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Innovación educativa y creatividad en Sariñena

Meraki trasciende el concepto de academia y desde hace tres años imparte clases personalizadas hasta 2º de bachiller

Aitor Segarra y Cynthia Camas, en su espacio de enseñanza ubicado en Sariñena.
Aitor Segarra y Cynthia Camas, en su espacio de enseñanza ubicado en Sariñena.
Marga Bretos

Meraki se aleja del concepto clásico de academia para acercarse al de espacio en el que existe compromiso, inspiración, pasión, disfrute, mucho cariño y una energía renovada, con una conciencia de metas y retos alcanzables y enriquecedores para los niños, niñas y jóvenes que acuden todas las tardes.

Ubicado en Sariñena se caracteriza, “por estar a la vanguardia de la innovación educativa, siendo además un centro vivo y en continuo crecimiento. Hacemos un seguimiento y estudio detallado de las corrientes psicopedagógicas más actuales e introducimos en nuestro proyecto educativo aquellos aspectos que consideramos importantes para favorecer el desarrollo integral de nuestro alumnado”, explican Aitor Segarra y Cynthia Camas, al frente del centro.

Meraki “es una palabra de origen griego que significa ‘hacer algo con amor y creatividad poniendo el alma en ello’. Define nuestro estilo de vida y encaja a la perfección con nuestra forma de trabajar”, explican. Un ingrediente necesario para que desde 2019 -abrieron seis meses antes de la pandemia, “con una gran inversión a cuestas”- puedan compartir su enseñanza con más de un centenar de alumnos y alumnas.

Aitor estudió ingeniería en la Escuela Politécnica Superior de Huesca y posteriormente realizo el máster de Gestión Integrada de los sistemas de Calidad, Medioambiente y PRL, además del máster en Administración y dirección de empresas (MBA) y le encanta la enseñanza, y Cynthia, hizo magisterio en Huesca y posteriormente realizo el máster en logopedia infantil y el máster de pedagogía terapéutica. “Nuestro principal objetivo -explican- es dotar a nuestros alumnos de aquellas herramientas y recursos que puedan facilitarles la vida en sociedad en un futuro”.

Por las mañanas, ambos preparan y personalizan las clases y actividades, “llevamos a escolares desde tres años, hasta 2º de Bachiller”. Lo más gratificante es “ver que los alumnos vienen contentos, que confían en nosotros y cumplen sus objetivos”, si bien, “lo más complicado es justamente el trabajo que no se ve: organización diaria de clases, seguimiento exhaustivo de exámenes y trabajos, llamadas, WhatsApp…”.

En Meraki se ofrecen clases tanto individuales como grupales, atendiendo de forma individual las necesidades de cada alumno y respetando su desarrollo y ritmo de trabajo. “Además, disponemos de un aula adaptada para educación infantil, donde ponemos en práctica el método Montessori ya que nuestra metodología es respetuosa, activa e inclusiva”.

La pareja se siente muy afortunados con la gran acogida recibida desde que abrieron sus puertas, hace justo 3 años. “La pandemia nos sorprendió, pero con la reapertura muchas familias depositaron su confianza en nosotros y, con mucho esfuerzo y dedicación, hemos ido creciendo de forma exponencial hasta el día de hoy”, por lo que no se arrepienten de haber apostado por emprender en el medio rural. “La verdad es que nos encanta el entorno donde vivimos y el estilo de vida que conlleva el vivir en un pueblo, esto hace que nuestro negocio sea familiar, de trato cercano y que podamos conocer bien a nuestros alumnos y a sus familias, creando un fuerte vínculo y un agradable clima de trabajo”, concluyen.