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OJO AVIZOR

El Museo de los Mártires Claretianos estrena salas

El espacio se ha redistribuido en cinco rincones temáticos dotados con sistemas modernos

Inauguración en el Museo de los Mártires Claretianos
Inauguración en el Museo de los Mártires Claretianos
A. H.

El Museo de los Mártires Claretianos de Barbastro inaugura este domingo las instalaciones remodeladas con nueva distribución entre cinco grandes salas temáticas dotadas con sistemas modernos sin modificar los contenidos relacionados con la historia de 51 claretianos beatificados por el papa Juan Pablo II, en Roma, el 25 de octubre de 1992. Los visitantes encontrarán un Museo moderno después de 31 años desde que se inauguró el noviembre de 1992, un mes después de la Beatificación que culminó un proceso largo.

En la Casa Museo de los Claretianos se celebrará la reunión con asistencia de provinciales de toda Europa que compartirán con el obispo Ángel Pérez la Eucaristía en la primera iglesia dedicada el Corazón de María, en España, construida en 1888. En el interior se expone el tapiz de gran tamaño que se descubrió en el balcón de la logia central de la basílica vaticana en la ceremonia celebrada en la plaza de San Pedro el 15 de noviembre de 1992 con asistencia de miles de persona y de claretianos de todo el mundo.

La inauguración de las instalaciones coincidirá con la presencia en Barbastro del padre Mathew Vattamattan (Kalathoor, India, mayo, 1959), superior general de los Misioneros Claretianos que fue reelegido para el cargo en agosto de 2021. La ratificación en el cargo reflejó también el proceso de internacionalización de la congregación fundada por San Antonio María Claret hace 200 años.

La reforma en el Museo reafirma la apuesta de los Claretianos por Barbastro donde llegaron el 20 de diciembre de 1869. La apertura de la Casa Museo fue, también, la garantía de continuidad en Barbastro porque las perspectivas no eran halagüeñas para continuar en la ciudad. La decisión del Gobierno general, en Roma, hizo posible la construcción del edificio actual para mantener la memoria histórica en Barbastro donde llevan 154 años.

En el transcurso de 31 años, desde 1992, el Museo lo han visitado 113.000 personas hasta agosto de 2023 cuando se cerró para iniciar el proyecto de remodelación. “Todo lo que sea pasar de 100.000 visitantes es una buena cifra para este Museo que se abrió desde el primer día de la beatificación” explica Carlos Latorre, superior de la comunidad y director actual con los precedentes anteriores de Gabriel Campo (1992-1998) y José María Beruete (1998-2022) ambos fallecidos en Zaragoza.

Las cifras reflejan el interés social y turístico que despierta el Museo, único en el mundo por características y contenido que le han convertido en una referencia internacional y contribuye al Turismo Religioso en la zona. Por otra parte, la referencia de Barbastro va unida. La procedencia de visitantes es universal, de Estados Unidos, México, Argentina, Brasil, Colombia, Portugal, Suiza, Bélgica, Lituania, Eslovenia, China (Macao y Hong Kong), Kenia, Australia y Nueva Orleáns por citar referencias de los últimos años.

La influencia de la película Un dios prohibido (2013) basada en la historia de los mártires claretianos ha sido notable y también el paso por Barbastro de jóvenes de camino a la Jornada Mundial de la Juventud. Otro factor influyente ha sido la proximidad de Torreciudad en el itinerario de la Ruta Mariana. En los últimos diez años ha sido importante la presencia de los monjes del Instituto del Verbo Encarnado (IVE) que regentan el monasterio de El Pueyo desde el 30 de agosto de 2009.

Tienen de copatronos a los Mártires Claretianos y custodian, en la iglesia, los restos de los 18 benedictinos beatificados el 13 de octubre de 2013 por el papa Francisco. En cambio, despierta menos interés entre los vecinos de Barbastro por aquello de que “al estar en casa siempre queda tiempo para visitarlo” según opina Carlos Latorre, que comparte visitas guiadas con el religioso filipino Antonio Alcántara, traductor al inglés. En el nuevo sistema se introduce el idioma, pero “hay aspectos concretos que conviene explicar durante la visita guiada”.

“Un museo muy especial”

La reforma interior es amplia y ha llevado consigo el proceso de distribución optimizada de espacios disponibles entre cinco grandes salas donde se exponen la mayor parte de 300 objetos y documentos, aunque ha sido objeto de una distribución seleccionada. De manera que quienes visitaron el Museo con antelación lo encontrarán distinto, dotado de sistemas modernos, entre ellos lectores QR adaptados para móviles, proyecciones y paneles con textos en castellano y en inglés. En definitiva, una apuesta total.

Los cambios afectan a la distribución entre salas y capilla, aunque no la cripta donde se conservan los restos identificados de los 51 mártires claretianos, en urnas de metacrilato traslúcido. En las visitas “es la parte más impactante y lugar de oración. Aquí no hay que tocar nada dijo el autor del proyecto, Miguel Ángel Velasco”, según explicó Carlos Latorre.

Se desarrolla en torno al mensaje “Mártires Claretianos Barbastro. Testigos de Paz y Reconciliación. El mensaje en sí mismo no es la historia de como los mataron en la guerra civil, sino por qué murieron. La gran mayoría de visitantes expresan su sorpresa porque eran jóvenes entre 20 y 25 años”.

En el panel de entrada se indica al visitante que “estás en un museo muy especial. Aquí no encontrarás importantes obras de arte, pero sí una importante historia de fidelidad y autenticidad personal. La historia de los Mártires Claretianos de Barbastro puede incluirse en la larga historia de creyentes y seguidores de Cristo que han dado su vida por la fidelidad a su maestro Jesús de Nazareth”.

Los sucesos ocurrieron en la ciudad de Barbastro durante el verano de 1936, “este Museo se construyó en el mismo lugar donde estuvo el Seminario Claretiano en el que vivieron los mártires durante pocos meses”. Faustino Pérez, uno de los 51 claretianos, es el guía de la visita contada en documentos sonoros que se escuchan por auriculares. Las vitrinas que hubo en el primer museo montado por la religiosa Purificación Fernández, se han sustituido por otras modernas para exponer objetos, libros, documentos, cartas autógrafas, escritos, recuerdos, objetos personales y litúrgicos de los protagonistas de la historia.

El interés general está en los fondos, didáctica y mensaje en torno a los cuales se diseñó el proyecto original “impresiona, impacta y educa porque irradia cultura” según la definición escrita por Damián Iguacen, que fue obispo de Barbastro (1970-1974) y emérito de Tenerife.

La historia es, también, “aleccionadora para los creyentes” digna de visita sin prisa porque el Museo se concibe como “relicario y escuela”. El espacio dedicado a la Congregación de los Claretianos es otra novedad en el itinerario por las salas.