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Barbastro promueve la mayor causa de beatificación en la iglesia española

Las apertura del proceso afecta a 252 siervos, la mayoría sacerdotes, pero también seminaristas, clarisas y laicos

ÁNGEL PÉREZ, obispo de Barbastro-Monzón, ha presidido este domiongo en la catedral (10:30 horas) la ceremonia de apertura de la fase diocesana de la mayor causa de beatificación en la iglesia española, en proporción al número de habitantes. Afecta a 252 siervos entre sacerdotes (210), seminaristas (5), clarisas (3) y laicos (34), mártires en la Guerra Civil.

La apertura del proceso coincide con la fiesta de los Mártires del siglo XX y se realiza tras recibirse el “Nihil Obstat” -nada impide- aprobación oficial desde el punto de vista moral y doctrinal realizada por un censor de la iglesia desde la congregación para las causas de los santos, en Roma. Ángel Pérez lo califica de “día histórico para esta diócesis martirial”.

Hace dos años, informó del inicio de trámites durante la eucaristía celebrada en la iglesia de los Misioneros Claretianos en cuya cripta se veneran, en urnas de cristal, los restos de 51 claretianos beatificados por el Papa Juan Pablo II en 1992. Hasta llegar a la apertura de fase diocesana, la Comisión Histórica del Obispado realizó un laborioso trabajo de documentación individual, recogida de testimonios y numerosos datos para iniciar la causa. En la historia diocesana se suma a 79 beatos mártires de la Guerra Civil.

El presbiterio diocesano es parte actora del proceso y en opinión del vicario general, Ángel Noguero, constituye “un anhelo que teníamos y que, gracias a Dios y al esfuerzo de muchos, podemos pagar esa deuda pendiente con nuestros antecesores en la diócesis”. En concreto, se refiere a la persecución religiosa en los años de la Guerra Civil Española que afectó al 88 % del clero de la antigua diócesis de Barbastro.

“¿Por qué matarían a tantos?” es la pregunta que hizo el Papa Francisco al obispo Ángel Pérez cuando le entregó el libro “Mártires y testigos del siglo XX, Diócesis de Barbastro-Monzón” con listado de mártires diocesanos beatificados. En la audiencia celebrada en Roma, en febrero de 2020, explicó al pontífice las razones para incoar la nueva causa, “porque es de justicia. Se lo debemos a nuestros sacerdotes, religiosas y seglares”.

El obispo Ángel destaca otro concepto: “El martirial porque la mayoría eran sacerdotes (210) y el resto seglares. Le dije al papa Francisco que era una deuda pendiente”. El mismo criterio permanece hoy, “se lo debíamos porque la causa de beatificación responde a muestra de fidelidad, gracia y perdón, de reconciliación y reconstrucción de un mundo diferente que se hace desde el amor más radical, entregando la propia vida”. En la misma línea, destacó “la magnitud de la causa y la significación que lleva consigo para esta diócesis que ya tiene 81 mártires beatificados”.

Se refiere a la persecución religiosa en los años de la Guerra Civil que afectó al 88 % del clero de la antigua diócesis. Por lo tanto, se considera “el pastor de tierra martirial” porque a las canonizaciones y beatificaciones anteriores se suma el gesto más próximo, el proceso diocesano para la mayor causa de beatificación en la iglesia española”.

“Diócesis martirial”

Barbastro-Monzón con seis beatificaciones entre 1974-2002 está entre las españolas con mayor incidencia. La referencia “diócesis martirial” se extendió desde que el papa Juan Pablo II la definió así ante miles de personas en las beatificaciones celebradas en Roma. Hasta en seis ocasiones fueron por este motivo los obispos Ambrosio Echebarría y Juan José Omella entre 1974-2002. Alfonso Milián viajó a Tarragona en 2013 para asistir a la última beatificación que afectó a la Diócesis.

