La Hoya

SEGURIDAD VIAL

Riglos regula las zonas para aparcar con una tasa y tarjetas

Los vehículos que estacionen en los párquines deben pagar 3 euros. La medida es “disuasoria” ante los problemas para la circulación de emergencias

Una de las máquinas expendedoras de tickets para los aparcamientos situados en la entrada de Riglos.
Una de las máquinas expendedoras de tickets para los aparcamientos situados en la entrada de Riglos.
S.E.

El Ayuntamiento de Riglos pone en marcha este miércoles, de cara a los días centrales de Semana Santa, la regulación de los cinco aparcamientos públicos situados en la entrada del pueblo, consistente en el cobro de 3 euros por vehículo y el reparto de tarjetas entre vecinos y trabajadores del sector de la hostelería local para que puedan acceder el interior del casco urbano.

El alcalde de Riglos, Juan Torralba, explica que el Ayuntamiento ha adoptado esta fórmula, recogida en una ordenanza municipal, como medida disuasoria ante la avalancha de vehículos que reciben en épocas como Semana Santa y verano, y muchos fines de semana. La alta afluencia de visitantes ha provocado, en ocasiones, que las 400 plazas de las cinco áreas de estacionamiento se llenen y los vehículos que siguen llegando aparquen a ambos lados de la carretera de acceso al pueblo. En días así, se ha tenido que cortar la carretera y la Guardia Civil ha acudido para regular el tráfico.

No obstante, el alcalde aclara que cuando hay vehículos aparcados a ambos lados de la carretera, por la calzada escasamente cabe un tercer coche y los vehículos de emergencia como las ambulancias o los de bomberos no pueden pasar en caso de incendio o de que un vecino precise una ambulancia. Ante esta situación, apunta que era preciso buscar medidas disuasorias porque se trata de “un tema de seguridad” y niega que haya afán recaudatorio.

El Consistorio ha instalado dos máquinas expendedoras de tickets y contratado a una persona para las labores de información tanto de los estacionamientos como del entorno de Riglos y del resto del municipio. Además se encargará de facilitar el pago a las personas que no lleven metálico, así como del mantenimiento del entorno de los espacios para aparcar y de la limpieza de los WC públicos. Asimismo, se han pintado rayas amarillas para no aparcar en las calzadas. Por otra parte, se ha establecido una lista de tarjetas de diferentes colores. La tarjeta azul la tienen los coches que pagan el impuesto de circulación en el Ayuntamiento de Riglos. Estos vehículos pueden acceder al núcleo urbano y estacionar en las calles del mismo.

La tarjeta roja es para los vecinos del núcleo (dos tarjetas por cada casa) para estacionar en el parquin 4, el más próximo al pueblo. Y Las tarjetas amarillas se han distribuido entre los trabajadores de la hostelería de los establecimientos del pueblo.

El resto de visitantes deberán abonar la tasa establecida de 3 euros diarios. El alcalde reconoce que “no es una medida muy popular para los afectados, pero sí es muy demandada por la mayoría de los vecinos del pueblo. Además -insiste- creemos que es la única manera de regular la masificación que veníamos sufriendo”. Es precisamente esta concentración de vehículos que se produce en determinadas fechas festivas lo que llevó al Ayuntamiento a habilitar zonas de aparcamiento a la entrada del pueblo. El alcalde recuerda que “desde hace varios años hemos llegado en algunas ocasiones a estar desbordados hasta el punto de tener que cerrar el acceso en varias ocasiones, porque físicamente no cogían más coches”.

A ello, se une “el tema de furgonetas y autocaravanas”, ya que los párquines de Riglos “se han llegado a convertir en improvisados campamentos; y durante muchos años sin ningún servicio”. Tras la pandemia, el Ayuntamiento acondicionó una zona a la entrada del pueblo “con una pequeña fuente y un módulo de baños para que todos puedan coger agua, hacer sus necesidades y realizar una mínima higiene personal en un lugar digno. En ese momento ya acotamos la zona de pernocta de estos vehículos” a dos aparcamientos.

Posteriormente, con fondos propios acometió la construcción de un parquin más grande. Después de no pocas dificultades las obras se terminaron y lleva un año en funcionamiento. Y este último año, el Ayuntamiento ha elaborado y aprobado una ordenanza reguladora del estacionamiento, concluye el alcalde.