Somontano

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Espacio de obras de arte fruto de la fe de personas

El Museo Diocesano de Barbastro-Monzón registra un incremento de visitas con las piezas devueltas en 2021

Frontal de de Treserra dedicado a San Vicente.
Frontal de de Treserra dedicado a San Vicente.
.Á.H.

En el Museo Diocesano se muestra un conjunto armónico de contenidos de obras de arte de diferentes etapas y contenidos que son testimonio de historia, fruto de la fe de personas que vivieron antes que nosotros y dejaron el legado que hemos recuperado”…. En estos términos opina el director, Ángel Noguero, cuando se refiere al contenido del Museo y la aceptación entre los visitantes. “En general, se llevan una impresión muy grata y completa. Las visitas han ido en aumento desde que se exponen una parte de las 111 obras de arte devueltas por el Museo de Lérida, propiedad de parroquias aragonesas”, explica.

“En el litigio por la devolución no fui de los más vinculados directamente porque fue muy largo, pero me hizo una gran ilusión cuando recibí las obras en el Museo después de tanta lucha por conseguirlas. En aquellos años, estaba en otras labores diocesanas, pero reconozco el gran mérito de quienes han trabajado desde los inicios” señala. La colección de 111 obras de arte de 43 parroquias devueltas por el Museo de Lérida, recuperadas en 2021 después de 27 años de litigio, está en el Museo Diocesano como depósito judicial mientras sigue el proceso en la Audiencia Provincial de Lérida por recursos presentados por el Consorcio del Museo de Lérida.

“Es una situación que sigue adelante y hasta que no termine, aquí están las obras y piezas devueltas, en espera de que se queden o se devuelvan. Lo previsible es que este proceso siga adelante hasta el Tribunal Supremo, al menos si se compara con otros similares. La situación lleva consigo que algunas obras devueltas ni siquiera se puedan restaurar”. Al mismo tiempo indica que “hay pequeñas piezas que no son dignas de muestra de museo, pero las mejores obras están expuestas desde el comienzo”.

Respecto a la posibilidad de aumentar la colección, “hay muchas que se podrían traer al Museo, pero en algunos pueblos no quieren que las imágenes salgan de allí, lo cual me parece un error grave porque si roban alguna ¿quién responde?... nosotros no porque no la tenemos”.

En el antiguo Museo que hubo en la catedral, inaugurado en mayo de 1978 ya se recogieron piezas de parroquias que quedaron deshabitadas o estaban en proceso de despoblación. Gracias a la labor realizada por Santos Lalueza y Manuel Iglesias (fallecidos) se recuperaron obras y piezas en riesgo de desaparición por expolio y deterioro. Muchas se exponen en las vitrinas del actual Museo dotado con espacios para depósito de piezas de parroquias rurales que las conservaron como muestra de fe y de testimonio.

Restauraciones in situ

Al mismo tiempo indica que “en la Diócesis hay obras que necesitan de tareas de restauración en el mismo lugar y eso cuesta bastante dinero que paga el obispado. Ahora mismo hay una talla de San Victorián que mide más de dos metros y está afectada de termitas. Estamos a la espera de que se normalice la situación en el Gobierno de Aragón para que nos ayuden a la conservación de la imagen”. Se localiza en la ermita de Nuestra Señora del Pilar, cerca del monasterio de San Victorián. Al mismo tiempo, se refiere a otros proyectos necesitados de recursos, “en uno de los primeros monasterios benedictinos, del siglo XI, que hubo en España dedicado a los santos Justo y Pastor, en Urmella (Bisaurri), hay necesidad de realizar tareas de restauración de la iglesia románica porque es uno de los símbolos de Aragón”.

En cuanto a las necesidades en el Museo, “estamos en una etapa muy tranquila no exenta de necesidades porque lleva consigo mantenimiento y acciones donde el apoyo de Amigos del Museo es importante por su contribución”.