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Conchita Puyol: “El paraíso es una biblioteca”

"En mi infancia, Internet era un libro, un tebeo y una curiosidad inmensa por la vida"

Conchita Puyol de niña y en la actualidad.
Conchita Puyol de niña y en la actualidad.
S. E.

“Cuando era pequeña tenía pesadillas y me costaba dormir, entonces leía. Y cuando desperté a la vida los libros estaban ahí para siempre”. Son palabras de Conchita Puyol, que lleva ejerciendo la profesión de bibliotecaria en Boltaña desde hace más de treinta años.

Su vida son los libros y no puede ser más feliz. “Siempre pensé que el paraíso era una biblioteca, como dijo Borges. Y yo estoy aquí, en el paraíso de la biblioteca de Boltaña”, afirma.

Conchita Puyol Pirla nació en Boltaña y se crió con su hermana y sus padres en la calle San Pablo que, por aquella época, “estaba llena de niños”.

“Nos pasábamos el día en la calle”, recuerda. Tenían a su alcance muchos juegos con los que divertirse y ninguno tenía nada que ver con pantallas, móviles, videojuegos u ordenadores, asegura.

Jugábamos a la pelota, al escondite, al burro, a las canicas, al corro de la patata, a la comba y a la goma”, recuerda, al tiempo que apunta que fue “una infancia “muy feliz y muy libre”.

Por aquel entonces, la imaginación era el mejor arma contra el aburrimiento de los niños, por eso, junto a su hermana y sus amigos, fabricaban sus propios utensilios para jugar.

“A veces nos peleábamos, pero aprendimos a perdonar y a pedir perdón, los padres no se metían porque eran ‘cosas de niños’”, comenta.

La vida, la educación, la sociedad. Todo ha cambiado mucho de un tiempo a esta parte. Internet, por ejemplo, era una palabra absolutamente desconocida, aunque no por ello era menos divertida la época que le tocó vivir de niña.

“Internet era un libro, un tebeo y una curiosidad inmensa por la vida”, afirma Conchita.

Como otros muchos pueblos del territorio, Boltaña sufrió durante muchos años el “drama de la despoblación”.

“Ahora, por fortuna -prosigue-, esta tendencia está cambiando, cada vez hay más gente que quiere vivir aquí”.

De hecho, la bibliotecaria habla maravillas de su hogar. “Boltaña es un buen lugar para vivir, con una gran oferta cultural, social y deportiva durante todo el año”, subraya.

Todo ello ha contribuido a que la gráfica poblacional se vaya invirtiendo y cada vez más familias apuesten por quedarse en el territorio o por venir a instalarse desde ciudades cercanas, como Zaragoza o Barcelona.

Desde el 2017, año en el que el municipio registró uno de sus índices más bajos de población de los últimos diez años, Boltaña ha ido creciendo progresivamente hasta alcanzar los 1.097 habitantes en 2022, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

Uno de los espacios insignia de la localidad es su biblioteca, que data de 1959. “En aquellos primeros años era una ventana al mundo y nos hizo a los boltañeses grandes lectores”.

Más de seis décadas después, “aquí seguimos, con muchísimos lectores y una estadística muy por encima de la media, quizá el secreto es que siempre hemos tenido los libros al alcance de la mano”, concluye Conchita Puyol.