Ángel Pérez: "El activo de esta Diócesis son las personas"

BARBASTRO.- Ángel Pérez dio el "sí quiero" para desposarse con la Diócesis Barbastro-Monzón el 22 de febrero de 2015, en una de las consagraciones más numerosas que se recuerdan en la catedral con la asistencia de 42 prelados y abades, más de 200 sacerdotes y religiosos para conocer al nuevo prelado a quien el papa Francisco dijo en confianza: "Míralo el santito ¡atrévete!" cuando le anunció destino y responsabilidad.

En la historia diocesana iniciada por San Poncio (1101-1104) es el obispo número 37 y el segundo natural de Ejea después de Miguel de Cercito (1586-1595). En la etapa actual de Barbastro-Monzón, desde 1974, es el cuarto después de Ambrosio Echebarría (1974-1999), Juan José Omella (1999-2004) y Alfonso Milián (2004-2014).

La trayectoria, en seis años, ha sido de signo ascendente y se le recordará como "el obispo de los bienes" -entre otras cosas- si todo sale bien en las semanas próximas y se confirma la devolución "completa" de las obras de arte de parroquias aragonesas que han estado en Lérida desde los tiempos del obispo Messeguer (1889-1905). El largo litigio con proceso canónico (1995-2008) se terminará por la vía civil iniciada por el obispo Ángel, el 13 de febrero de 2018, tras una decisión valiente y arriesgada.

En todo caso, será un paso más en el camino pastoral porque ha reiterado en varias ocasiones el deseo de "no moverme, soy hombre de única esposa y aquí me desposaron. Ahora mismo no me ilusiona pero es evidente que el Papa tiene la última palabra". Seis años de labor resumida en dos palabras, "conmovido y agradecido".

En este tiempo ha introducido cambios con iniciativas novedosas, ha apostado por "el potencial en esta tierra, con naturaleza exuberante y espectacular, patrimonio que se presta para rutas de Itiner Arte por Roda, Obarra, Montañana y Alaón, entre otras". Consciente de que los hábitos de vida y costumbres requieren propuestas actualizadas, tal vez porque "si hiciéramos lo de siempre, el último que apague la luz. Es como si tuviera la máquina de escribir de toda la vida en mi trabajo pero si no me actualizo en redes y sistemas, estoy muerto". Esas declaraciones de hace un año son vigentes.

El obispo Ángel ha repetido muchas veces que "el activo de esta Diócesis son las personas. A muchas de ellas nunca les habían invitado a formar parte de la Iglesia activa, en especial a las mujeres y si no hubiera en las parroquias, estaríamos en quiebra total. En este momento, somos una familia con sentimiento de pertenencia".

En el transcurso de seis años, ha visitado cuatro arciprestazgos -Sobrarbe-Ribagorza, Somontano, Cinca Medio-Litera y Bajo Cinca-, se ha mostrado como un obispo próximo, en la iglesia, en el comedor de casa, en la habitación donde visita enfermos, en montaña, conventos de clausura, en residencias de mayores, en cementerios, incluso en el bar del pueblo donde invita aunque no conozca a todos.

En esa labor de cercanía le hizo caso a Ernesto Durán (fallecido), que fue gran conocedor del medio rural y al comienzo ya le aconsejó que "peinara la Diócesis". Se ha reunido con alcaldes para encontrar puntos de unión ante situaciones, abierto el diálogo y partidario de buscar soluciones de consenso.

En suma, se ha esforzado por ver la Diócesis "a través de los ojos de los propios diocesanos". El whatsapp del obispo es, también, una herramienta de trabajo de gran utilidad pastoral. El reto aún sigue.