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DE CERCA

Sara Ángela López Nerín: “Todo el mundo debería ser autónomo para saber lo que es”

“El comercio tiene que volver a sus raíces, al de cercanía que ayuda a sus vecinos, que pone en valor su pueblo y, por supuesto, su comarca”, afirma

Sara Ángela López Nerín.
Sara Ángela López Nerín.
Marga Bretos

Sara Ángela López Nerín es madre, ama de casa y empresaria de comercio, porque lleva el ‘gen’ emprendedor en el ADN, porque Sara es de casa ‘Rosendo’, como se le conoce en Sariñena. Gestiona junto a su cuñado el estanco y quiosco de la avenida Fraga de Sariñena, y lo hacen muy bien; amabilidad, servicio y una atención al cliente extraordinaria es lo que les distingue, además de productos innovadores que atraen a toda clase de público.

¿Cuál es el emoticono que define su personalidad?

—El de la sonrisa grande y estrellas en los ojos, siempre lo pongo porque me encanta.

¿A quién le daría el premio nacional de gastronomía altoaragonesa?

—Pues a quien va ser, a mi madre, no hay nada como los guisos de mi madre.

¿La inmigración es una bendición o una necesidad?

—La inmigración es una realidad, yo diría que ambas, el problema es cómo gestionarlo.

¿Por quién doblan las campanas? (un recuerdo en positivo).

—Por mis abuelos, mi familia es muy grande y siempre unida, tengo muchos recuerdos de la niñez con todos mis abuelos, tíos, primos,... Siempre están presentes para todos y cuando estamos todos siempre se oye la frase… “si nos vieran a todos ahora”.

¿A quién le haría usted sin dudarlo la reverencia?

—A las mujeres de antes, esas si eran luchadoras. Con menos conocimientos y muchos menos medios que los que tenemos ahora tiraron para adelante y tengo un ejemplo muy claro. A mí me da mucho pudor decir que soy emprendedora o empresaria, considero que tengo la responsabilidad de continuar lo que sembraron mis abuelos y han continuado mis padres y mis tíos

¿Poderoso caballero es don dinero?

—Como decimos aquí, “Con dineros chufletes”.

¿Ha comprobado alguna vez si un “ebook” huele a las delicias del libro de papel?

—Si, debe estar en casa en algún armario sin batería. El olor a libro nuevo y el pasar a la papelería de mis tíos a ver las novedades no lo supera un ebook.

¿Esperar o reaccionar a las primeras de cambio?

—Más bien yo soy de mecha corta y tengo la paciencia justa.

¿Orgullo altoaragonés y/o cosmopolitismo planetario?

—Ambas, no pierdas de vista quién eres ni de dónde vienes, respeta tus raíces y tu tierra pero abre tu mente al mundo.

Si no hubiera sido comerciante, ¿sería…?

—Pues no lo sé, yo fui a la universidad pero también me hubiera gustado ser peluquera.

Ojo avizor. ¿Se precia de ver las intenciones a la distancia?

—Síiiii, pocas veces me equivoco.

Estudió Filología Inglesa, ¿Por qué?

—Me atraía la idea de dar clase y por otra parte los idiomas tenían más salida. Luego la vida te abre diferentes caminos. Me encanta mi trabajo, me gusta hablar con mucha gente y vivir mi negocio. Hay un momento en el que todo joven tiene que salir de su casa, estudiar y buscar su camino. La educación y los estudios nunca están de más y toda formación siempre suma.

Usted es autónoma, diga algunas ventajas.

—Todo el mundo debería ser autónomo por lo menos un año para saber lo que es. Las ventajas son: trabajas para ti mismo y puedes darte el lujo de tomar tus propias decisiones,

Ha tenido las puertas abiertas del negocio durante todo el confinamiento, ¿Qué mensaje nos puede dar para el futuro?

—Fue toda una aventura. Tuvimos que hacer muchos cambios y tomar las riendas del negocio. La mayoría de los días no íbamos ni a comer a casa para evitar entrar y salir y aprovechamos para ir reformando poco a poco el negocio. La pena es que ahora parece todo tan lejano que todas las buenas intenciones que se generaron en la sociedad en ese nomento parece que se están diluyendo en el tiempo. El único mensaje es vive deja vivir y disfruta de los tuyos todo lo que puedas.

Su comercio ofrece productos distintos cada día, además ha estado abierto durante toda la pandemia, ¿cree que ha sido el local comodín del covid?

—Eso espero, hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos. Nuestro objetivo es ser un negocio abierto y que se sepa adaptar a los cambios, no paramos de darle vueltas a la cabeza a ver qué podemos ofrecer, qué le gustaría a la gente, qué servicios faltan en el pueblo… El comercio tiene que volver a sus raíces, al de cercanía que ayuda a sus vecinos, que pone en valor su pueblo y, por supuesto, su comarca, porque no somos sólo Sariñena, somos todos los pueblos que nos rodean y que vienen a comprar aquí, gracias a ellos se mantienen nuestros comercios.

Su lugar preferido de Los Monegros y de su pueblo.

—Los Monegros tienen magia y de Sariñena, me quedo con la ermita.