La médico de Alquézar se jubila tras 35 años de dedicación plena

Rosario Toda Calvo se despidió ayer de los vecinos de Alquézar a quienes ha atendido durante 35 años como médica con habitantes de Radiquero, San Pelegrín, Yaso y Morrano, Bierge, Colungo, Adahuesca y localidades de la Sierra de Guara que se atienden desde el Centro de Salud. En todas deja gran testimonio de labor profesional en el medio rural del que es una gran defensora y al que nunca ha renunciado. Así se constató en el homenaje vecinal donde participó Mariano Altemir, que se retirará también de la política activa después de 32 años como alcalde de la localidad.

“Ambos comenzamos en 1987 y coincidimos en el momento de la despedida porque Charo ha estado en la zona desde que se incorporó procedente de La Rioja. Ahora es una casualidad que ella se jubile y yo deje la política. El homenaje ha sido muy merecido y emotivo, no han faltado las jotas de Cabrero y otras muestras de los que han sido sus pacientes”, informó el alcalde.

En palabras de Rosario Toda, “ha estado fenomenal en la doble vertiente de médica y vecina porque es una gran familia, aquí dejo mucha gente y a partir de ahora, me dedicaré a aficiones, hobbys y atenciones a la familia y amigos, no me queda otra”. Se refiere a los vecinos de pueblos que ha atendido como “gente muy saludable, acogedora, entrañables y maravillosos en todos los aspectos. Los echaré de menos, eso seguro, y también al cura Cabrero que sanalas almas mientras otros curamos la salud y se hace todo lo posible. Es una autoridad social en los pueblos”.

Mariano Altermir

En la misma línea, “¡vaya casualidad! Mariano se despide como alcalde y yo de médica, mientras que Cabrero si se jubila seguirá en su trabajo, Creo que a los curas solo les jubila Dios”. Se cuenta que Cabrero soñó que llegaba a los cielos y San Pedro a las puertas del paraíso le dijo, “¿para qué quieres mejor paraíso que Alquézar?, date la vuelta y regresa al pueblo”. En clave de buen humor, la doctora Toda reconoce “así es porque son tan auténticos ahora como hace 35 años cuando llegué en diciembre de 1987”.

Charo Toda está entre los 11.000 profesionales de la medicina que ejercen su labor en núcleos pequeños de población como los que ha atendido durante 35 años. Se les considera “el médico del pueblo” en municipios pequeños donde su labor es fundamental para ofrecer asistencia sanitaria y la garantía añadida de tener “cerca” el Hospital de Barbastro.

En la práctica, médicos rurales como Charo Toda son “parte del pueblo”, del patrimonio humano y entre las figuras más respetadas por vecinos de localidades donde ejercen su labor. Razón tiene cuando dice que “los echaré de menos, pero están en buenas manos”. A veces y con permiso del párroco les toca hacer de “confesores” y hasta de psicólogos.