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SANIDAD

El Hospital de Barbastro funciona como "cantera" de las capitales

Es complicado lograr una estabilidad ya que los cambios en la plantilla son frecuentes

Hospital de Barbastro
Hospital de Barbastro
Víctor Ibáñez

Más de 110.000 personas y una zona de 8.500 km2 dependen del Hospital de Barbastro. En todo este vasto territorio no hay ningún otro centro hospitalario, ni público ni privado, por lo que la carga de trabajo “es mayor que en otros hospitales”, subraya su director, Juan José Eito.

Entiende que “con igualdad de condiciones y salarios” la gente opte por “trabajos más cómodos”. En la práctica, esto se traduce en que Barbastro hace de “cantera o banquillo” para otros hospitales más grandes, a los que los médicos migran siempre que tienen la ocasión.

Se trata de un mal endémico de este tipo de centros periféricos y que provoca una inestabilidad difícil de parchear, con especialistas que “no se asientan” sino que entran y salen en cuestión de un año.

Eito explica que la especialidad que tiene una demora media mayor para operarse es Otorrinolaringología, con 192 días. Ha ocurrido que uno de los dos especialistas está de baja y no se ha podido cubrir, por lo que la lista va aumentando y se arrastra el problema. “Si tenemos cuatro especialistas, nadie nos asegura que la semana que viene no se hayan reducido a la mitad”, ejemplifica el director.

Le sigue Traumatología, con una espera quirúrgica a fecha de 27 de marzo de 120 días y 67 pacientes que llevan aguardando durante más de seis meses. La situación ha discurrido de forma similar, y la lista ha aumentado tras una serie de bajas y excedencias. “Tú contratas, pero luego la gente no está al 100 % implicada”, señala Eito.

El área de Reumatología tiene dos plazas, pero solo una está ocupada por un especialista y la otra la asume medicina interna. Virtudes Pelegrín, de la Asociación Artritis Oscense, alerta de que esta situación puede agraverse durante los próximos meses porque la doctora Fábregas, una profesional muy bien valorada, se jubilará en octubre. Llueve sobre mojado porque “hace más de un año y medio que atiende al doble de los pacientes que le corresponden”, detalla Virtudes Pelegrín.

En el caso de consultas externas, los peores números vuelven a ser para Traumatología (232 días de espera media), Neumología (187 días de espera) y Otorrinolaringología (184), a los que siguen las áreas de Dermatología con una espera de 164 días, los 162 días de demora de Urología y los 147 de Oftalmología.

Por otra parte, Juan José Eito pone en valor la situación actual de Oncología. Tras un periodo de incertidumbre y con falta de especialistas, el panorama se ha logrado estabilizar gracias al refuerzo imprescindible de especialistas que se desplazan desde el Hospital Miguel Servet de Zaragoza. Con esto, “que tengamos la plantilla actual y demos el servicio que estamos dando es un éxito de gestión” para Eito, ya que todos los pacientes están citados y atendidos “en tiempo y forma”.

Bolsas de trabajo vacías y una reivindicación histórica

El hospital de Barbastro tiene grandes problemas de personal desde siempre, y Oncología no es la única especialidad que necesita apoyos venidos de Huesca o de la capital aragonesa. Tiene difícil solución, ya que hay áreas en las que no hay ni un profesional disponible para contratar en todo Aragón. Es el caso, por ejemplo, de Traumatología, una de las que tiene un peor estado de salud en estos momentos.

Para el director es necesario “que nos creamos el Hospital de Barbastro” tanto los pacientes como el personal ya que “si no valoras lo que tienes, corres el riesgo de perderlo”.

Una reivindicación histórica es que se convirtiera en hospital universitario, algo que aportaría más reconocimiento y que es necesario porque “Barbastro no puede ser un hospital de segunda”.

José Borrel, presidente del Colegio de Médicos de Huesca, lo ve complicado por la “falta de servicios y de personal”. Su petición va más allá y reclama que se den incentivos para trabajar en centros hospitalarios periféricos o en el medio rural. Considera que “la capital atrae mucho y todo va a los grandes hospitales, que cada día son más grandes y los pequeños, más pequeños”.

Advierte de que hace falta un pacto estatal en materia de Sanidad, porque “las malas decisiones en cuestiones sanitarias se suelen pagar más adelante”. Igualmente, recuerda a los responsables políticos que “los profesionales siempre damos más para suplir las carencias, pero a veces no se puede”.