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Ingrid Lana Esteban: “Presumo de orgullo monegrino, la vida que me gusta está en el pueblo”

Ingrid Lana Esteban.
Ingrid Lana Esteban.
M. B.

Es una joven con muchas inquietudes, extrovertida y con una capacidad de proponer soluciones innovadoras que generan un impacto positivo. No se conforma con lo establecido, sino que busca crear valor y transformar su entorno con su creatividad, su pasión y su compromiso. La muestra de todas las inquietudes que posee está en sus estudios: Bachillerato de Artes, FP de Transporte y Logística, bilingüe, Grado en Trabajo Social y Master en intervención criminológica y victimológica.

¿Cómo se define en una frase?

—“Vive, danza y sueña” es una frase que llevo tatuada en el brazo y que define la manera en la que concibo la vida.

¿Qué es lo que más aprecia en los demás?

—La manera de hablar, la expresión corporal, saber que cuerpo y mente dicen lo mismo, es importante a la hora de entablar una relación con alguien.

¿Qué es lo que más disfruta en su tiempo libre?

—Aquí tengo una personalidad bipolar: A veces disfruto sólo conmigo, es bonito apreciar la soledad y aprovecho el máximo que puedo de la compañía de mis perros, otras veces disfruto rodeada de mis “percales”, mi familia y mis “javis”.

¿Quiénes son sus grandes héroes o heroínas?

—Aunque suene a tópico son mis abuelas y mis abuelos. Porque a pesar de todo lo que les ha tocado vivir siempre han sabido tirar hacia delante. Me encanta sentarme a escuchar la historia de sus vidas y para mí son un referente a seguir.

Si hablamos de política, ¿se mojaría?

—No escondo mi ideología, soy una persona de izquierdas con gran arraigo a mi tierra. Me gusta debatir sobre temas de política local, autonómica y nacional, siempre que se respete la no discriminación.

¿Cuáles son tus puntos fuertes como trabajadora social?

—La empatía, la escucha activa y saber leer la comunicación no verbal. Esta última es clave para todos los aspectos de la vida.

¿Cuáles son tus debilidades?

—La empatía, de nuevo. Es difícil con algunos casos con los que he trabajado saber cuándo desconectar.

¿Cree que hay bastante desconocimiento de lo que es el Trabajo Social?

—Muchísimo. Es una figura bastante invisible a nivel global, de hecho, muchas personas siguen hablando de asistentes sociales. Un ejemplo claro es que se está trabajando en instituciones sanitarias, pero no se nos considera personal sanitario.

¿Con un título en intervención criminológica y victimológica, podría trabajar como trabajador social en hospitales, escuelas…?

—Si, trabajé en prisiones con módulos de maternidad durante el máster y pude ver la realidad. Aún estoy a tiempo de volver a probar, la vida son momentos y no era el que me tocaba.

¿Cuál fue su motivación para estudiar intervención criminológica y victimológica?

—Mi motivación viene dada por la inquietud de intentar cambiar la sociedad, querer entender qué está fallando como sociedad y cómo alcanzar a proteger a las víctimas.

También da formación para conductores profesionales.

—Al principio me imponía bastante por la edad. Generalmente en los cursos de renovación de CAP o de obtención soy la más joven y esto me daba respeto, pero una vez que empiezo la clase creo que me defiendo bastante bien y los llevo bien “tiesos” (risas).

¿Tiene alguna anécdota graciosa de sus clases?

—Mi familia siempre ha tenido una autoescuela en Sariñena, donde mi abuelo comenzó a sacar permisos. Me hace mucha gracia sobre todo en los cursos de renovación de CAP, siempre hay alguien que me recuerda a mi abuelo y me cuenta historias.

¿Ciudad o pueblo?

—Medio rural siempre, presumo de orgullo monegrino, la vida que me gusta está en el pueblo. Los que mandan deben respetar y mantener unos servicios para garantizar la vida en los pueblos por mucho que se empeñen.

Además de su trabajo, ¿participa en otras actividades?

—Claro, colaboro con el Ayuntamiento de Sariñena y soy del Observatorio Feminista de Monegros desde el que llevamos años trabajando en prevención y acción local y he estado muchos años en la junta de la Agrupación de peñas.

¿Cree que algún día se podrá erradicar el machismo y la violencia de género?

—Quiero creer que sí, es un tema que me preocupa porque cada vez se da de forma más temprana, se toleran más actitudes machistas. Tenemos el deber moral y ético de hacer una educación igualitaria.

¿Cree que algún día se podrá eliminar la LGBTBIfobia?

—Es totalmente intolerable oír desde ciertas instituciones discursos de odio, retrógrados y obsoletos, no podemos tolerar que las agresiones, empezando por las verbales, queden impunes, porque la vida no es un juego.