La Fiscalía pide más de 30 años de cárcel al vecino de La Fueva por abusos sexuales continuados

El Ministerio Fiscal pide 30 años y 3 meses de prisión al vecino del municipio de La Fueva, acusado de varios delitos de agresión sexual y abusos continuados a cinco niñas menores de edad. 

En las calificaciones provisionales, el fiscal sostiene que el procesado, de 58 años y sin antecedentes penales, sometió a las menores a actos atentatorios y de menoscabo de su integridad e indemnidad sexual entre los años 2010 y 2020 con ánimo libidinoso. 

Por estos hechos, el acusado se enfrentará el 17 de abril en la Audiencia Provincial de Huesca a penas que suman más de 30 años de prisión y a unas indemnizaciones a las víctimas por daños morales que oscilan entre los 1.000 y los 72.500 euros, sumando un total de 143.478,60 euros. 

El presunto autor de los hechos es un vecino de La Fueva, separado de su primera mujer y padre, al que se le tenía en el municipio por una persona amable y de buen trato con los menores. 

En la actualidad, se encuentra en libertad pero tiene prohibido entrar en la comarca del Sobrarbe, salir del país y acercarse a menos de 500 metros de las víctimas, según el auto de procesamiento que dictó el Juzgado de Boltaña, en el que también se le impuso el pago de una fianza de 120.000 euros para hacer frente a posibles responsabilidades. 

Los abusos se conocieron en 2021, cuando una de las víctimas, que en aquel momento tenía 13 años, fue ingresada en el Hospital de Barbastro con un cuadro de grave desnutrición, momento en el que se destaparon los abusos. 

Según el auto judicial, los vecinos del pueblo lo consideraban amable y con buen trato con los menores. Tenía contacto con la niña, como con otros críos del pueblo, sobre todo en verano, ya que los llevaba a ver jabalíes por la noche o a dar una vuelta con su tractor. 

Respecto a las otras menores, una de ellas relató que con solo 13 años le tocaba el culo o les metía la mano por debajo de la camiseta. Otra, que entre los 6 y los 13 años sufrió los tocamientos de forma diaria todos los veranos. Al parecer, cesaron cuando unos niños, testigos de los hechos, lo contaron a sus padres y no le dejaron ir más con él. 

En el municipio existe un importante mutismo fruto de la consternación de la noticia, y es que se trata de uno de los episodios más oscuros de su historia reciente. En todo caso, impera la prudencia a la espera de que se desarrolle el procedimiento judicial.