Óscar Torres Angosto: "El campo es uno de los mejores sitios para cantar jota"

¿A quién le haría reverencia sin dudarlo?

—A los pequeños valientes. Esos niños y niñas que se despiertan en la cama de un hospital y luchan diariamente por lo más bonito que tenemos, la vida. Por circunstancias, he conocido a bastantes de estos pequeños valientes y se lo merecen todo.

¿El vino del Somontano inspira para cantar jotas?

—El vino del Somontano es fuente de inspiración continua. Tengo la gran suerte de trabajar con un producto único y de la mejor calidad.

¿Le caracteriza la letra C de catar (vinos), cantar (jotas), calidad (vinos) o cofrade (Santo Cristo de la ermita Virgen del Plano)?

—Por curioso que parezca pueden llegar a ser complementarias. El pasado mes de julio conseguimos aunarlas en Salas Bajas. La primera cata maridada de vino y jotas a beneficio de la ermita de la Virgen del Plano. Llenamos la plaza del pueblo con 150 catadores viviendo una tarde inolvidable y poniendo en valor que en nuestra tierra tenemos grandes vinos y una riqueza musical espectacular.

¿El Consejo Regulador de la D.O.P. Somontano es la mejor fuente de consejos para los viticultores?

—El Consejo Regulador es una corporación de derecho público que está al servicio de nuestros viticultores, bodegas y sociedad en general. Todos los que allí trabajamos intentamos dar los mejores consejos y lo mejor de nosotros mismos.

Elija entre el cachirulo de jotero y la gorra de vendimiador….

—La gorra de vendimiador es el cachirulo 2.0. La evolución de un elemento que ha servido para protegerse del sol en los momentos de trabajo más duros. Como bien sabemos los que trabajamos la tierra, el sol da la vida pero, a la vez es abrasador. Como amante de las tradiciones me quedo con un bonito cachirulo.

¿Cree en la magia de la vendimia en el Somontano?

—Sin duda. La magia fundamentalmente es ilusión, aunque sin olvidar habilidad e ingenio. Los que llevamos unas cuantas vendimias a nuestras espaldas sabemos que estos tres ingredientes nunca pueden faltar.

¿La Jota es un tesoro tras la declaración de la Jota como manifestación representativa del patrimonio cultural inmaterial?

—La jota siempre ha sido un tesoro. Es una suerte que, como pueblo, tengamos esta joya. Desde hace unos años, la Academia de las Artes del Folklore y la Jota de Aragón están luchando para que sea declarada Bien Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco y eso será una muy buena carta de presentación, pero el tesoro lo hemos encontrado hace mucho tiempo.

¿Qué son los joteros?

—Somos todos aquellos que nos gusta y amamos la jota. En cualquiera de sus formas y variantes. Por suerte, he podido aprender y sigo aprendiendo de grandes maestros joteros.

¿Qué significa la palabra jota en España?

—Jota es una expresión, un sentimiento que, además, se toca, canta y baila en muchos sitios, pero la jota en mayúsculas, donde recoge toda la finura, la rasmia y bravura es la nuestra. La aragonesa.

¿Sabe que tiene origen morisco?

—El origen es incierto. Lo seguro es que es una música muy antigua relacionada con el salto debido al ritmo alegre que tiene. Hoy por hoy, la primera referencia escrita sobre la jota se retrotrae a la zona del Bajo Aragón, lugar de origen de mi familia materna, en la cual, en 1730 se castigaba el baile de la jota por indecente. Mucho ha cambiado desde sus inicios y lo relevante es que se ha ido adaptando a los tiempos, convirtiéndose en mucho más que un baile. En mi caso, el origen jotero lo tengo en Albelda, pueblo que me vio nacer y en el que mi bisabuelo Bernardo ya la acompañaba con su laúd y su guitarra.

¿Suele cantar jotas cuando va por los viñedos?

—El campo es uno de los mejores sitios para cantar la jota y, en mi caso los viñedos del Somontano el mejor escenario para cantar la jota con letra de Teresa Ramón: “Vendimiadora pulida, de campos del Somontano, que dulces son los racimos que recoges con tus manos.”

¿Prefiere el vino de misa o el de mesa?

—El vino tiene tanta magia que es una parte fundamental del rito católico. En misa adquiere otra dimensión y en la mesa no puede faltar, pero siempre con Denominación de Origen.

¿Existe la Jota de Aspanoa o habría que inventarla?

—Aspanoa tiene desde hace 12 años, cada Navidad, una Gala de Jotas en el Palacio de Congresos de Huesca y en la cual, Roberto Ciria organiza una tarde especial con el mejor folclore, acompañado de amigos y de los componentes de la Compañía Artística Osca que cantan, tocan y bailan a beneficio de la Asociación de Padres de Niños Oncológicos de Aragón. Un auténtico lujo.

¿Vino, cerveza, recao y arte (Enate) se conjugan en Salas Bajas?

—A la maravilla. Salas Bajas es una pequeña localidad del Somontano que además de tener todo lo enumerado, tiene a la mejor gente. Y lo digo con conocimiento de causa. Es maravilloso ser nuevo poblador y sentirte uno más desde el primer día.