Sobrarbe

REPORTAJE

Eva Muñoz Buisán: "La devolución de las propiedades en Jánovas no fue ni justa ni restitutiva"

La autora de ‘Jánovas: agua y población. Una crónica vivencial’, relata las vicisitudes vividas durante el largo y complejo proceso de reversión

Eva Muñoz presentó su publicación hace unos días en la ermita de Jesús de Fiscal.
Eva Muñoz presentó su publicación hace unos días en la ermita de Jesús de Fiscal.
ARCHIVO DE LA FAMILIA BUISÁN-PUEYO Y MUÑOZ-BUISÁN

La historia de Jánovas ha llenado cientos de páginas de papel y de minutos en los medios de comunicación, especialmente, en los de ámbito regional, aunque la crónica del embalse que nunca llegó a construirse sobre el río Ara también ha saltado al ámbito nacional con programas de televisión como el que Jordi Évole le dedicó en ‘Salvados’.

Hoy Jánovas, Lavelilla y Lacort siguen siendo actualidad, porque la lucha de los hijos y de los nietos de quienes habitaron estos pueblos del valle de Ara continúa viva. Así lo asegura Eva Muñoz Buisán, descendiente de Jánovas y autora de una investigación avalada por el Instituto de Estudios Altoaragoneses, que relata las visicitudes vividas durante el largo y complejo proceso de reversión.

La nieta de Antonio Buisán y María Pueyo, vecinos de Jánovas, presentó recientemente su publicación en Fiscal, en el marco de las XXIII Jornadas Culturales Trintitario Bartolomé, donde habló de su obra y de la “falta de justicia” para con los vecinos y vecinas de los tres núcleos expropiados.

Familia Buisán Pueyo delante de casa Correo, 1961.
Familia Buisán Pueyo delante de casa Correo, 1961.
ARCHIVO DE LA FAMILIA BUISÁN-PUEYO Y MUÑOZ-BUISÁN

“Hemos recuperado unas tierras y unas propiedades, pero esa devolución no ha sido ni justa ni restitutiva”, subraya la investigadora, al tiempo que recuerda que, cuando su abuela se fue de Jánovas, “lo hizo con la casa en pie”, mientras que su familia, como la de otros muchos descendientes, ha tenido que levantar un hogar en ruinas y asumir unos costes en un proceso “muy largo de abogados, peritos, etc.”.

A toda este trabajo, hay que sumar las inversiones acometidas y “las pendientes” en esta parte del valle del Ara, porque, según la autora de Jánovas: agua y población. Una crónica vivencial, la situacion en este territorio todavía está “en precario”.

Reconoce que “se han hecho muchas cosas”, pero considera que faltan actuaciones esenciales, como “la luz de baja tensión en todas las casas” y la mejora de los accesos.

Familia Muñoz Buisán frente a casa Correo, 2008.
Familia Muñoz Buisán frente a casa Correo, 2008.
ARCHIVO DE LA FAMILIA BUISÁN-PUEYO Y MUÑOZ-BUISÁN

En este sentido, señala que “no hay un puente por el que acceder al pueblo de Jánovas, hay un vado sobre el río Ara que cuando el agua baja fuerte se lo lleva por delante”.

En la actualidad, varias familias trabajan en la reconstrucción de sus casas, “tres de ellas están prácticamente terminadas, además del edificio de la Escuela-Casa del Pueblo, que fue rehabilitado por los antiguos vecinos a instancias de la Asociación de Agricultores de Jánovas y Lavelilla en el año 2012”, cuenta la escritora, cuya vida, como la de su familia, ha estado muy ligada a la localidad.

“La historia de Jánovas no solo ha marcado la vida de la familia, la de mi abuela y la de mi madre, también la mía. Cada una hemos vivido una etapa distinta del conflicto y a mí me ha tocado la reivindicación para volver a recuperar las tierras”, comenta.

Ojalá en un futuro no muy lejano, el pueblo en el que Eva Muñoz llegó a veranear durante los ocho primeros años de su infancia recupere el esplendor que tuvo antaño.

Entre tanto, esta licenciada en Ciencias Politicas con un postgrado en Derecho Local y un máster en Gestión Integral del Agua, afincada en la comarca de Sobrarbe desde el año 1999, mantendrá su lucha “desde el lugar en el que hace tiempo decidí colocarme”. Con publicaciones como la que ha realizado para el Instituto de Estudios Altoaragoneses y a través de foros y entidades como la Fundación Nueva Cultura del Agua, donde trabajan por la defensa “no solo de Jánovas, sino de todo el valle del río Ara, que es la gran joya que hay que preservar y cuidar”, concluye.