Sobrarbe

OJO AVÍZOR

El Museo de Ingenios Musicales se abre al mundo desde Labuerda

El centro exhibe unas 250 piezas que narran cómo la humanidad consiguió grabar y reproducir el sonido

El Museo ofrece un recorrido por la evolución del sonido y de los aparatos de reproducción, desde el siglo XVIII hasta mediados del XX.
El Museo ofrece un recorrido por la evolución del sonido y de los aparatos de reproducción, desde el siglo XVIII hasta mediados del XX.
Fundación Colección Mur

El Museo de Ingenios Musicales (MIM) ya es una realidad. El pasado 1 de julio abrió sus puertas en Labuerda para ofrecer un viaje al pasado que narra la historia de cómo la humanidad consiguió grabar el sonido, al principio, y reproducirlo, después. Se trata del primer centro de estas características en España y su creación es una genialidad de José Luis Mur Vidaller, un “gurrión” -como se conoce a los vecinos de Labuerda- que migró a Madrid a principios de la década de los setenta, pero que nunca rompió sus raíces con Sobrarbe.

Ubicado en la plaza Mayor de la localidad, en Casa Felipe, un edificio del siglo XVII que Mur se ha ocupado de restaurar, el museo se extiende desde la planta baja -donde se encuentra la recepción- hasta la parte superior. En total, cuatro niveles con unos 250 ingenios que dan buena cuenta de “la evolución del sonido y de los aparatos de reproducción, desde el siglo XVIII hasta mediados del XX”, cuenta su ideólogo y promotor.

La colección personal de Mur asciende a “más de 500 piezas”, pero dice que no ha querido “abarrotar el museo”, así que ha hecho una minuciosa selección junto a sus colaboradores, en la que se pueden ver desde las sencillas cajas de música y los sofisticados órganos neumáticos, hasta la primera muñeca con sonido, fonógrafos, gramófonos y reproductores de discos de pizarra, entre otras muchas curiosidades.

Expositor con varios aparatos de la época.
Expositor con varios aparatos de la época.
Fundación Colección Mur

Todos estos aparatos son ingenios que han permanecido funcionando y llegan a nuestros días como embajadores de otro tiempo, para mostrar una tecnología que cambió el mundo y por la que José Luis Mur siente admiración desde bien pequeño.

Empecé a coleccionar de niño, todo lo que tenía un engranaje mecánico me llamaba la atención, incluso destripaba algunos aparatos para ver el funcionamiento”, recuerda. La misma fascinación le despertó la fotografía, que acabó siendo su profesión, levantando en Madrid la tienda del sector más importante de Europa, Fotocasión.

Su colección de artilugios sonoros es amplia, pero la de fotografía lo es bastante más. Acumula cerca de 6.000 cámaras fotográficas, lo que le convierte en uno de los coleccionistas más importantes del mundo.

José Luis Mur Vidaller es el impulsor e ideólogo del proyecto museístico.
José Luis Mur Vidaller es el impulsor e ideólogo del proyecto museístico.
Fundación Colección Mur

En el museo que ha erigido en Labuerda exhibe una selección de ingenios musicales, piezas únicas que ha ido atesorando durante cuarenta años y que ha conseguido en subastas especializadas en países como Francia, Alemania o Inglaterra.

Hoy, todas esas joyas se pueden ver en un recorrido que a muchos les despertará cierta nostalgia, al recordar los aparatos que pusieron la banda sonora de momentos especiales de su vida.

Un viaje cronológico con algún salto en el tiempo

El “viaje” comienza en la planta baja del museo, donde se encuentra la recepción y una pequeña selección de aparatos autómatas y de experimentación. La disposición de las piezas sigue un orden cronológico, a pesar de que en algunos casos es interrumpido para exhibir agrupaciones de aparatos por familias.

En el primer piso se muestran fundamentalmente instrumentos mecánicos que ejecutan música sin intérprete. Descubrimos, por ejemplo, un Regina de 1900, que es un reproductor con capacidad para doce discos de unas dimensiones bastante inauditas (de un metro de diámetro).

