La Hoya

reportaje

“Los campanas eran un aviso de las cosas que pasaban en el pueblo”

Los bandeadores veteranos de Agüero, Vicente Ara y Luis Loriente, recuerdan de forma emotiva su antiguo oficio en la localidad

Vicente Ara, Luis Loriente y Víctor Borau, bandeadores de Agüero.
Vicente Ara, Luis Loriente y Víctor Borau, bandeadores de Agüero.
Jorge Viejo

CON GRAN EMOCIÓN y orgullo dos bandeadores veteranos, Vicente Ara y Luis Loriente, que conocen este antiguo oficio han disfrutado y recordado su labor de antaño con motivo de la recuperación de las campanas de la iglesia de El Salvador de Agüero y la recuperación de su característico sonido el pasado mes de agosto con motivo de las fiestas de San Roque.

Vicente Ara, de 78 años, y con un recorrido de más de 30 años de bandeador en la localidad de Agüero, se ha mostrado agradecido por la labor realizada por la Asociación Cultural e Histórica “Campanas de Agüero” para recuperar las cuatro piezas sonoras de: Santa Bárbara (mediana), Santa Quiteria, Santa María La Mayor (grande) y Santa María La Menor.

Campanas restauradas de Agüero antes de su colocación.
Campanas restauradas de Agüero antes de su colocación.
Amaury Cabrera

“Empecé a bandear desde los 15 años y me gustaba mucho hasta que se dejó de bandear”, explica Ara quien destaca que “hacía al menos 30 o 40 años que no se tocaban las campanas en Agüero” hasta que este año han culminado su recuperación y han podido tocarse durante la celebración de las fiestas patronales. “Estuve bandeando campanas hasta que hice la mili y subía siempre que podía a Agüero”, comenta Ara quien recuerda que en los inicios, “los jóvenes del pueblo subían al campanario para ver quién las volteaba más deprisa”. De allí, comenta, “salieron muchos bandeadores”.

Si bien señala que el mero hecho de realizar la actividad no revestía demasiadas complicaciones, la dificultad principal estribaba “en que el que llevaba la campana mediana era el encargado de llevar el bandeo mientras la grande era la que daba vueltas sin parar” por lo que “era necesario que estuvieran compaginadas”. Respecto a las dos pequeñas recuerda que “solo se utilizaban para repicar”.

De este modo, detalla, “si se desfasa tocan las dos campanas a la vez y no está todo compaginado” en unos momentos de antaño en los que recuerda que podría haber al menos 40 personas en el campanario.

Los momentos más señalados para tocar el bandeo de las campanas eran “cuando había una quema en el monte, en una casa, si se moría un joven se tocaba a mortisuelo”. De este modo, “las campanas eran un aviso de todas las cosas que pasaban en el pueblo” de modo “que se tocaba la misa, los domingos repicaban y entre semana se tocaba una campana pequeña”.

Recuerda que el hecho de bandear las campanas “era una actividad que me gustaba” pese a que ha sido una tradición y oficio que se ha ido perdiendo con el paso de los años. También participó para asesorar a los participantes en el curso de introducción al toque de campana impartido este verano en la localidad de Agüero. “Al final no pensé que iba a poder estar bandeando un rato con 78 años”, expresa. Para Vicente Ara, el hecho de que se hayan recuperado las campanas le gustó mucho y mostró su agrado al escuchar cómo tocaban las campanas los jóvenes bandeadores en el curso. “A la gente mayor de Agüero nos ha emocionado”, comentó.

En la misma línea de emotividad se expresó Luis Loriente, de 79 años, quien recuerda que “bandear era como una mayoría de edad” y durante bastante años participó en el bandeo de las campanas de Agüero. En este sentido, este oficio era habitual de un modo u otro en los jóvenes del pueblo. “Se bandeaba varias veces al año para Pascua, Corpus Christi aparte de las fiestas patronales” de la localidad.

Define que esta actividad “era como la manera de hablar que teníamos de niños y lo mantienes en mente”.

Tras recuperarse el conjunto de campanas de Agüero, explica Luis Loriente, “hemos vuelto a recordar aquello con una gran emoción, cariño e ilusión de que los jóvenes vayan sumándose, aprendan y se mantenga la forma de bandear, al ser distinta a la habitual”.

En este sentido, recalca Loriente, “normalmente se bandea empujando el mástil de la campana hacia afuera desde los lados y en Agüero (el bandeador) se coloca debajo de la campana y se va a buscar el mástil impulsándolo hacia dentro en vez de hacia fuera”.

La desaparición de las campanas, a juicio del bandeador veterano de Agüero, “forma parte de la España Vacía”. Recuerda que cuando era joven “las campanas eran importantísimas porque te avisaban de todo como cuando nacía o moría una persona, y había un montón de toques distintos que formaban parte de la comunicación de entonces junto al pregonero del pueblo”.

Respecto a la labor realizada para restaurar las campanas Loriente se expresa muy contento. “Se ha hecho muy bien porque se ha mantenido la misma madera que tenían las campanas y prácticamente son iguales pero limpias y restauradas por lo que para el pueblo ha sido un alegrón impresionante”.

En el curso “nosotros apoyamos a los que nos relevaban en el bandeo para saber cómo lo tenían que hacer y aportar nuestra experiencia”.

Subraya la labor de la Asociación Cultural e Histórica “Campanas de Agüero” para recuperar este antiguo oficio y a los que mostró su apoyo. “Espero que al final haya un relevo y el bandeo de campanas no se pierda y pueda mantenerse”.