Echebarría fue el prelado que más veces fue a Roma por este motivo durante 25 años de episcopado (1974 a 1999). En una de ellas, con motivo de la beatificación del obispo Florentino Asensio y de Ceferino Jiménez Malla “El Pelé”, en mayo de 1997, le dijo al papa Juan Pablo II “es la cuarta vez que venimos a Roma por el mismo motivo”. La respuesta del, ahora beato, Juan Pablo II fue expresiva: “¡Oh, Barbastro, Barbastro!”. En términos similares al alcalde Rafael Fernández de Vega Arcarazo en el breve encuentro cuando supo su procedencia, “¡Barbastro, bene, bene!”.

La beatificación de Ceferino Jiménez Malla “El Pelé”, el 4 de mayo de 1997, fue la primera de un gitano en la historia universal de la Iglesia. Florentino y Ceferino fueron compañeros de martirio, amigos por corto espacio de tiempo y ambos, víctimas de la persecución religiosa.

El proceso más largo, de 45 años de duración, fue de 51 mártires claretianos, beatificados por Juan Pablo II. En la misma etapa, Escolapios (1995), obispo Florentino Asensio y Ceferino Jiménez Malla “El Pelé” (1997). En etapas posteriores, afectaron al obispo Cruz Laplana y Laguna (Plan, 1875) y su ayudante Fernando Español (Anciles, 1875) a quienes beatificaron con 497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma.

En la misma lista están Juan Codera (Barbastro), Félix Paco (Adahuesca), Leonardo Olivera (Campo), párrocos de Serrate y Baldellou. Un grupo de 16 escolapios de Barbastro (11) y Tamarite (5), tres clarisas de Monzón, 18 monjes benedictinos del monasterio de El Pueyo y “los curetas de Monzón”, José Jordán y José Nadal cuyos restos se trasladaron desde el cementerio de Azlor hasta la catedral de Monzón donde tienen capilla propia. De las últimas beatificaciones son los claretianos José Arner (Alcolea), Fernando Castán (Fonz), José Loncán (Azlor) y Miguel Facerías (Perarrúa).

Los primeros datos del “Martirio de la Iglesia de Barbastro” (1936-1938) se publicaron por iniciativa del vicario Santos Lalueza en la separata del Boletín Oficial del Obispado de enero-febrero de 1960 con relación de sacerdotes, seminaristas y religiosos muertos a causa de la Guerra Civil, con testimonios en actas martiriales. El Ayuntamiento de Barbastro que presidió el alcalde Juan Juseu publicó en noviembre de 1938 un folleto con relación de “personas asesinadas en Barbastro” entre sacerdotes, religiosos y seglares, extensivo a localidades de la comarca.

A partir de entonces, muchos autores se ocuparon del tema, entre ellos Pere Cudinachs, Julián Casanova, Plácido Gil, José Pascual Benabarre, Gabriel Campo, Manuel Iglesias, Dionisio Cueva, Mario Riboldi y Martín Ibarra con siete libros publicados sobre el tema, entre ellos el más reciente titulado “Barbastro, una Diócesis mártir (1931-1939)”.

Autores acreditados

El claretiano barbastrense Gabriel Campo Villegas (1933-2007) fue el postulador que intervino en más causas y procesos entre Misioneros Mártires, Florentino Asensio, Ceferino Jiménez Malla y Benedictinos del monasterio de El Pueyo, el último de su vida, iniciado el 12 de julio de 1997. La obra original con apuntes y testimonios sobre los 51 Mártires Claretianos de Barbastro (agosto, 1936) se ha traducido al ruso y al chino. Además, se centra en los Mártires Claretianos la película “Un Dios prohibido”, acreedora de reconocimientos internacionales.

Las últimas ediciones de la obra de Campo Villegas se suman a las publicadas en otros países, entre ellos Italia, Francia e Inglaterra. Además, es autor de Vida de Ceferino Jiménez considerada la mejor biografía sobre “El Pelé”. Además, fue primer director del Museo de los Mártires Claretianos que se inauguró el 15 de noviembre de 1992, hace 30 años, de referencia mundial y por el que han pasado más de 100.000 personas