sector primario
Las previsiones iniciales de D.O.P. Somontano son de 17 millones de kilos de uva
En el Ecuador de la campaña, el descenso estimado es de cinco millones respecto a la campaña “histórica” del año 2021
Las previsiones iniciales de la campaña en las treinta bodegas de la D.O.P. Somontano no se han modificado y siguen en 17 millones de kilos de uva cuando se ha llegado al ecuador de la vendimia. El descenso estimado es de cinco millones respecto a la campaña “histórica” del año 2021 y solo podría modificarse al alza si, en las últimas semanas, hubiera precipitaciones que ayuden a los viñedos de secano y alivien a los viticultores según explica Óscar Torres, Director de Certificación del Consejo Regulador.
Somontano ha sido la primera D.O.P. que comenzó la vendimia, a comienzos de agosto, tras finalizar el Festival Vino Somontano, y se han recogido ya las uvas de variedades merlot, chardonnay, gewürztraminer y pinot noir que ya han entrado en bodega. Se sigue con cabernet sauvignon, tempranillo y syrah, sin que se hayan vendimiado, aún, las variedades garnacha tinta, moristel y parraleta que se dejan para final.
El mapa de variedades se completa con macabeo, riesling, garnacha blanca y alcañón, de producciones más reducidas. En la campaña de 2021, la mayor cantidad recogida fue cabernet sauvignon (21’61 %) en cifras de referencia, si bien fue la mejor cosecha de la década. El descenso estimado de cantidad se compensa con la calidad de la uva, “es muy buena pero el grano de uva es más pequeño por las altas temperaturas y la poca pluviometría del verano.
Desde criterios sanitarios es muy buena pero la merma en cantidad ha sido importante” señaló Torres.
En concreto, aunque los granos sean más pequeños, la alta concentración se traducirá en mayor calidad. Respecto a repercusiones en las bodegas, “este año, las previsiones eran muy buenas, de casi 21 millones de kilos si no hubiéramos pasado por esta situación. En apariencia, iba a ser un gran año pero el descenso de cantidad no afecta a la calidad, en absoluto”. La vendimia comenzó tras un año agronómico atípico, con un invierno sin precipitaciones, “ausencia total aunque llegaron en marzo y eso propició una excelente brotación de viñedo. La primavera transcurrió con normalidad y magnífico cuajado del fruto hasta que llegó la primera ola de calor a finales de mayo”.
A esto se unió la falta de precipitaciones desde abril, en contraste con el calor intenso que no ha cesado, “este cúmulo de situaciones afectó, en especial, al viñedo de secano, sobre todo el de tierras más pobres que sufrieron los efectos del estrés hídrico. De ahí que la campaña se haya adelantado una semana respecto al inicio habitual”.
Las tareas de vendimia dan trabajo a un millar de personas, entre viticultores (360), servicios, transportes y bodegas, según Óscar Torres, quien destaca la ausencia de incidencias. “Ahora interesaría mucho que lloviera, aunque no un mes seguido, para finalizar el ciclo de garnachas, moristel y cabernet porque se recuperarían un poco. Desde luego si no llueve no será por falta de deseos. La sequía ha afectado a muchas parcelas en secano donde se recogerá la mitad de la producción, eso es catastrófico para un viticultor”.
El regadío en parcelas ha evitado que el descenso en la producción sea mayor. Respecto al final de vendimia, “a finales de septiembre y si vienen lluvias se retrasaría hasta octubre con el 98 % de parcelas vendimiadas”. Los primeros vinos de la campaña no tienen fecha, en noviembre sería probable pero la mayoría de las bodegas esperan a la campaña de Navidad para sacar las novedades al mercado”. Aún es pronto para valorar costes y precios en general, aunque Torres resalta que “está entre las actividades agrícolas más importantes en el Somontano”.
