Monegros

CONTRA LA DESPOBLACIÓN

Ideas para mostrar la floración de los almendros en Lanaja

Alicia Pozo ha regresado a la finca familiar de Casa Femat, que cuenta con más de 6.000 árboles, "un lugar que invita a vivir y que da vida"

Visita a los almendros florecidos de la finca de Casa Fenat, en Lanaja
Visita a los almendros florecidos de la finca de Casa Fenat, en Lanaja
S.E.

Los Monegros son dignos de visitar durante todo el año, pero es en Lanaja y en el mes de marzo cuando podemos disfrutar de todo un espectáculo floral gracias al almendro.

Nos dirigimos a la finca de Casa Femat donde más de 6.000 almendros no han podido esperar a sus parientes, los cerezos, melocotoneros o ciruelos, para mostrar con prisa y belleza sus flores, incluso antes de que broten sus hojas.

El extraordinario estallido de los almendros en flor dejó boquiabierto a Carlos Cambra cuando pasaba por encima de la finca con su parapente y no pudo evitar sacar la cámara del teléfono móvil para disparar hasta quedarse sin batería. “Una visión increíble que tenía que plasmar”, dice Cambra que de inmediato envío las instantáneas a los hermanos Callao, propietarios de Casa Femat.

Finca de Casa Femat, donde ha regresado Alicia Pozo
Finca de Casa Femat, donde ha regresado Alicia Pozo
Carlos Cambra

“Casa Femat es un legado familiar que se trabaja desde 1609 y que afortunadamente siempre ha gozado de relevo generacional”, explica Alicia Pozo.

“He vivido por todo el mundo, hasta que regresé a España, conocí a José Manuel y nos trasladamos a la finca. Ahora vivo en medio de la naturaleza, con cinco gatos, muchos pájaros, abejas y rodeados de los almendros, a la vez que restauramos la casa de campo que construyeron nuestros antepasados”, relata Alicia enamorada del campo, de Los Monegros y de los almendros.

Para esta familia, que también cultiva cebada, maíz o trigo, los almendros les aportan un gran valor añadido. “El almendro nos avisa con sus flores blancas y rosadas que el invierno toca a su fin. Cuando descubrimos los primeros almendros con sus copas blancas inevitablemente se nos dibuja una sonrisa, es el perfecto aliado para despedir al invierno”, manifiesta Alicia que es muy consciente de que, “el fruto del almendro necesita mucho tiempo para madurar, por eso este frutal se pone presto manos a la obra”.

Señala que en cuanto el contador biológico del almendro “marque las suficientes horas de frío acumuladas y detecte unas temperaturas aceptables, inicia la floración. Esto en demasiadas ocasiones juega en su contra, ya que las heladas tardías todavía amenazan con hacer acto de presencia pudiendo estropear sus delicadas flores, como ha pasado en varias ocasiones”.

Para celebrar este estallido floral, Alicia organizo una fiesta. “Fue el domingo 17 y junto a vecinos y amigos hicimos la fiesta del almendro”, dice esta entusiasta de la naturaleza que ya piensa en iniciativas para dar a conocer el precioso espacio que alberga a los almendros. “No es lo mismo ver todo sembrado de cereal que como está ahora, un lugar que invita a vivir y que da vida”.

Los inviernos suaves como el de este año son el pánico de estos agricultores. “Los almendros florecen incluso antes acentuándose el riesgo de heladas tardías que hagan perder la producción. Pero las flores blancas engalanan las copas hasta el momento desnudas y durante un periodo efímero, éstas serán las únicas protagonistas -¡una imagen cautivadora!-”, señala.

El cultivo de estos almendros, son de la variedad “Constanti” cuyo origen es de Cataluña. Es un árbol vigoroso, de porte medio-erecto y la intensidad de su ramificación media, sin grandes exigencias nutritivas. “Por ello tolera los suelos poco fértiles, si bien, nuestros almendros están en zona de regadío y en tierra fértil, y suelen gastar 3.500 metros cúbicos de agua en su cuarto año de vida”, señala Emilio que cuenta cómo la cosecha se vende a procesadores españoles que las exportan al extranjero. “La localización geográfica, entre Lanaja y Cantalobos, determina el clima de la finca, haciendo que sea de las primeras zonas que saca flor”, detalla.

Cabe destacar que las almendras de la variedad Constanti tienen una floración abundante, siendo su maduración a finales de agosto. Respecto a su fruto es de cáscara dura y su porcentaje de semillas dobles es prácticamente nulo. La forma de la pepita es redondeada y su peso medio de 1,2 gramos.