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José Luis Murillo: “La intensidad afectiva de estas escuelas rurales es una ventaja”

Después de 23 años como maestro de la escuela unitaria de Sahún, ha recibido un emotivo homenaje

José Luis Murillo: “La intensidad afectiva de estas escuelas rurales es una ventaja”
José Luis Murillo: “La intensidad afectiva de estas escuelas rurales es una ventaja”
S.E.

JOSÉ LUIS MURILLO se confiesa "un enamorado de la escuela rural". Después de 23 años como maestro de la escuela unitaria de Sahún, lo considera "el modelo más humano, en donde mejor nos podemos encontrar. Son escuelas de menor tamaño, internivelares y abiertas a la comunidad". Satisfecho con el trabajo realizado, que ha superado con creces las expectativas profesionales que se marcó cuando estudiaba magisterio hace casi 40 años, recibió el pasado lunes en Zaragoza, en representación de la escuela y acompañado por sus alumnos, una mención honorífica por parte del Gobierno de Aragón en el Día de la Educación aragonesa.

"Fue un momento muy importante para nuestro cole y no solo a nivel personal porque se respaldaba el modelo educativo que llevamos años trabajando y también es un reconocimiento al mundo rural", consideró confesando que fue también "muy emotivo" y gratificante para él. "A nivel personal, el que se valore lo que se hace te deja sin palabras".

Coincidiendo con su jubilación, Murillo está viviendo unos días muy intensos, ya que el reconocimiento del Gobierno de Aragón estuvo precedido del que le tributaron sus vecinos de Sahún. "Organizaron una despedida preciosa, fue fantástico. Lo del domingo parecía la fiesta del pueblo", bromeó este maestro vocacional que prima, ante todo, lo humano. "Ha habido siempre una relación muy familiar y hemos hecho de la escuela una familia con vínculos afectivos muy importantes", dijo emocionado.

Sahún ha sido su referente vital en lo personal y en lo profesional, aunque no ha sido su único destino. "Antes de llegar aquí, me pateé todo el Pirineo. Estuve en Castejón de Sos, en dos centros de recursos para apoyar escuelas rurales, en la zona de Puente La Reina, en Benasque, Cerler, Hecho y Sallent hasta que llegué a Sahún hace 23 años como definitivo", relató.

Esta dilatada y prolífica trayectoria le deja satisfecho y con una doble sensación. "Al ver las fotos que me prepararon las familias y los exalumnos, me di cuenta de cuántas cosas han ocurrido en un tiempo largo, pero que a la vez ha pasado rápido", dijo echando la vista atrás con la tranquilidad que da el trabajo bien hecho.

La valoración es, sin duda, positiva, si bien destaca el particular enfoque que supone analizar el trabajo en este tipo de centros. "No hay situaciones fáciles ni difíciles, hay situaciones. Este tipo de escuelas se aborda de otra manera, en la que lo difícil es dejarse llevar por lo que ves en el aula, por las familias, y olvidase de lo que te han enseñado porque cada niño tiene su proceso de desarrollo individual y el trabajo es acompañarle en este proceso. Hay que hacer que el aprendizaje se produzca porque ellos quieran aprender dando tiempo, cariño y confianza", resumió Murillo. "Hay que hacer un cambio de prioridades, es a lo que te obligan estas escuelas. Si no te dejas llevar no te funciona. Lo primero -aseguró rotundo- son los niños y las niñas".

Tras estas más de dos décadas en la escuela unitaria de Sahún, valora sobre todo el impacto en los niños, pero también en el entorno. "Si te adaptas a la realidad, tú disfrutas, el alumnado disfruta y el pueblo disfruta porque las escuelas rurales alegran la vida de la gente. Para los mayores, ver a un par de críos por la calle es fundamental para sentirse vivos. Cuando llegué, había 7 u 8 niños y ahora hay 27 alumnos y no hay más porque el edificio es muy pequeño", relata valorando lo positivo, pero también los momentos complicados, que los ha habido, confiesa. "La intensidad afectiva de estas escuelas rurales es una ventaja, pero también requiere de mucha paciencia para soportar situaciones tensas y conflictos. Pero la actitud es que lo que surge no son problemas sino retos", consideró.

El compromiso de todo el pueblo y de las familias se evidenció en la fiesta sorpresa que le organizaron el pasado domingo. "Las familias han estado muy comprometidas y eso es importante. El otro día hicieron subir a los alumnos conmigo a recoger el premio en Zaragoza y fue muy emocionante y una muestra de esta sintonía", indicó Murillo.

Con el tiempo libre que le regale la jubilación, José Luis Murillo espera seguir colaborando con plataformas como escuelarural.net o aulasenraizadas.org en las que comparte su experiencia y sus iniciativas innovadoras como el software libre puesto en marcha en la escuela de Sahún, "un referente en España y Sudamérica". También seguirá asesorando cuando se soliciten en seminarios como el promovido por varias universidades como Zaragoza, Lisboa, Pau o Barcelona sobre el cambio del modelo formativo del profesorado, donde realizó una aportación fundamental. Sin embargo, lo que más ilusión le hace es invertir ese tiempo en escribir cuentos ilustrados para niños de 12 páginas en los que, a buen seguro, seguirá llegando a los más pequeños a través del cariño y esa inmensa sensibilidad y buen hacer que ha demostrado durante su trayectoria profesional y humana en las escuelas rurales.