Ribagorza

LA ENTREVISTA

Asier de la Iglesia: “Con el deporte aprendí a vivir el día, afrontar los problemas y avanzar”

El baloncestista, que fue el primer jugador profesional con discapacidad en España, imparte una charla en Graus el martes 11

Asier de la Iglesia.
Asier de la Iglesia.
S. E.

El baloncestista Asier de la Iglesia, diagnosticado de esclerosis múltiple a los 29 años, fue el primer jugador profesional con discapacidad en jugar en una liga nacional. Pese al reparo inicial de los clubes, siguió en activo y, en la actualidad y con 40 años, compite en el madrileño Bastket Torrelodones (BT). 

El martes 11 de abril visita Graus, invitado por la Comarca de Ribagorza y su programa ‘Propósito’, para dar una charla motivacional, a las 19:00 horas en Casa Heredia, como ejemplo de superación y dinamismo para visibilizar la enfermedad. Además, se reunirá con los cadetes del CB Graus en el polideportivo.

“Jugaré con ellos y trataré de transmitirles qué es el deporte, que te enseña valores para toda la vida. Yo he aprendido, por el deporte y por mi vida antes de la enfermedad, a afrontar los problemas. Cuando te lesionas, tienes que hacer caso, no sabes cómo te vas a quedar. Así que yo he aprendido que hago todo lo posible, lo que está en mi mano, intento recuperarme y no anticiparme a lo que va a pasar. Con el deporte he aprendido a vivir el día, afrontar los problemas y avanzar”.

Su reacción tras el diagnóstico es ejemplar ya que, pese a la gravedad, en ningún momento se hundió ni tiró la toalla de su carrera deportiva. “Al principio, nadie me quería fichar, estuve 4 años intentándolo y, mientras tanto, trabajé en una empresa. Sabes que es una enfermedad degenerativa, autoinmune, que no tiene cura, pero nunca me mosqueé. Ahora, cuando doy las charlas, a los de Recursos Humanos les digo que han de contratar por el currículum y por cómo estás en ese momento, porque igual está 10 años o 15 que no le vuelve a pasar o no le pasa nunca o está bien y le pasa”.

La clave hasta que volvieron a confiar en él, más que en la lucha estuvo en que “lo hice natural”. “Soy una persona que nunca he llorado por mi enfermedad, ni cuando estuve ciego, ni cuando no movía la pierna. Me han pasado muchas cosas, pero no me he hundido. Después del diagnóstico, me decían que no lo había asumido, pero llevo 11 años, desde hace 5 no he tenido nuevas lesiones en el cerebro, y no ha pasado, así que no estoy en shock. En esto soy muy fuerte”, explica, matizando que no es frío. “Hay otras situaciones de la vida que me hacen llorar. Esto lo asumo mejor, pero otras cosas a mí me cuesta más asumirlas que a otros. Por ejemplo, si discuto con alguien lo llevo mal, me quedo dándole vueltas”.

De Ribagorza le suena Benasque por el esquí. “Me da coraje porque he sido fan de todos los deportes y nunca he esquiado. No nos dejaban por las lesiones. Hice baloncesto, empecé tarde, con 16 años, y antes jugaba a balonmano, a fútbol, a pelota mano, al tenis. Ahora compagina el deporte y la concienciación con la asociación Baila con EM -que sostiene una empresa de economía social, cerveza Mudita, entre otros proyectos- y con la que, en dos años, ha recaudado 140.000 euros para investigación.