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SOMONTANO - PUEBLOS LLENOS DE VIDA

Lagunarrota: Tranquilidad y alegría de un lugar que se sabe importante

Una asociación de vecinos despliega una actividad cultural magnífica

Lagunarrota: Tranquilidad y alegría de un lugar que se sabe importante
Lagunarrota: Tranquilidad y alegría de un lugar que se sabe importante
Á.H.

BARBASTRO.- Pocos pero bien avenidos. Es la frase que resume el aspecto de convivencia vecinal en Lagunarrota, que pertenece al municipio de Peralta de Alcofea del que forma parte también El Tormillo. El alcalde es Sergio Gombau, que tomó el relevo a Obdulia Gracia tras una larga trayectoria municipal de 24 años entre concejala y alcaldesa.

Arturo López, portavoz de la sociedad local, destaca la importancia de la Asociación de Vecinos como "hilo conductor de propuestas, iniciativas y acciones, base fundamental para conseguir la convivencia. Se fundó con estos objetivos, las fiestas populares, el funcionamiento de piscinas, todo lo relativo a caza, caminos y otras cosas se organizan desde la Asociación con autonomía y libertad para sacar adelante propuestas y debates".

El belén monumental destaca entre las obras en común que realizan los vecinos cuyo censo habitual no pasa de 50 personas de tres generaciones. "El núcleo base del belén son 14 personas y 50 en conjunto que hacen posible el resultado en varios grupos con diferentes tareas. Todo el pueblo trabaja por el belén que se considera punto de unión y se ha convertido en referencia de Lagunarrota, muchos ni siquiera sabían del pueblo".

Los vecinos disponen de servicios necesarios, el salón del Centro Cultural es lugar de reunión, sobre todo en invierno, mientras que las piscinas son en verano cuando aumenta el censo habitual. La proximidad a Barbastro, Monzón y Huesca es una ventaja añadida, "la mayoría de casas están habitadas y rehabilitadas. La España vaciada existe pero es cuestión de organizarse un poco y mucha gente pasa temporadas y fines de semana. Aquí se ha comprado casas gente que no son de pueblo, vinieron, les gustó el ambiente de tranquilidad y convivencia, básicos".

Un paseo deja sensación de tranquilidad en el ambiente, limpieza en las calles que responden al nomenclátor de Zoriguel, El Salvador, La Yedra, Mayor, la Iglesia y el Horno, entre otras. El contraste de fachadas rústicas y rehabilitadas no pasa desapercibido ni tampoco los arcos dovelados que se conservan en casas. El altiplano donde se ubica Lagunarrota ofrece la posibilidad de disfrutar de vistas de las sierras prepirenaicas extensivo a tierras monegrinas. El mirador "Las Estapietas", próximo a la plaza de San Gil, es un lujo a 493 metros de altura sobre el nivel del mar y, en días despejados, las panorámicas no tienen precio.

El espacio de la Plaza se convierte en centro neurálgico para los vecinos porque reúne la iglesia dedicada a San Gil Abad -orígenes del siglo XII con reformas del XVI- y el Centro Cultural entre los edificios característicos junto con el crucero que recuerda la Orden de Calatrava a quien perteneció la localidad. En escritos antiguos constan otras denominaciones entre los siglos XII-XIII, como Lacunarupta, Lacunarrota y Lagunarrota en la actualidad.

La referencia a la Orden de Calatrava data del 5 de mayo de 1284, fecha en la que el Justicia de Aragón, Pedro Martínez de Artasona, vendió el castillo y la villa al comendador de la encomienda de Alcañiz. En un texto del siglo XV se menciona la pertenencia a la Orden que se mantuvo hasta la desamortización en el siglo XIX. Lugares de interés local son el Pozo Bajo, Pozo Fuente, Pozo "El Pinar", ermita de Santa María de Valverde y la caseta "del Carrascal" en honor a San Isidro Labrador.