Sobrarbe

EDUCACIÓN

Diez años de reivindicación sin resarcir en la escuela de La Fueva

Educación licita un barracón el próximo curso pese al proyecto de ampliación y la Dirección prevé que la matrícula se reduzca de 37 a 30 alumnos 

Centro educativo de Tierrantona, en el municipio de La Fueva, comarca de Sobrarbe.
Centro educativo de Tierrantona, en el municipio de La Fueva, comarca de Sobrarbe.
DPH

Más de 10 años de reivindicaciones no han servido al Ceip de Tierrantona para mucho y comenzará, un año más, supliendo las necesidades del centro educativo con un barracón. El Gobierno de Aragón volverá a habilitar para el curso 2023/2024 un aula prefabricada en el colegio de La Fueva, lo que obliga al profesorado a realizar desdobles, extraescolares y reuniones con los padres en este espacio.

Mientras tanto, el centro carece de un despacho de Dirección, una sala de profesores, biblioteca, un espacio para guardar documentación (actualmente distribuida por todo el centro) o salas para hacer apoyos, “dado que contamos con niños de 1º a 6º de Primaria con niveles educativos diversos y necesitamos darles una atención más personalizada”, remarca la directora del centro, Soraya Ramos.“Ya somos muy pesimistas”, lamenta la docente, tras un sinfín de reclamaciones. Afortunadamente, el aula prefabricada, y en eso estamos muy agradecidos con el Servicio Provincial de Educación, la han mantenido un curso más, pero la realidad es que esa ampliación se debería haber hecho y no ha sido así. Después de tantos años pidiéndolo, llega un momento que te desanimas”, manifiesta.

La pasada legislatura, la entonces consejera de Educación del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez, visitó el colegio y se comprometió a redactar un proyecto de ampliación dado que se estaba incrementando el número de alumnos, además de que entonces contaban con niños de necesidades educativas especiales y problemas de movilidad.

Antes de llevarse a cabo, se instaló un aula prefabricada y por el momento ya han pasado varias empresas de instalación de aulas prefabricadas, “con los perjuicios que eso ha conllevado”, indica la directora, incidiendo en que en 2022 la quitaron a comienzo de curso y la montaron con las clases ya iniciadas. “Estuvimos meses utilizando un espacio multiusos del Ayuntamiento. Cuando volvimos al barracón, fue un alivio para todos”, completa Ramos.

Hace una década, el centro tenía 46 alumnos de diferentes núcleos urbanos. El pasado curso eran 37 y la Dirección prevé que la matrícula baje a una treintena en septiembre.

Ya no sabemos hasta que punto este proyecto es viable o no y si está contemplada dentro de los presupuestos”, se pregunta la directora, subrayando que “no se ha visto mermada la capacidad educativa de los alumnos porque los profesores han hecho lo posible para que no sea así”. “Lo que sí es cierto es que se vulneran los derechos de los alumnos a tener los mismos recursos que el resto de colegios”, añadió.

Por su parte, el Servicio Provincial de Educación indica que las prefabricadas se instalan cuando los niños no caben el centro y así evitan que tengan que matricularse en otras escuelas. Además, señalan que, dado que la escuela está perdiendo alumnos, se mantendrá mientras sea necesario. Pese a todo, en los últimos años se han realizado en el centro remodelaciones en el patio a través del programa Patios x el Clima. 

Alrededor de una docena de centros educativos en la provincia de Huesca cuentan con barracones para cubrir las necesidades educativas, mientras que la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón (Fapar) reflejó tras saber las cifras que las aulas prefabricadas “deben ser una solución temporal”.