Ribagorza

Diez años acercando los servicios a vecinos de Montanuy sin coche

El transporte social del Ayuntamiento cumple una década de funcionamiento para llevar a sus habitantes a la consulta médica, a misa o a gimnasia

Usuarios del servicio se montan en un vehículo del transporte social.
Usuarios del servicio se montan en un vehículo del transporte social.
S. E.

EL TRANSPORTE social puesto en marcha por el Ayuntamiento de Montanuy cumple una década acortando distancias y acercando a los vecinos los servicios básicos. La valoración tras estos diez años es “positiva”, ya que esta prestación reduce los problemas derivados de la dispersión de la población en este amplio municipio, con 17 núcleos habitados en 174 kilómetros cuadrados, adaptándose a las necesidades de sus vecinos, especialmente de personas mayores.

“La dispersión de sus pueblos y su ubicación en un entorno de alta montaña, enclavado entre los valles de Baliera y Barrabés, propició el nacimiento de una necesidad y el impulso de una solución por parte del Ayuntamiento. Es un servicio abierto a las necesidades que nos plantean los propios vecinos y a esta demanda se ha ido adaptando”, indica la alcaldesa, Esther Cereza.

“Pretendemos facilitar que los vecinos que no disponen de medios de transporte puedan seguir viviendo en nuestros pueblos”, añade la edil, que destaca “la colaboración por parte de los taxistas para adaptarse a las necesidades de cada usuario”. En este sentido, para la prestación de este servicio se cuenta con las cinco licencias de auto-taxi con domicilio en el municipio, generando un apoyo a este sector trascendental para garantizar la movilidad de los vecinos sin coche.

Hacer frente a la ausencia de servicios en cada una de las poblaciones movilizó de forma inicial al Consistorio para hacer frente al obligado desplazamiento de sus ciudadanos para cubrir necesidades básicas como hacer la compra en los mercados de Pont de Suert o Vilaller o acercar a los vecinos al consultorio médico. El cometido de este transporte social se ha ido ampliando según se han detectado otras necesidades demandadas por los propios vecinos, funcionando como una asistencia a la carta. El servicio comenzó desarrollándose dos días a la semana con un desplazamiento a Pont de Suert, y poco después se amplió para coincidir con el día que se realizaban las analíticas.

Su buen funcionamiento desembocó en la definición de nuevas tareas que podía desempeñarse gracias a esta prestación. De este modo, antes de la llegada de la pandemia del coronavirus, en los meses de junio y julio se facilitaba a los vecinos el traslado cada sábado al pueblo donde se desarrollaba misa. Permite también asistir a la gimnasia de mantenimiento para mayores de la Comarca de la Ribagorza.