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José Luis Mur Vidaller, de Labuerda al Atlético de Madrid

Levantó en Madrid la mayor tienda especializada en material fotográfico de Europa y ha abierto en Labuerda el Museo de Ingenios Musicales 

José Luis Mur Vidaller en una imagen de niños y en la actualidad.
José Luis Mur Vidaller en una imagen de niños y en la actualidad.
S.E.

 

La vida de José Luis Mur Vidaller es fascinante. Nacido en Labuerda en 1948, el impulsor del Museo de Ingenios Musicales tiene una biografía digna de llevar a la gran pantalla. Si se rodara, la película hablaría de éxito y superación, y dejaría un buen poso al espectador porque su protagonista, finalmente, consigue todo por lo que ha luchado.

El 6 de noviembre de 1948, María Vidaller, de Labuerda, dio a luz a su único hijo, José Luis, por el que tanto ella como su padre trabajarían muy duro para darle la mejor educación. Y lo consiguieron, con esfuerzo y sacrificio, el pequeño José Luis llegó a estudiar a Barbastro, pero, antes de que terminara, Aínsa abrió su instituto y el joven de Labuerda pudo acercarse más a su hogar y acabar allí el Bachiller.

Desde pequeño, despuntó jugando a fútbol como portero. “Lógicamente no teníamos campo de fútbol, así que jugábamos donde podíamos, en prados, en el barranco, en la zona de rastrojos...”, recuerda.

En aquella época no existían ojeadores, así que fue él, animado por sus amigos y vecinos, quien se ofreció a jugar en distintos equipos de la provincia.

Finalmente, fue el Juvenil de Barbastro el que mejor condiciones le ofreció. “Me pagaban los desplazamientos y yo, para ganar algo de dinero, bajaba de Labuerda en los camiones que transportaban madera, de modo que me podía quedar ese dinero para mí”, cuenta.

El chico jugaba bien y en el Barbastro le buscaron un trabajo de auxiliar administrativo para que pudiera seguir jugando a fútbol. Poco a poco fue prosperando y pasó al equipo titular, la U.D. de Barbastro. Entre tanto, un joven bien amueblado, al que sus padres le habían inculcado los valores del esfuerzo y el sacrificio, aprovechó su tiempo libre para sacarse unas oposiciones de Administración civil en el Ayuntamiento de Almudévar. Obtuvo el puesto, pero su pasión seguía siendo el fútbol, así que compaginó ambos intereses.

Trabajaba en Almudévar cuando llegó el partido que le cambió la vida, la U.D. Barbastro se enfrentaba contra el Recreativo de Huelva por el ascenso y, aunque los de la capital del Vero perdieron, José Luis hizo el partido de su vida. Al día siguiente, varios clubs se interesaron por el jugador que acabó fichando por el Atlético de Madrid en 1972.

Una lesión mal curada de escafoides en la mano lo retiró antes de lo deseado y José Luis tuvo que empezar de nuevo. Se quedó en Madrid y salió adelante. “Nunca estuve sin trabajo”, afirma. Montó un puesto de fotografía en el Rastro y, con el tiempo, levantó la mayor tienda especializada en material fotográfico de Europa, Fotocasión, desde donde pudo desarrollar su otra gran pasión “por la fotografía y los cachivaches con mecanismo”.

Recuerda que a los 13 años se compró su primera cámara fotográfica por 99 pesetas y hoy tiene cerca de 6.000. En los últimos 35 años, ha coleccionado también cientos de aparatos mecánicos, y alguno más. Muchos de ellos se exhiben en el Museo de Ingenios Musicales que abrió sus puertas el pasado julio en Labuerda.