menjón, se mostró segura del éxito de esta iniciativa y de que va a atraer un turismo de calidad interesado en la cultura y el patrimonio.

Los investigadores esperan ir recuperando más materiales de este yacimiento, que tiene varios kilómetros de extensión, según explican desde Unizar. Los huevos extraídos son esféricos y tienen unos 15 centímetros de diámetro, presentan un estado de conservación óptimo y se encuentran agrupados, sugiriendo la existencia de varios nidos. Un análisis preliminar apunta que pertenecen a dinosaurios saurópodos titanosaurios, unos herbívoros cuadrúpedos de largas colas y cuellos, que podrían alcanzar los 20 metros de longitud. “Se trata de dinosaurios del final del Cretácico”, explicó José Ignacio Canudo, “precisamente del último periodo de existencia de estos vertebrados terrestres”

-que desaparecieron en la gran extinción que puso final a la era Mesozoica-, lo cual, considera este científico aragonés, hace especialmente interesante este yacimiento.