La Litera

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José Antonio Adell: “Aún me quedan muchos libros por leer y alguno por escribir”

Su obra, carácter e implicación en la sociedad y cultura de La Litera lo sitúan como una de las figuras de referencia en el territorio

José Antonio Adell.
José Antonio Adell.
S. E.

José Antonio Adell (Tamarite de Litera, 1955) es maestro, licenciado en Geografía e Historia (especialidad en Historia Contemporánea) y doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Destaca especialmente su faceta como escritor, ya que ha publicado más de 40 libros, principalmente de temática aragonesa, y ha colaborado en otras 40 obras. También ha escrito más de 800 artículos e impartido en torno a 2000 conferencias.Su obra, carácter e implicación en la sociedad y cultura de La Litera lo sitúan como una de las figuras de referencia en el territorio.

Maestro, escritor, deportista... es difícil definirle, ¿cómo lo haría usted?

-Como una persona comprometida, que con sus defectos y virtudes, camina por la vida intentando no hacer daño a nadie y ayudando en aquello que me sea posible.

Ha publicado más de 40 obras, la mayoría de temática aragonesa y altoaragonesa, ¿qué significa para usted este territorio y cómo ve sus costumbres y futuro?

-Es una parte de mi vida, casi creo que ya forma parte de mi ADN, pues he dedicado mucho tiempo a recorrer esta bendita tierra, estudiar su patrimonio inmaterial y su historia y divulgarlo. Nuestras tradiciones, ahora más conocidas, son una de nuestras sueñas de identidad. En cuanto al futuro, creo que la importancia del mundo rural y de nuestros recursos naturales, pero si no se remedia, va camino de ser un desierto demográfico. 

¿Tiene alguna obra favorita? 

-Sería difícil elegir, pues cada libro ha constituido un proyecto ilusionante en un momento de mi vida. Varios de estos libros han sido escritos con mi amigo, Celedonio García. Voy a señalar el último, donde se narra la vida de un sacerdote excepcional y querido como es mosén José María Cabrero y ha tenido una excelente acogida.

No hace mucho conocimos que la biblioteca de Binéfar podría llevar su nombre, ¿qué le hace sentir?

-Fue algo inesperado y estoy muy agradecido, sobre todo por que sea en vida. Lo comparto con mi esposa, hijas, hermano, familiares, amigos, compañeros, vecinos de Binéfar, lectores y tantas personas que sé que me aprecian. Me hubiera gustado que mis padres lo hubieran podido ver.

Es una de las figuras más reconocidas de la cultura binefarense y literana. En los últimos años ha llegado a la comarca mucha población migrante, ¿estamos desaprovechando una oportunidad de integrarlos más a través de la cultura? ¿Se podría hacer?

-Nos hemos beneficiado de su llegada y gracias a ellos se han podido mantener explotaciones agrarias y empresas, y los centros escolares han incrementado su número de alumnos. Binéfar tenía 1.500 habitantes en 1900 y ahora supera los 10.000. Durante el pasado siglo fueron llegando aquí personas de diferentes lugares, entre ellos mis padres; ahora proceden de diversos países. Esa integración no siempre es la más adecuada. Ahora que comparte el alumnado las mismas aulas, espero que en el futuro, respetando las diferentes culturas, sea mayor.

Fue uno de los primeros que empezó a hacer lo que ahora se denomina ‘running’ ¿cómo fue aquello y cómo ha visto su evolución?

-Vivía en una torre de campo, del término de Tamarite, y para ir a la escuela a La Melusa debía caminar una hora de ida y otra de vuelta con frío y con calor. Creo que ahí empecé a adquirir resistencia. Estudiando en Huesca comencé a competir. Estuve en la primera directiva de la Zoiti y 35 años vinculado al Hinaco Monzón. En Binéfar éramos poquísimos los que corríamos por las calles y por los caminos. Ahora son muchos los que corren o caminan por los mismos lugares.

Siempre ha compaginado deporte y cultura. Podría decirse que se ha tomado al pie de la letra lo de ‘mens sana in corpore sano’...

-En mi juventud el deporte era una pasión: como atleta, como entrenador, como organizador. Como maestro de Educación Física en la escuela o como profesor en la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte intenté dar lo mejor de mí mismo. A partir de los cuarenta y cinco años fui dejando la actividad deportiva y ya me volqué más en la cultura.

En este momento de su vida aún tiene ganas de dar conferencias y seguir escribiendo, ¿siente que le falta algo por hacer?

-Me quedan muchos libros por leer y alguno por escribir, varios países por conocer, muchos caminos por recorrer…, y disponer de buena salud (importante) para seguir con mis proyectos de voluntariado, culturales y literarios.