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RIBAGORZA - COSAS DE CASA

Altay Rumeu muestra en Benasque su arte funcional

Las obras del creador pueden visitarse hasta el próximo día 20 de marzo en el Sommos Hotel Aneto

Altay Rumeu, en la muestra.
Altay Rumeu, en la muestra.
E.F.

La madera de grandes olivos centenarios anegados por el embalse de El Grado constituye la principal materia prima del artesano afincado en Mipanas Altay Rumeu a la hora de desarrollar su “arte funcional”, como él mismo lo denomina.

Otros ejemplares grandes que compra a agricultores de la zona cuando van a sacarlos o con los que se ha hecho por casualidad, como un lote de imponentes plataneros se suman también a este original proyecto.

El respeto a la naturaleza y la calidad tanto de la materia prima como durante todo el proceso de elaboración son la seña de identidad del trabajo de Altay Rumeu, que puede visitarse hasta el próximo día 20 de marzo en el Sommos Hotel Aneto de Benasque.

Dos niños posan en la exposición.
Dos niños posan en la exposición.
E.F.

“Me dedico a hacer arte funcional. Son muebles a base de olivos reciclados que rescato del pantano cuando baja el nivel. Son árboles que mueren bajo el agua, por lo que la resina sale exterior y se queda una madera muy curtida y de mucha calidad. Son árboles grandes, olivos centenarios, brutales. También los compro a agricultores de la zona cuando van a sacarlos de sus tierras”, explica sobre la materia prima que le llevó a lanzarse a esta aventura hace ya una década, y a la que van sumándose otros tipos de madera.

“Fundamentalmente, trabajo con olivo, pero también con platanero. Por casualidad compré un camión de esta madera de platanero que, antiguamente, se usaba mucho porque es una madera densa, de poro fino. Me encajaba porque busco árboles grandes, que permitan tiradas de 40 centímetros, algo que hoy es difícil porque en la carpintería industrial la mayoría son de 25”, precisa.

Problemas de salud le obligaron a dejar su oficio de picapedrero hace diez años. “Diversifiqué”, recuerda, trasladándose a ese punto de inflexión en el que, por azar, llegó a trabajar la madera de forma artesanal. “Me hice los muebles de mi casa, me gustó y continué. En los bajos de mi casa tengo el taller donde elaboro los muebles y allí mismo estoy montando una exposición permanente para que pueda verse mi trabajo”, comenta.

Creaciones muy originales.
Creaciones muy originales.
E.F.

Altay Rumeu incide en respetar la naturaleza tanto a la hora de conseguir la materia prima como en el proceso posterior de transformación en objetos de utilidad dando sentido a su “arte funcional”. “Fabrico muebles que mantienen la forma natural del árbol, pero tienen una utilidad”. Una vez los arranca con la retro y los traslada con la miniexcavadora al taller, los secciona con una motosierra y los trabaja con la fresadora hasta el pulido final. “Se trata de exaltar la naturaleza, respetarla, pero con una utilidad fina. Hay troncos que te piden ser una mesa, una lámpara”, indica.

El artista de Mipanas es consciente de que su trabajo se dirige a un público minoritario, por lo que sus canales de difusión han de ser otros.

“Muy poca gente hace este tipo de trabajos porque el trabajo artesano va a contracorriente y se dirige a un público muy limitado. A mí me cuesta 2 meses hacer una pieza y las horas suben el precio pero hacen que las piezas sean arte. Cuando se dedican cien horas a una pieza, no puede competir con un Ikea. Es artesanal cien por cien”, insiste Altay Rumeu que mima cada obra. “Las picas de los lavabos las voy a buscar al río yo”, relata.

Tras adentrarse en la artesanía de la madera hace una década, lleva tres años completamente volcado con este trabajo, con muy buena acogida. “La respuesta me ha ido dando de comer. Ahora tengo 25 piezas preparadas y creo que he creado un estilo propio y a la gente le gusta mucho. He creado espacio amplio con estilo lineal que quiero definir como mi estilo”, resume.

La exposición que puede visitarse hasta finales de marzo en el Sommos Hotel Aneto de Benasque incluye, en el hall del establecimiento, tres piezas grandes pensadas para espacios públicos como hoteles o restaurantes. Entre ellas, destaca un árbol-lámpara de tres metros de altura. En una de las plantas bajas del hotel, en concreto en la sala Tierra, se ha instalado el resto de la muestra que se compone de 18 piezas entre mesas, lámparas o lavabos. “He intentado hacer conjunciones para que la gente vea contextualizado material. Hay mesas de café, de comedor de grandes dimensiones y otros objetos”, detalla.

Aunque la muestra puede visitarse todos los días, el artista atiende al público interesado de viernes a domingo en horario de 17 a 21 horas. “Me gusta explicar a la gente de dónde salen los materiales, que salvo a estos árboles de ser quemados y cuál es el objetivo de mi trabajo”. Entre semana, también atiende con cita previa.