Pedro Ramos Tena (Pedro Xistau), un colaborador esencial del Museo.
Pedro Ramos Tena (Pedro Xistau), un colaborador esencial del Museo.
Fundación Colección Mur

En la segunda planta se localizan los primeros aparatos que grabaron y reprodujeron sonido, a los que el coleccionista se refiere como “las máquinas que hablan”. En concreto, podemos ver una réplica de 1882 del primer fonógrafo Tinfoil, que inventó un joven Edison en 1877, o la primera muñeca con sonido que se comercializó con éxito, el bebé Jumeau de la empresa francesa Lioret.

El recorrido termina en el tercer piso con los gramófonos más especiales, algunos de ellos españoles y con un envoltorio “más refinado y sofisticado”, porque se integran en muebles elegantes de primeros del siglo XX. Encontramos en esta planta reproductores de discos de pizarra, los primeros aparatos estéreo y el Maestrophone, conocido como el “quemacasas”, comenta Mur, porque funcionaba con alcohol de quemar y tenía un depósito que le permitía estar “doce horas funcionando”. Además, se exhiben aparatos de maleta, el magnetófono de hilo y los dictáfonos que se usaban en oficinas y para grabar conversaciones.

La última pieza del viaje es el primer aparato de vinilo que salió al mercado. Con él, Mur pone un punto, pero no un final, a la colección, porque, “conforme vayan saliendo ingenios, se irá ampliando la exposición. Este es un museo muy vivo”, advierte.

Un museo con colaboradores “esenciales”

El MIM ha sido impulsado por la Fundación Colección Mur, de la que José Luis Mur es el promotor y que abarca también su colección fotográfica. Al frente del museo está Bárbara Mur, hija de José Luis, que cuenta con la ayuda de colaboradores “esenciales”, resalta el coleccionista. Uno de esos voluntarios es Pedro Ramos Tena (Pedro Xistau), un vecino de Puértolas que ha participado en las labores de catalogación, inventario y restauración de las piezas. Su formación de ingeniero y su afición por la música lo han convertido en un elemento clave en el engranaje del museo.

Museo de Ingenios Musicales, ubicado en la plaza Mayor de Labuerda.
Museo de Ingenios Musicales, ubicado en la plaza Mayor de Labuerda.
Fundación Colección Mur

Para Pedro Ramos, el Museo de los Ingenios Musicales exhibe muchas joyas, aunque, lo verdaderamente importante es “que recoge el camino del ser humano por construir aparatos que hicieran sonido o música por sí solos”.

Artilugios como un reloj de péndulo, que ha estado reparando recientemente, y que cuando da las horas suena una melodía y mueve unas figuritas de unos músicos tocando, o instrumentos como las zanfonas, que conoce bien este ingeniero porque ha construido unas cuantas a lo largo de su vida y que también se exhiben en el museo, siendo una de las piezas que “probablemente sea de las más antiguas que tenemos”.

Para conocer todos los detalles de cada obra y ver su funcionamiento, los visitantes tienen la posibilidad de acceder a la información a través de un código QR que se incluye junto a la ficha de cada aparato.

Horario, tarifas e inauguración en septiembre

La inauguración oficial del Museo de Ingenios Musicales será en septiembre, en una fecha todavía por determinar, indica José Luis Mur. No obstante, durante todo el verano se puede visitar el centro, en horario de 16:30 a 20:30 horas, de martes a domingo.

A partir del 16 de septiembre, y hasta el 10 de diciembre, el horario cambia y el museo abrirá solo los fines de semana, de 12 a 14 horas.

El precio de la entrada general son 6 euros, la entrada reducida (mayores de 65 años, pensionistas, estudiantes y desempleados) son 3 euros, los menores de 12 años no pagan y las visitas guiadas concertadas de grupos (de 8 a 20 miembros), la entrada cuesta 10 euros por persona.