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¿QUIÉN SOY?

Rosa Pons Serena, una mujer hecha a sí misma

“Fueron años muy felices y ahora, cuando se lo cuento a mis nietos, lo ven como la vida en otro planeta”

Rosa Pons en su infancia y en la actualidad.
Rosa Pons en su infancia y en la actualidad.
S. E.

Fue en la Conferencia Mundial de las Mujeres en Beijing (Pekin) de 1995 cuando se acuñó el término de empoderamiento femenino, refiriéndose a la participación de las mujeres en la toma de decisiones, en el aumento de su presencia en todos los aspectos de su vida social y personal, y, si alguien cumple estas características desde casi su nacimiento, es Rosa Pons Serena.

Nació en El Solano, una aldea de Ribagorza, “un lugar donde era difícil progresar. Por ello, mis padres valoraron que teníamos más futuro en Sodeto, donde llegue con 4 años”, explica Rosa, que junto a sus padres y sus tres hermanos se instalaron en esta localidad de colonización.

“Había muchos niños y pasábamos todo el día en la calle, si bien, al principio, como eran todas las casas iguales, nos confundíamos y al llegar, decíamos, ¡anda, pero esta no es mi casa!”, narra la colona que desde muy pequeña sobresalió por su capacidad en los estudios. “Cuando terminé Primaria, don José, el maestro que había, les dijo a mis padres que siguiera estudiando y fui a Huesca a hacer FP de maestría industrial, el acceso a la universidad y Graduado Social, después hice varios años de Derecho en la Uned”, cuenta Rosa sobre sus estudios, que continuó tras tener a sus hijas.

También recuerda como fue un vecino el que la metió en la política. “Enrique, que estaba en Sodeto de maestro, me convenció para formar parte de la lista electoral”, donde permaneció como alcaldesa 24 años, “y 28 años vinculada a la política local, además de diputada y directora de Familia en el Gobierno de Aragón”, apunta.

Fue una importante época de su vida donde llevó a cabo grandes proyectos como la creación de La Gabarda o el Centro de Interpretación de la Colonización Agraria, además de muchas mejoras para el bienestar de los vecinos.

Volviendo a su niñez, Rosa rememora cuando jugaban en las calles e iban a coger fruta de los huertos “y nuestra preocupación era que no se enteraran nuestros padres, también íbamos a fumar a escondidas debajo de un túnel que en realidad era un paso de aguas, a bañarnos al salto de San Lorenzo, donde aprendimos a nadar o a casa de un amigo a escuchar música en el espacio que su padres habían rehabilitado”. Aquel grupo de críos de Sodeto que se divertía, ha cultivado una amistad que ha perdurado en el tiempo. “Fueron años muy felices y ahora, cuando se lo cuento a mis nietos, que ven imposible vivir sin internet, lo ven como la vida en otro planeta”.

En la actualidad, Rosa valora una buena sobremesa “con la familia, con mis amistades de muchos años, pasar horas charlando es muy gratificante, y conservar aquella amistad que nos unió desde pequeños es extraordinario”. Ahora también dedica su tiempo a leer, el cine o viajar,

Es una mujer empoderada, que ha disfrutado tanto en su faceta política como familiar, y que ha vivido grandes momentos en la trayectoria de Sodeto. En el municipio han quedado grabados sus logros, su lucha por la despoblación, buscando siempre alternativas para que los jóvenes se queden en el medio rural.