Monegros

¿QUIÉN SOY?

Raúl Huerva Borbón, la pasión por la música desde niño

“Mis gustos eran de todos los colores, tenía una inmensa curiosidad por todo, era disfrutar de la vida”

Raúl Huerva de niño y en la actualidad.
Raúl Huerva de niño y en la actualidad.
S. E.

Raúl Huerva Borbón vive entre Pallaruelo de Monegros y Huesca, compaginando su profesión de técnico agrónomo con la música: “Estoy licenciado en Filosofía y Letras, pero mi pasión es la música”, relata Raúl, que desde los 5 años ha recibido clases de guitarra, bandurria y laúd. “Con el laúd comencé a los 10 con profesores como Antonio Torres y José Lostalo”.

En 2010 comenzó estudios de bajo en Musikene, hasta completar estudios de improvisación y jazz en la misma. Director de la sección de rondalla del Grupo Folclórico Aires Monegrinos del 2000 al 2010, y miembro de él desde 1985 hasta 2010. Músico de la Orquesta de laudes Baluarte del Ballet Baluarte Aragonés de Zaragoza durante varios años, colaborador de Elenco Aragonés, profesor y colaborador desde 1988 en las escuelas de Música de Alcolea de Cinca, Sena, Villanueva de Sijena, Altorricón, Tamarite de Litera, Sena, Ontiñena, Lanaja, Pomar de Cinca, Casa de Aragón de Lérida, Castejón de Monegros, Belver de Cinca, Barbastro y Fraga.

También fue miembro fundador del Cuarteto de Pulso y Púa A Capricho, con Antonio Torres, Javier Badules, Fernando Calavera y posteriormente con Lostalo. “He realizado actuaciones desde 1988 por Aragón, principalmente giras por Suiza, Francia, Portugal, Italia y Alemania”, explica orgulloso sobre este curriculum musical que le ha llevado en la actualidad a ser director y profesor de la Rondalla de la escuela de Jota de Sariñena y de la Agrupación de Pulso y Púa Ensemble Monegros, sin olvidar que es bajista y arreglista del Trio de Jazz Agunde, junto a Antonio Lescuain y Babe Márquez.

Cuenta que, de pequeño, “era mediano, me gustaba correr tras los gatos, tirar piedras en la balsa, hacer barcos con las ginestras…, eso no me lo quita nadie”, ríe evocando aquellos años en los que también le apasionaba la lectura.

“Todos los sábados me traía mi abuela Joaquina un libro de Zaragoza ,y el viernes, ya lo tenía acabado”. Y sacaba tiempo para ver la televisión; “la Bola de Cristal. Creo que pocos conocen la historia de ese programa, que no dejaba de ser infantil, pero había música y esa ha sido mi pasión desde pequeñito”.

Con los años fue visitando los huertos de Pallaruelo de Monegros muy a menudo: “Nos poníamos bien de fresas e higos, después acabábamos las meriendas quitando las pastas de chocolate que las vecinas de la calle guardaban en los armarios de la cocina”.

Momentos y sensaciones que todavía guarda en su interior. “Mis gustos eran de todos los colores, tenía una inmensa curiosidad por todo, era disfrutar de la vida, sin más, disfrutar de la música, de la gente y de mis amigos”.

De todos los instrumentos que domina, indica que la bandurria es el que más satisfacciones le ha dado, “hay cientos y cientos de momentos que no hubieran sido posibles si ella”, así como la música continuará formando parte tanto de la vida de Raúl como de la de sus alumnos y de la sociedad en general como disciplina cultural.

Pero, sobre todo, concluye, “será la transmisión de generación en generación la que permitirá el mantenimiento de la música en el tiempo como un sello de identidad. Por tanto, la música se mantendrá como la fuerza creativa, comunicativa y emocional primordial del planeta”.