Ribagorza

GASTRONOMÍA

Cacao artesanal en el obrador de Panillo “La Ofrenda”

La propuesta apuesta por la calidad y el respeto al agricultor y al entorno

Llenado de chocolate en moldes en el obrador familiar de Panillo “La Ofrenda”.
Llenado de chocolate en moldes en el obrador familiar de Panillo “La Ofrenda”.
E.F.

Después de más de un lustro de actividad, el obrador familiar de Panillo “La Ofrenda” se ha consolidado como una propuesta innovadora y artesana que apuesta por la calidad en el producto garantizando el respeto y el compromiso hacia el agricultor y el entorno.

El cocinero Rubén de la Era y su pareja, Nagore Ezquerro, se instalaron en la zona en 2016 a través del templo budista Dag Shang Kagyu, buscando “la tranquilidad” que no tenían en la ciudad y, tras experimentarse y formarse, decidieron emprender esta aventura empresarial que ha derivado en la marca de Cacao Delicatessen “La Ofrenda”.

“Empecé haciendo pan. Era más fácil con el boca a boca venderlo rápido porque el chocolate requiere hacer una labor comercial. También probé a hacer algunos productos de pastelería, pero al no ser tienda abierta al público y jugar con la caducidad, era difícil porque no puedo poner algo que al día siguiente está duro. Necesitaba una caducidad amplia, así que fui acotando y al final me especialicé. Tras dos años vendiendo pan, me he especializado en el chocolate y he conseguido crear una marca diferenciada”, relata De la Era, resumiendo esta aventura gastroartesanal y que supuso su debut como empresario.

Perla de limón y albahaca refrescante.
Perla de limón y albahaca refrescante.
E.F.

“He trabajado mucho en cocina, pero por cuenta ajena. Aunque costó, encontramos aquí un obrador pequeño, son 60 metros cuadrados, y estoy solo. Mi mujer ha hecho labores comerciales y la marca se va conociendo”, asegura satisfecho con una trayectoria laboriosa.

“Quería fabricar mi producto y darle un toque especial con lo que había aprendido en una academia especializada en chocolate. Hice cursos de bombonería, bollería y me fui metiendo hasta que al final conocí los chocolates de alta gama, los ingredientes de calidad y tuve claro por dónde quería ir tirando”, explica.

La idea de negocio no era atender al público, así que “empezamos de cero con una marca que no estaba a la vista del público”.

Tras cinco años de trabajo, han conseguido crear “una marca diferenciada. Primero por la calidad, cualquier cosa que saque va a ser de calidad, pero también por buscar cosas diferentes que no haya probado la gente. Indagando en especias raras de Indonesia, Nepal, que son parte de tener esa seña de identidad”, comenta De la Era.

Y del templo, las ofrendas. “El nombre fue una señal, después de dos meses dándole vueltas. La Ofrenda es por el templo, pero también porque el cacao era una ofrenda a los Dioses, y también por querer ofrecer lo mejor de mí con mi producto”, resume respecto a la marca que el pasado año cambió de imagen con un “packaging” que muestra una Diosa en cuclillas ofreciendo un haba de cacao.

“La Ofrenda” busca las referencias de mejor calidad de cacao de Tanzania, Ecuador o Venezuela. “Busco que la gente distinga distintos matices, que se notan más que con los vinos, por ejemplo”, explica. Respecto a la especialidad, recuerda que empezó con “los clásicos”, de café, canela, sal, picante y, con el tiempo, ha ido incorporando “sabores raros, experimentando y buscando, a mi gusto, sabores exquisitos”.

Entre ellos, alude al que elabora con canela de Ceilán o al de queso de cabra con chocolate rosa rubí que “queda como una tarta de queso”, sin olvidar los de pimientas, como la de Camboya, “picante pero muy aromática”; la de Indonesia, “que no pica, sabe a incienso”; o la variedad de Nepal, “como ácida”. “Ahí es donde quiero despuntar con sabores raros que no se esperan”, resume.

Además de en tiendas gourmet de Huesca y Zaragoza y los Supermercados Alto Aragón, “La Ofrenda” viaja, a demanda, a tiendas especializadas de toda España y puede encontrarse en localidades como Castellón, Bilbao o Segovia y, de momento, aunque tienen pendiente renovar la web, no se plantean la venta “on line”.