Sobrarbe
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  • Diario del Altoaragón

Una carretera que vertebraría el Pirineo

Daniel Larramona, alcalde de Seira, Enrique Barrau, alcalde de Chía, José Serveto, alcalde de Plan, Roque Vicente, presidente de la Comarca de Ribagorza, Fernando Blanc, teniente de alcalde de Chía, José Manuel Bielsa, presidente de la Comarca de Sobrarbe, Juan Ignacio Spot, alcalde de Laspaúles y José Luis Rufat, alcalde de Sahún, en la pista forestal a la altura del refugio de Marradetas.
Daniel Larramona, alcalde de Seira, Enrique Barrau, alcalde de Chía, José Serveto, alcalde de Plan, Roque Vicente, presidente de la Comarca de Ribagorza, Fernando Blanc, teniente de alcalde de Chía, José Manuel Bielsa, presidente de la Comarca de Sobrarbe, Juan Ignacio Spot, alcalde de Laspaúles y José Luis Rufat, alcalde de Sahún, en la pista forestal a la altura del refugio de Marradetas.
Refugio de Marradetas.

SI HACE 50 años se pudo hacer una pista entre Plan y Chía para unir los valles de Chistau y Benasque, mejorar ahora la conexión tiene que ser mucho más sencillo. Se dieron pasos administrativos, incluso se redactó un proyecto para construir una carretera, pero todo sigue igual. Ni siquiera es necesario que sea una vía especial, basta con que pueda servir de conexión entre los vecinos de ambos valles con un mínimo de condiciones y de seguridad. Pero así no.

La celebración ayer del 50 aniversario de esta pista reunió a los presidentes comarcales, alcaldes y otros vecinos en el refugio de Marradetas que reivindicaron el asfaltado de la pista. No es tanto pedir, simplemente poder tener una vía que conecte ambos valles para evitar rodeos de kilómetros por Campo y Aínsa y para poder seguir estrechando los lazos de vecindad. Solo son 25 kilómetros, pero vertebran dos comarcas del Pirineo. Unos 100 vehículos circulan a diario, por lo que es un volumen suficiente como para que se dediquen recursos. Aunque es de titularidad municipal y de gestión autonómica, es la Diputación Provincial la que ha invertido. La mejora de las vías contribuye a acercar territorios y, sobre todo, personas.

Desde el valle de Benasque no hay un paso directo a Francia y esta vía acerca a los habitantes. Aunque es una pista de montaña, es fundamental que se entienda su función para que las administraciones no se olviden. El Gobierno de Aragón tiene que recuperar ese proyecto del cajón y, aunque no tiene por qué ser el mismo, sí debe acometer una mejora que mantenga una pista que se abrió hace 50 años por el empuje de los vecinos. Ahora, no se puede dejar perder.