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Nuria Montull: “La gaita es el sonido de la identidad cultural más claro que tengo”

Los premios “Salamanquesas” reconocen a las gaiteras monegrinas, entre ellas, la joven de Sena, la primera mujer en tocarla de su grupo de dance

Nuria Montull, a la derecha de la imagen, tocando la gaita con el resto de compañeros.
Nuria Montull, a la derecha de la imagen, tocando la gaita con el resto de compañeros.
M. B.

JOAQUÍN Ruiz y su proyecto cultural Os Monegros reconocen cada 23 de abril desde hace siete años a mujeres o colectivos femeninos con los premios ‘Salamanquesas’. Este año el galardón ha recaído en las Gaiteras monegrinas. “Un reconocimiento testimonial que busca poner en valor, en esta séptima edición, a las gaiteras de los dances de Los Monegros. Una nueva estirpe de gaiteras que contribuyen a mantener vivo el dance monegrino y apuntalar y forjar su gran historia y tradición”, explica Ruiz sobre las “Salamanquesa 2024”, que reconoce a todas las gaiteras de Los Monegros y dances de Los Monegros. “¡Enhorabuena a todas ellas! y en especial a Alicia y Alba Escanero del dance de Lanaja, Mila Dolz y Lidia Berdejo del dance de Bujaraloz y Nuria Montull, Vera Villafaina, Marian Pellicer y Jara Sánchez del dance de Sena. También mención a la futura gaitera de Robles Sandra Cuello que en un futuro podremos disfrutar de sus toques de gaita”, señala el promotor de Os Monegros.

“Mi padre fue mayoral del dance y anteriormente lo fue mi abuelo”

Hay que recordar que hubo un tiempo en que no había mujeres gaiteras ni danzantes en los grupos de dance. Afortunadamente, eso ha cambiado, y ahora las mujeres también ocupan un lugar destacado en la tradición musical y folclórica.

En Sena, Nuria Montull se convirtió en la primera mujer en tocar la gaita en el grupo local de dance hace once años. Además, ha seguido transmitiendo su conocimiento como maestra, enseñando a tocar la gaita y la dulzaina a una veintena de alumnos en su pueblo. Su objetivo es mantener viva la tradición y alimentar la ilusión de los jóvenes músicos.

“Construir mi propia gaita fue una experiencia impresionante”

Tengo 28 años, soy música, comencé mis estudios musicales a los 6 años en Sariñena y me titulé como pianista en el Conservatorio Superior de Música de Aragón, en 2021. Además, he hecho un máster en musicoterapia y desde los cuatro años he estado vinculada con el folklore de mi pueblo, formando parte de diversas agrupaciones y actos con la voz, guitarra, laúd, gaita, violín y dulzaina”, explica Montull, que su relación con el dance de Sena, “viene desde que nací. Mi padre, Miguel Ángel Montull, fue mayoral del dance hasta 2013 y, anteriormente, lo fue mi abuelo Miguel, así que es algo que ha estado presente en mi casa y en mi familia desde antes de que yo naciera y he crecido con mucho amor hacia él”, afirma.

Recuerda que el sonido de la gaita siempre la ha cautivado, hasta ha llegado a construirse su propia gaita, “para mí es el sonido de identidad cultural más claro que tengo. Aprendí a tocar en el verano de 2013, a través de un curso que hizo Eduardo Plana con la Asociación Cultural Senense de la mano y en octubre de ese mismo año comencé a tocar en el Dance de Sena”.

“He crecido con mucho amor hacia el dance de Sena”

“Construirme la gaita fue una experiencia impresionante. Fueron seis meses de torno y madera que guardo con un cariño súper especial… es como si fuera mi hija (risas). Recuerdo que cuando la monté y la hice sonar por primera vez, todavía sin afinar, me embriagó una emoción enorme, no me lo creía, esa maravilla de instrumento que tanto amaba y que tenía ahí delante, lo había hecho yo”, expresa orgullosa de su logro.

Entre sus alumnas están Jara Sánchez y Vera Villafaina, que sienten cómo la gaita es un instrumento que da libertad. “Es especial porque representa la cultura de Sena y el dance que son factores que unen al pueblo”, dice Jara, con la que coincide Vera.

“Comencé a estudiar música a los seis años”

Alicia y Alba Escanero Macaya, gaiteras de Lanaja

Alicia y Alba son hermanas gaiteras del dance de Lanaja, encontrándose con las raíces más auténticas y propias de su pueblo y comarca de Los Monegros. Y lo hacen a través de la música, del instrumento mágico que es la gaita de boto aragonesa, formando parte de la gran estirpe de gaiteros y gaiteras de Los Monegros. “Hemos vivido en Zaragoza casi desde siempre, pero nuestra familia nunca se ha desvinculado de nuestro querido pueblo, Lanaja, así que tenemos la suerte de tener infinitos recuerdos de allí, donde hemos seguido yendo, y donde están nuestros amigos y familiares”.

Ambas han estudiado música desde muy pequeñas, “en 2002, una compañera le comentó a nuestros abuelos si queríamos participar en la asociación, les hizo tanta ilusión que no lo pensamos más, y ese fue el primer año que empecé a tocar, tuve que empezar yo sola ya que mi hermana Alicia estaba estudiando fuera y lo tuvo más complicado; decidí empezar con una acordeón, que aprendí a tocar aquel verano”, dice Alba, que después de contar su trayectoria, opina que la gaita de boto es especial, “empezando por su historia, que hace que sea tan diferente a tantas otras gaitas, y porqué no decirlo, mucho más bonita”.