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DE CERCA

Carlos Pérez Paúl: “Si pudiera tendría una moto de cada manera en mi garaje”

“Por fin he conseguido divertirme currando, estoy enganchado a mi oficio y profesión. Es mi pasión”, asegura

Carlos Pérez Paúl
Carlos Pérez Paúl
M. B.

Después de vivir 8 años en Zaragoza, volvió junto a su mujer de Alcubierre a Los Monegros, donde trabajó como agricultor y ganadero y retomó su formación de mecánico y especialización en las suspensiones, creando IZN SUSPENSION, un servicio ubicado en Sariñena, dedicado al mantenimiento, reparación y preparación de dichos componentes

¿Cuál es el emoticono que define su personalidad?

—Me defino más con el de la sonrisa, intento reírme lo máximo posible

Genio y figura. ¿Se identifica?

—Ni quiero ser un genio ni una figura. Solo intento hacer las cosas de la mejor manera que sé.

¿A quién le daría el premio nacional de gastronomía altoaragonesa?

—A mi abuela María y a mi suegra Mary, es un lujo comer en sus casas.

¿Por quién doblan las campanas? (un recuerdo en positivo)

—Por mi tía Esperanza, fallecida a causa de un largo cáncer. Jamás he visto a una persona ganar tantas batallas a la muerte con armas tan sencillas como la positividad, la bondad y la sonrisa. La perfección en forma de persona.

¿A quién le haría usted sin dudarlo la reverencia?

—A mis hermanos, mis padres y mi mujer, me han apoyado siempre en todas mis decisiones, incluso hasta en las que han puesto en peligro el bienestar de mi familia. Ni tengo ni tendré manera de agradecer todo lo que han hecho por mí.

¿La hipocresía cotiza al alza o a la baja?

—Por lo visto al alza, no acabo de entender la necesidad que tiene la gente de aparentar o mostrar sus vidas de manera irreal. Soy anti postureo total.

¿Es usted PSI (Persona Sobradamente Informada)?

—Es imposible, por desgracia dependemos de quién, cómo y cuándo nos cuentan la información.

¿A palabras necias, oídos sordos, la otra mejilla o mamporro –dialéctico-?

—No hay mayor desprecio que no hacer aprecio. A palabras necias ni un segundo de mi vida...

¿Es usted más de esperar o de reaccionar a las primeras de cambio?

—De reaccionar, la paciencia y yo nos llevamos fatal, si bien con la edad vas aprendiendo a ser más paciente.

¿Orgullo altoaragonés y/o cosmopolitismo planetario?

—Orgulloso altoaragonés, monegrino y sariñenense y muy orgulloso de esta tierra tan dura y bonita en la que vivimos.

Egoísta, inteligente, preparado y crítico. ¿Es usted un millennial?

—No, y me preocupa mucho esta generación. Cuando estuve estudiando mecánica, vi un panorama desolador. La poca predisposición a aprender, la mala actitud y la falta de esfuerzo y de respeto que mostraban me dejaron seriamente preocupado. Quiero pensar que existe otra parte de esta generación con otros valores.

¿El negocio es la negación del ocio o usted se divierte currando?

—Por fin he conseguido divertirme currando, estoy enganchado a mi oficio y profesión. Es mi pasión.

¿Cuándo comenzó su afición por el mundo de las motos?

—De muy pequeño ya recuerdo alucinar viendo las carreras de motos en la tele y sobre todo con unas fotos que había en casa; de mi padre con su Bultaco Alpina. Siempre iba al cajón donde estaban guardadas y las buscaba entre cientos de fotos que había.

¿Cómo influye la suspensión en una moto?

—La suspensión de una moto es, junto con las ruedas, lo que te une al suelo. Cuando pierdes esa unión es cuando estás en peligro. Una buena suspensión te permite pilotar con muchísima más seguridad, disfrutando mucho más de su conducción.

Cuatro ruedas son mejor que dos, ‘por eso me compré otra moto’ ¿Qué opina?

—Siempre digo que si pudiera tendría una moto de cada manera en mi garaje.

¿Qué prefiere llevar entre manos, una moto o un coche?

—Una moto, sin duda. El coche lo tengo prácticamente por obligación.

¿Quién es su galáctico en el mundo de las motos?

—Gustavo Bornao, es un ídolo para mí, quien me dio a conocer el mundo de la mecánica, ha sido muy importante para mí, y no me puedo olvidar de él.

Una moto que le apasione.

—La que me he comprado ahora, consigue hacerme inmensamente feliz.

Un lugar para perderse en Los Monegros

—La Sierra de Alcubierre, en especial San Caprasio. Visita obligada una vez en la vida.

¿Qué cambiaría de este mundo?

—La política y los políticos de altos niveles, no creo absolutamente nada en ellos.

3 reglas de oro de un motorista.

—Diversión, compañerismo y pasión. Estas son las mías, pero cada motorista supongo que tendrá las suyas.

Un sueño por cumplir…

—Profesionalmente acudir al Dakar como mecánico. Personalmente seguir viendo crecer a mis hijos tan felices como hasta ahora.