Somontano

SOMONTANO - SECTOR PRIMARIO

De la tierra al frasco, el valor de las plantas aromáticas y medicinales

Savia Íbera, la primera destilería de aceites esenciales del Somontano, recolecta y extrae hidrolatos puros, naturales y de propiedades únicas

Silvia Jiménez, bióloga, agricultora y cofundadora de Savia Íbera.
Silvia Jiménez, bióloga, agricultora y cofundadora de Savia Íbera.
S.E.

Entre campos de cereal y excavaciones en la roca, afloran matas de tomillo y romero en los alrededores de Berbegal e Ilche. El clima seco y la escasa pluviometría hacen de estas tierras de la Comarca del Somontano un enclave idóneo para el cultivo de plantas medicinales y aromáticas, algo que Silvia Jiménez y Kurt Michael advirtieron antes que nadie.

Ella, bióloga de formación. Él, permacultor. Ambos amantes y conocedores de la agricultura por tradición familiar. Emprendieron hace nueve años el proyecto de sus vidas: una destilería artesana de aceites esenciales.

“Cambiamos las Azores por Fornillos y encontramos en Berbegal el lugar perfecto para cumplir nuestro sueño”, recuerda Kurt, desmenuzando su proyecto de crear un negocio basado en el aprovechamiento de las plantas aromáticas y medicinales.

Nació así Savia Íbera, una idea centrada en la producción de hidrolatos puros, naturales y de calidad que pueden tener un uso culinario (infusiones o condimentos), textil, agrario, farmacéutico, sanitario o aromático.

“Además es un cultivo de nuestra climatología y se extrae por medio de un proceso lo más respetuoso con el medio ambiente, ya que el 80 % de la producción de materia vegetal viene de la recolección silvestre que después devolvemos al campo para que composte”, completa Kurt, acerca del proceso productivo.

Éste se inicia con la recolección manual, autorizada y respetando sus ciclos naturales. A continuación tiene lugar la destilación y trabajo en el obrador antes de obtener el producto final.

“La comercialización es la parte más complicada siendo dos, pero tratamos de darnos a conocer allá donde vamos”, subraya Kurt sobre su cartera de clientes, que empezó siendo local y ahora ha llegado a Huesca, Zaragoza, Lérida, Madrid y Barcelona.

Un tomillo especial

Durante el proceso de prospección del terreno en Hoz y Costean, Silvia y Kurt hallaron un tomillo de unas características “únicas”. “Los abuelos del lugar nos habían hablado de esta especie tan singular”, recuerdan, tras analizar en el laboratorio su composición química ausente de timol, sustancia esencial para la desinfección en la apicultura.

Además, en los últimos años, Savia Íbera ha pasado a formar parte de la bolsa de prácticas de la Universidad de Zaragoza para la formación educativa de alumnos de Erasmus Rural.

Desde la puesta en marcha del programa, varios estudiantes han realizado prácticas en Savia Íbera con el objetivo de coger experiencia en el mundo de la botánica y, al mismo tiempo, conocer lo que es trabajar en una empresa dentro del mundo rural. “Disfrutan y aprenden mucho de nosotros, a la vez que nosotros también aprendemos de ellos”, valora Kurt.

Esta actividad se suma asimismo al programa de divulgación científica que llevan a cabo junto con el Centro de Investigación y Tecnología Alimentaria de Aragón (Cita). Silvia y Kurt forman parte de la red de educadores medioambientales que trabajan en nuestra comunidad ofreciendo actividades de educación medioambiental y divulgando la importancia de proteger nuestro patrimonio botánico ibérico con conferencias y formaciones en los municipios.

Con todo, los miembros de la primera destilería de aceites esenciales en Huesca y una de las primeras de Aragón, remarcan que todavía queda “mucho por descubrir”. “Somos un proyecto pequeño y artesano, ponemos mucha pasión en lo que hacemos y en cuidar nuestros campos para llevar el producto de la tierra del campo al frasco y seguir fabricando nuestro sueño”, concluye Kurt Michael.