Monegros

COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

Paula Casaus: “Vivo en Poleñino y espero frenar un poco el desastre de la despoblación”

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Paula Casaus se trasladó a vivir desde la ciudad a Poleñino y abrió una tienda en Sariñena.
Paula Casaus se trasladó a vivir desde la ciudad a Poleñino y abrió una tienda en Sariñena.
Marga Bretos

Aragón es una de las comunidades más afectadas por la despoblación. Sin embargo, esto no frena a personas como la joven Paula Casaus, para que decidan apostar por la vida rural en busca de su bienestar personal y económico, además del beneficio que generan a estos entornos despoblados.

Paula abrió su tienda de moda Cataleya en 2019. “Con diecisiete años, me traslade a vivir a Poleñino, porque me encanta vivir en el pueblo y allí estaba mi abuela”, explica Paula, que dejo atrás la vida en la ciudad en busca de la tranquilidad. “Salir a cualquier hora por las calles o pasear por el campo, unido a la tranquilidad y calidad de vida que hay en el pueblo, es lo que más me gusta”, indica.

Con 22 años, en 2019, decide abrir una tienda de ropa de moda en Sariñena. “Está muy cerca de Poleñino y tiene toda clase de servicios, además aquí viene toda la gente de Los Monegros”, señala. “Ahora, vivir en un pueblo es mucho más fácil de lo que lo era hace unos años. Tenemos de todo y, a pesar de que Poleñino es un pueblo pequeño, siempre pienso que si no venimos gente joven a vivir, dentro de unos años quedará vacío. Soy muy consciente de que la población va mermando y viviendo aquí espero contribuir a frenar un poco el desastre de la despoblación”, dice la joven emprendedora preocupada.

Para la propietaria de Cataleya emprender en el medio rural no se trata solo de criar gallinas o recoger verduras del huerto. “Hay que hacer lo que te gusta, a mí me impulsó la pareja de mi padre que tiene una tienda similar en Jaca. Además, me encanta el contacto con la gente, la moda y ver a mis clientas lo satisfechas que se van con lo que compran”.

Habiendo abierto en 2019, pronto llego la pandemia. “Fue un año muy duro pero lo importante es que me he mantenido y sigo adelante, con más clientas cada día, porque me gusta y porque sé que hay meses mejores que otros, pero Cataleya funciona”, y esto se manifiesta por el servicio y atención que brinda a todo el que entra a la tienda. “Además, mi ropa es de tendencias muy actuales, y para todas las edades, siempre intento comprar un producto distinto, original y de vanguardia, así como los complementos, y todo a un precio muy asequible”.

Además, Paula tiene su propia estrategia para atraer clientes. “Siempre soy muy sincera, aconsejo lo que mejor les queda, mi objetivo es que se vayan satisfechas y que vuelvan”, indica. Como buena emprendedora, le encantaría poder generar puestos de trabajo. “De momento el balance desde que abrí es muy positivo y ojala pueda contratar a alguien muy pronto, sería una buena señal para Cataleya”, comenta.

Asimismo, uno de los puntos fuertes de Paula y de su comercio es que se identifica con el producto y así se lo trasmite a las clientas. “La ropa que vendo tiene diseño, comodidad y personalidad”, afirma Paula.

Es evidente que hay una serie de factores que son importantes a tener en cuenta tanto para preservar un negocio local en el medio rural, como ha hecho Paula Casaus, una joven que cuenta ahora con 24 años y con un proyecto a largo plazo, basado en combatir la despoblación, pensando comarcalmente, utilizando la tecnología, a través de las redes sociales, analizando los precios en la compra de su productos y apostando por la calidad, la tendencia, el servicio y atención al cliente. Paula y Cataleya son diferentes. Cuida los detalles y te ofrece visitar su espacio, una tienda donde te sientes a gusto desde el momento que entras.

Según nuestra protagonista, la figura del comercio en todo el territorio español “es parte de la historia de nuestros pueblos”. “Me gustaría hacer un llamamiento al consumo local y sensibilizar a todos esos vecinos que han decido no comprar a nivel local supuestamente por el coste. Una tienda menos es sin duda una familia menos y una casa menos”, concluye.