Somontano

SOMONTANO - TRADICIONES

Vecinos y visitantes de Barbastro saborean 14.000 crespillos en la Plaza del Mercado

El postre se ha elaborado en 15 hornillos atendidos por cerca de 150 cocineros

Vecinos y visitantes de Barbastro saborean 14.000 crespillos en la Plaza del Mercado
Vecinos y visitantes de Barbastro saborean 14.000 crespillos en la Plaza del Mercado
Á.H.

BARBASTRO.- El olor a crespillos ha invadido la Plaza del Mercado donde se han degustado 14.000 postres elaborados entre 15 hornillos atendidos por cerca de 150 cocineros y cocineras de tres generaciones que dejaron satisfechas las expectativas de miles de personas en la XXVI Fiesta del Crespillo, organizada por el Grupo Tradiciones y el Ayuntamiento con apoyo de la Asociación Empresarios Somontano de Barbastro y catorce establecimientos que aportan materias primas.

IMÁGENES DE LA FIESTA

Aparte, miles de hojas de borraja recogidas en huertas locales y este año, también, en las del municipio de El Grado localidad invitada que reunió a un grupo numeroso de vecinos que participaron en la fiesta como anticipo de la próxima que se celebrará en la localidad. Se han sumado por primera vez, Atades y la Asociación Down con dos hornillos, repitieron los "nenes" -cocineros y cocineras infantiles- y hubo crespillos con receta para celíacos por iniciativa de Paca Auré.

La pérdida reciente de Dorita Mur no pasó desapercibida entre el público y en el hornillo que lleva su nombre trabajaron su familia y los colaboradores habituales de la veterana crespillera, entre ellos el alcalde Antonio Cosculluela, el gastrónomo Joaquín Coll y el pregonero Felipe Sallán. El recuerdo a Dorita también lo tuvo muy presente Jovita Pardinilla que tiene más de 90 años y sigue al pie del hornillo desde la primera vez en el Coso. Las dos han sido testigos de la trayectoria ascendente de la Fiesta del Crespillo declarada de Interés Turístico Regional.

ENLACE AL VÍDEO DE LA FIESTA DEL CRESPILLO

Las colas de público en espera de degustar crespillos han sido continuas hasta el mediodía pero si mitigaron con buena organización y colaboradores, entre ellos las Damas de Fiestas de los barrios de Barbastro además de voluntarios coordinados por Elita Davias y María Jesús Sampietro, del grupo Tradiciones. Ambas destacaron "el interés creciente por esta fiesta y los apoyos necesarios para celebrar 26 años. Es un placer comer crespillos elaborados con recetas tradicionales. Cada año va a más".

Antonio Cosculluela ha estado en línea similar "este año se bate el récord de crespillos, de hornillos y de público en una fiesta que va a mas cada año porque todos la sentimos como propia. La convivencia en torno al hornillo es muy agradable y cada cual aporta lo que sabe en torno a una receta similar a todos". Los Gaiteros del Somontano han aportado las notas musicales del repertorio propio.

La fiesta social ha reunido en torno a los hornillos a varios políticos metidos "en harina" como Antonio Cosculluela, Ángel Solana, Javier Betorz -autor del crespillo más grande- que son habituales y este año, la novedad fue Mario Garcés que ha aprendido a hacer crespillos y se ha llevado una bandeja para degustar en la sede popular de calle Génova. En todo caso, en torno a los hornillos ha habido comerciantes, amas de casa, Cruz Roja, barrios, grupos de Rosario Solorzano, Jovita Pardinilla y Rosa Moreno, colaboradoras habituales.

La buena climatología ha sido un aliciente añadido en la Fiesta del Crespillo a la que el obispo Ángel Pérez se sumó "a distancia" mientras que los viajeros del primer Bus del Vino Somontano lo han hecho de cerca. En el condimento de crespillos se emplean 80 kilos de harina y de azúcar, mucha docenas de huevos, medio centenar de litros de leche, 220 litros de aceite, 24 botellas de anís, dos kilos de anís en rama, dos cajas de levadura y dos de gaseosa.

En la historia de 26 años se han elaborado cerca de 215.000 crespillos de los cuales 145.000 son de la última década, según datos basados en consumo de este postre típico vinculado al domingo más próximo a la Encarnación (24 de marzo) conforme la tradición de localidades altoaragonesas donde se celebrara el rito de la preñez de las oliveras.