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COSAS DE CASA

El Niño Jesús en imágenes de hace casi tres siglos

La Comunidad de Hermanas Clarisas Capuchinas de Barbastro conserva una colección de 35 piezas

Algunas de las imágenes que recrean la figura del Niño Jesús.
Algunas de las imágenes que recrean la figura del Niño Jesús.
Á. H.

LA COMUNIDAD de Hermanas Clarisas Capuchinas conserva una de las mejores colecciones de iconografía del Niño Jesús, con treinta y cinco imágenes diferentes, que se han conservado durante casi tres siglos gracias a los cuidados de las religiosas. El legado no sorprende si tenemos en cuenta que el convento y la iglesia están dedicados a la advocación del Niño Jesús.

En la colección destacan ejemplares curiosos como son Ricarditos, Niño de Belén milagroso, Pepitico, Niño Jesús de Praga, Niño de la Pasión Nazareno, por citar algunos y cada uno con su propia historia. Además, se conservan urnas petitorias con hucha que se empleaban en la cuestación domiciliaria para recaudar fondos destinados al sufragio del convento. La costumbre de donativos por este sistema duró mucho tiempo entre familias residentes en Navarra, Valladolid, Madrid, País Vasco y Barbastro.

Muchas imágenes fueron entregadas por familias.
Muchas imágenes fueron entregadas por familias.
Á. H.

El buen estado de conservación se debe a las religiosas que han cuidado las imágenes durante siglos con mimos y esmero, así se explican los vestidos bordados que lucen, aunque hay otras desnudas.

En su mayoría proceden de familias que las depositaron en el convento durante generaciones.

Una de las historias peculiares afecta a los Ricarditos porque pertenecieron a Antonia Clara y Antonia Bienvenida, hermanas del ilustre general Antonio Ricardos Carrillo de Albornoz (1727-1794), héroe en la Campaña del Rosellón (1793) que profesaron como monjas capuchinas en el convento. A partir de entonces tuvo apoyo y protección de la familia. Las dos imágenes del Niño Jesús las trajeron al convento donde se conservan.

De la misma colección es el Niño de Belén, llamado “el milagroso” porque apareció desnudo a las puertas del convento, según la historia que ha trascendido entre religiosas en diferentes épocas.

Una pieza vestida con un traje con bordados.
Una pieza vestida con un traje con bordados.
Á. H.

Además, “Pepitico”, Niño Jesús de Praga, Niño de Pasión “Nazareno”, Niño Jesús con cruz (XIX), Niño sedente con cruz (XIX-XX), Niño dormido sobre cruz (XVIII), Niño recostado (XIX), Niños Jesús limosneros de diversas épocas y estilos en urnas con hucha lateral, Niño con bola del mundo (XVIII), Niño Jesús limosnero (XIX) y Niños sedentes de varias épocas.

Cuidados y devoción han sido habituales desde las religiosas de más edad a las más jóvenes. En los vestidos destacan la creatividad y el gusto propio de las religiosas que bordaron las prendas, se preocuparon de lavarlas y de plancharlas. La colección tiene valor histórico y sentimental, la venta es imposible porque pertenece al patrimonio del convento.

Parte de la colección se expuso por primera vez en el Museo Diocesano de Barbastro-Monzón, en febrero de 2018, precedida de la conferencia del historiador barbastrense Luis Alfonso Arcarazo.

En aquella muestra hubo, también, imágenes procedentes de las Capuchinas del Real Convento de la Purísima Sangre de Cristo y Glorioso San José en Castellón. Las religiosas se las trajeron a Barbastro cuando se cerró en marzo de 2012.

La comunidad lleva en Barbastro desde mediados del siglo XVII, donde residieron en una casa del Coso hasta su traslado al convento actual que se construyó entre 1728 y 1737.

En la actualidad residen seis religiosas, cuatro de ellas son jóvenes keniatas, entre ellas la abadesa Florence Syombua y dos que superan 80 años de edad han pasado su vida en el convento.