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José Antonio Casas Portella: “‘Nosotros los Portella’ recoge historias de nuestro apellido”

A sus 85 años, el sariñenense se mantiene totalmente activo, investigando sobre sus antepasados para una publicación, pintando y escribiendo

José Antonio Casas Portella
José Antonio Casas Portella
S. E.

EL SARIÑENENSE José Antonio Casas Portella, con 85 años, no para de investigar sobre sus antepasados, además de pintar cuadros, escribir libros y viajar por todo el mundo.

Sus muchas exposiciones le llevaron a recorrer parte de la geografía hispana. Participó en alguna muestra colectiva en Italia y Francia. También tiene colgada parte de su obra en Dinamarca. Ha mantenido viva la pasión por las Bellas Artes, pintando, exponiendo, y transmitiendo sus conocimientos a sus muchos alumnos que siguen sus enseñanzas desde el Aula de pintura, en una Escuela de Barcelona. Sus experiencias y vivencias, pintando, esquiando y recorriendo los valles y las estaciones de esquí del Pirineo oscense han quedado plasmadas en el libro Subiendo al Pirineo.

Desde hace un tiempo, comparte la pintura con la escritura, ha editado, además de la citada obra, El impresionismo y mi vida en la pintura, un volumen en el que narra sus experiencias en sus muchas exposiciones y sus amplias relaciones en el mundo pictórico, así como los muchos años de docencia. Y también Los caminos perseguidos, una narrativa sobre unos alumnos de una escuela y de su aula de dibujo y pintura.

En Sariñena Casas Portella ha expuesto en varias ocasiones, tanto en el cafetín de la Pastelería Trallero como en el Museo La Laguna, y su obra nunca deja de sorprender porque a través del color de sus paisajes, bodegones, y barcas marineras transmite parte de su esencia, que deja al descubierto con su arte lleno de entusiasmo y belleza.

En la actualidad se encuentra en el hospital recibiendo un tratamiento médico. “Ya he pintado cinco cuadros aquí, participo en vídeo conferencias y casi no tengo tiempo de pensar en el tratamiento que me están poniendo”, dice el polifacético artista, anunciando que pronto va a salir su última creación, Nosotros los Portella.

“Recoge historias de nuestro apellido, se remonta con don Pedro Portella y Basilia Girón, los padres de Antonio Portella Girón en 1780”, cuenta el investigador.

En él relata la vida del canónigo de la catedral de Barcelona, Antonio Portella Girón, que investigó en los archivos de la catedral catalana, “durante mucho tiempo, en unos pesados legajos”.

En estos documentos halló que dos hermanas del canónigo fueron monjas de clausura, en el Monasterio de Sijena, aunque desconoce a qué edad porque las actuales de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta están en Salinas de Añana, provincia de Álava, en el Monasterio de San Juan de Acre. “He solicitado datos, de los que estoy pendiente, sí sé que nacieron en Lascuarre y eran monjas sin dote ni abolengo”, comenta.

Asimismo, también ha investigado a otras personas de los Portella, “pero lo que más influye en dicho libro es que hay algunos párrafos dedicados a nuestro tío, Antonio Secundino Portella Riu, que probablemente será declarado beato”, revela, y apunta que “la Diócesis de Barbastro-Monzón, a través del obispo Ángel Pérez Pueyo, su vicario Ángel Noguero, su secretario Paco Cabrero, y por nuestra parte, todos sus sobrinos, desde nuestro primo hermano fallecido Alejandro Portella Gómez, y ahora sus hijos, hemos luchado investigando su vida hasta que lo mataron, el 1 de agosto de 1938 desde la cárcel de Graus donde fue encerrado previamente”.

En la actualidad están buscando su lugar para darle sepultura “con nuestros familiares en Sariñena”.

Al mismo tiempo, cuenta que la familia Portella ha participado recientemente con sus testimonios ante el Obispado, de forma presencial y por videoconferencia, explicando los datos reunidos, que se enviarán a la Congregación para los santos en Roma.

La respuesta por parte de los religiosos es, “que hace tiempo, antes de octubre de 2021 ya tienen el Nihil Obstat o la aprobación oficial desde el punto de vista moral y doctrinal, realizada por un censor de la Iglesia católica, y también han abierto el proceso, y como nos decía en la misa Martirial del 6 de noviembre de 2022, Ángel Noguero, podemos pagar esta deuda que tenemos con los antepasados de nuestra Diócesis”, dice Casas Portella.

Además, y después de informar al municipio de Lascuarre, asegura que “están tan impacientes como nosotros. Su alcalde José Luis Lloret Sin, con quien converso frecuentemente y su gente, están felices con la posible noticia. Sus vecinos, a quien todavía visitamos, aunque tengamos la ausencia de nuestros mayores, saludamos siempre que vamos. Sin ir más lejos, el pasado 15 de agosto mis hermanas Irene y Regina fueron con mi hija Leticia a recorrer el municipio y dialogar con muchos de ellos que todavía recuerdan a los Portella”.