El Obispado de Barbastro-Monzón no desistirá de recuperar la talla románica de Santa Ana procedente de la iglesia de Ribera

BARBASTRO.- El Obispado de Barbastro-Monzón no desistirá de recuperar la talla románica de Santa Ana con la Virgen Niña (siglo XIV) procedente de la iglesia de Ribera, en el municipio de Montanuy. Su abogado, Joaquín Guerrero, defiende la propiedad frente a los herederos de la familia que la custodió durante años en casa. Las dos partes se vieron el viernes 23 de octubre durante la preparatoria en el Juzgado de Instrucción y el Obispado tiene intención de seguir adelante si no hubiera acuerdo previo. Ahora se está pendiente de pruebas por parte de los herederos.

La talla sigue en depósito en el Museo Diocesano desde el 20 de diciembre de 2019, después de que la recupera la Guardia Civil en el marco de la Operación Frescales, a raíz de la denuncia que interpuso el Obispado en 2017 por vía penal. Las tareas duraron dos años y se colaboró desde el Departamento de Cultura del Gobierno de Aragón y el Museo Provincial de Huesca.

A partir de la denuncia, se abrieron líneas de investigación que llevaron hasta un anticuario de la provincia que había fallecido en el año 2015 y las diligencias afectan a los herederos. La Unidad Orgánica de la Guardia Civil pidió autorización en el Juzgado de Instrucción de Barbastro y con la talla de Santa Ana se localizaron dos más, similares, procedentes de retablos de alguna iglesia o ermita del Pirineo, cuyos orígenes se investigan.

El Obispado pidió medidas cautelares para que la talla siga en depósito tras el archivo de la causa penal y se conserva con "cuidados extremos" en el Museo. Precisa de restauración pero no es viable mientras esté en depósito judicial, según informan fuentes consultadas. De tamaño mediano, está realizada en madera policromada y su calidad buena a pesar del deterioro sufrido.

Las mismas fuentes informaron de que se ha pedido al Gobierno de Aragón la declaración de la talla como Bien de Interés Cultural dentro del Patrimonio Cultural. El proceso llevaría consigo medidas de protección de la obra tras el estudio y análisis de la talla.

Ángel Noguero, delegado diocesano de Patrimonio, manifestó con antelación que "la intención no es recuperar una pieza concreta sino salvar todo el arte de la Diócesis. Esa imagen no se hizo para contemplarla como pieza artística sino como muestra de devoción a Santa Ana. Por tanto, no es para que uno la guarde en casa y la tenga escondida sino para que se vea; la gente de finales del siglo XIII tenía devoción a Santa Ana. Es una obra de culto que tiene doble función, cultural y cultual (de culto) y nuestra obligación es respetarla".