Ribagorza

PLANTACIONES

Los truficultores confían en mayo para salvar la cosecha

El sector está preocupado por la falta de lluvia, aunque tiene un mes de margen para que llegue agua, si no será “desastroso”

Aspecto que presentaba este miércoles una plantación de trufa de la provincia.
Aspecto que presentaba este miércoles una plantación de trufa de la provincia.
S.E.

El sector de la trufa del Alto Aragón se muestra “preocupado” y manifiesta cierta “incertidumbre” por cómo podría afectar un segundo año consecutivo de sequía primaveral a la campaña trufera, pero consideran que todavía se está a tiempo de que llueva en mayo y el hongo se desarrolle con normalidad.

“Se ha adelantado un mes la sequía, pero es pronto para decir que afectará a la trufa porque si viniera un mayo húmedo no creo que hubiera problemas para la cosecha. Otra cosa es que mayo sea tan malo como el del año pasado que fue una de las razonas por las que hubo poca trufa, pero aún hay oportunidades de que el tiempo mejore. Si empieza a llover en mayo, no pasaría nada, pero si es un mayo seco, será desastroso”, afirma el presidente de la Asociación de Recolectores y Cultivadores de Trufa de Aragón, David Royo.

Recordaba que la trufa nace principalmente en mayo y hasta principios de junio en un proceso que “requiere cierta humedad”. La sequía genera inquietud en el sector trufero, pero todavía no se ven motivos para la alarma. “Hay preocupación, incertidumbre, pero todavía puede salvarse la campaña si mayo es lluvioso”, agrega Royo.

Sobre todo es a partir de mayo cuando hace falta que haya humedad, aunque reconoce que “tanto calor para las plantas no es bueno”. De hecho, en su plantación tiene previsto empezar a regar a finales de este semana. “Quién nos iba a decir que íbamos a tener que regar en abril por estas tierras”, se pregunta de forma retórica.

Los tres meses siguientes al final de temporada son los de más trabajo en las plantaciones truferas, un total de 2.300 hectáreas plantadas en el Alto Aragón, de las cuales hay en producción alrededor de 1.500, la mayoría de las cuales, en torno a un 60 por ciento, son de regadío. “Aún así, hay que tener en cuenta que los acuíferos de los que se coge el agua para riego se verán mermados porque no se están recargando”, avanza Royo.

Mientras tanto, y paralelamente a este riego prematuro forzado por la sequía, los truficultores trabajan para tener en junio todas las tareas terminadas. Mientras unos están terminando de labrar, otros ya se están centrando en las labores de poda, que concluyen a mitad de mayo, y sobre todo de aportes de esporas. “Los aportes de esporas consisten en hacer hoyos en el terreno y poner tierra vegetal especial con esporas para que allí fructifique con más facilidad la trufa”.

Las tormentas estivales deberán hacer el resto para que la trufa esté lista a mediados de noviembre cuando comienza la campaña en Aragón.  

Seguro integral o de producción

Uaga ha solicitado una actualización de la cobertura del seguro de producción o integral para hacer frente a las pérdidas del cereal de secano. Según el miembro de la ejecutiva de Uaga Aragón, Jesús Ballarín, “este seguro es muy poco atractivo para el agricultor al tener un coste elevado y cubrir una pequeña parte de la producción”. Apunta que “tampoco cubre los costes del cultivo”. Por ello, añade, “solicitamos a Agroseguro para el agricultor unas garantías mínimas en una sequía tan extrema”.