La Litera

AYUDA HUMANITARIA

Llegan 36 refugiados ucranianos gracias a la iniciativa de un empresario de La Litera

El convoy ha llegado esta madrugada a Peralta de la Sal tras recoger en la frontera con Ucrania a diez madres con sus hijos e hijas y una anciana

Llegada del convoy a Peralta de la Sal con 36 refugiados.
Llegada del convoy a Peralta de la Sal con 36 refugiados.
S. E.

Treinta y seis refugiados ucranianos, la mayor parte mujeres con sus hijos e hijas pero también una anciana y su nieta, han llegado al Alto Aragón en la madrugada de este martes. Un convoy de seis furgonetas que partió el pasado viernes desde Binéfar hacia la frontera de Polonia con Ucrania ha regresado a La Litera, concretamente a Peralta de la Sal, donde el Santuario de San José de Calasanz, reconvertido en albergue y gestionado por religiosos escolapios, dará asilo a estas personas. La iniciativa surgió del empresario David Viudas para ayudar a Antón, su empleado: “El chico que trabaja conmigo estaba muy preocupado. Él no podía hacer nada por su país y cada vez lo veía más decaído”.

Pese al éxito de la expedición, a Viudas se le ha quedado un sabor agridulce. “Estoy muy contento del esfuerzo titánico que han hecho mis compañeros, pero estoy un poco descontento, un poco triste porque cogí a unos niños y no a otros, pero ya se me pasará”, ha confesado el empresario binefarense, quien ha anunciado que ya está preparando otra caravana, aunque todavía no hay fecha de salida.

Llegada del convoy a Peralta de la Sal
Llegada del convoy a Peralta de la Sal
D. A.

“Ahora no quiero parecer el buen samaritano. El esfuerzo ha sido de los demás. El esfuerzo es de ellos y la ilusión es mía”, ha comentado Viudas, quien emprendió el viaje junto a otras once personas en cinco vehículos de nueve plazas y un furgón.

“Cada vez que repostaba me costaba mil euros. En Alemania el gasoil lo ponía a 2,30”, ha expuesto, indicando que todavía no ha hecho las cuentas del precio de este viaje “porque no lo he hecho por dinero”: “Muchas veces cuando piensas en lo que te vas a gastar, te tiras para atrás. Esta vez, como el viaje se hacía por una causa, no hacía falta saber cuánto costaba”.

Además, Viudas ha reconocido el ánimo y el aliento que le transmitían otros conductores. “Teníamos camiones que nos pitaban y nos saludaban. Y en una gasolinera de Francia, una señora me vino con un billete de 50 euros. Yo le dije que no tenía cambio, y lo que quería era darme 50 euros para la causa”, ha relatado el dueño de una empresa de automoción.

Javier Sánchez, gerente del albergue Santuario de San José de Calasanz, ha detallado que el grupo está formado por diez madres con sus hijos e hijas (23), dos niñas adolescentes de unos 15 años y la abuela de una de las niñas. “Llegaron un poco sorprendidos”, ha recordado, añadiendo que “lo que hicimos fue intentar que se sintieran bien”.

Sánchez ha avanzado que su estancia en el albergue es indefinida. “No pretendemos que se tengan que quedar aquí necesariamente, pero les daremos la cobertura y el tiempo que necesiten”, ha dicho, concretando que “muchas de las familias que han venido y de las que vendrán, lógicamente, quieren ir a otros puntos de España donde tienen familiares o amigos. Este es un lugar donde unas personas pueden quedarse un tiempo prolongado y otras, simplemente, lo utilizarán como enlace a otros lugares”.

De hecho, una de las mujeres que ha llegado en esta expedición ha sido recibida por su hermana, tal y como cuenta el gerente del albergue. “Hacía cuatro años que no se veían. La hermana vino a buscarla para irse directamente a su casa”, ha dicho.

“Los niños son niños y son todos iguales. Cuando llegaron estaban muertos de cansancio y se estaban durmiendo y, a las dos y media de la madrugada, estaban jugando y todos despejados”, ha anotado Sánchez.

Luis Pedro Boteller, alcalde de Peralta de Calasanz, ha agradecido el asilo que están ofreciendo los escolapios: “Hay ayuntamientos que han ofrecido sus viviendas, pero nuestro Consistorio tiene alquilada la única vivienda que tiene en propiedad”.