La escalada, destino y paraíso

Desde Chile hasta Japón pasando por Italia, Francia o Suecia, la provincia de Huesca -con Rodellar y Riglos a la cabeza- se ha convertido en destino y paraíso para los amantes de la escalada. En esta primera semana de mayo, sin ir más lejos, el valle de Rodellar se ha nutrido de la presencia de deportistas, turistas y usuarios de hasta doce nacionalidades distintas atraídos por las posibilidades que ofrece esta zona del Somontano. 

Entre ellos, las chilenas Vanessa Hartnan y Daniela Espinosa que se han establecido temporalmente en Rodellar para practicar la escalada y disfrutar de la naturaleza mientras trabajan en el camping El Puente. 

Una experiencia similar viven en Riglos el turolense Beto Molina y la italiana Anita Maganini, que llegaron a este paraíso medioambiental de la Hoya de Huesca para trabajar hace unos años y han acabado como guardas del refugio de Riglos, en un empleo que les permite deleitarse con el paisaje cada día y salir a escalar para ponerse a prueba mental y físicamente, disfrutar de la roca y de esa gran familia que son los escaladores que recorren todo el mundo.

De Chile a Suecia, el valle de Rodellar atrae a deportistas de todo el mundo

El paraíso de la escalada está en Rodellar a nivel mundial, y la práctica de actividades no pasa desapercibida para deportistas que apuestan por esta pequeña localidad del Somontano, en el municipio de Bierge. Las posibilidades que ofrece la zona son muy atractivas como se refleja en la presencia de deportistas, turistas y usuarios de hasta doce nacionalidades distintas en la primera semana de mayo -que no es de temporada alta-.

El censo habitual de 49 habitantes se mantiene estable, solo aumentan las cifras de visitantes desde Semana Santa en adelante y contribuyen al empleo de temporada en establecimientos de la zona, beneficiarios directos de las actividades de aventura en los cañones, barrancos y zonas de escalada. Un dato significativo son las reservas de escaladores japoneses que repiten estancias. Todo suma en Rodellar y por tanto contribuye al desarrollo.

El emplazamiento a las puertas del Parque Natural de la Sierra de Guara es un atractivo importante para los amantes del barranquismo con Mascún de referencia, senderismo y las mejores zonas de escalada del mundo. Así lo entendieron dos chilenas que descubrieron la localidad y hacen compatible la actividad deportiva con el trabajo en el camping El Puente. En la práctica, la escalada por las paredes de Rodellar es posible a 11.000 kilómetros de casa para dos chilenas jóvenes, de profesiones diferentes.

Se preguntarán qué hace una arquitecta como Vanessa Hartnan, natural de Santiago de Chile, que trabajó tres años en California (Estados Unidos) y al final recaló en Rodellar. “El año pasado opté por renunciar a mi trabajo en una empresa de diseño y paisaje para viajar por Europa, me trasladé hasta Alemania porque mi padre es de este país después me moví por Holanda, Francia, Bélgica y España donde me atrajo la práctica de escalada en roca”, explica en un paréntesis del trabajo.

“Estuve tres semanas en Rodellar donde llegué por unos amigos y me gustó tanto que opté por pasar la temporada entera. Es una combinación agradable de paisaje, ambiente y gente, me siento como en una gran familia que te da la bienvenida cuando llegas. Aquí todo el mundo se conoce y la práctica de escalada es increíble, de las mejores paredes del mundo, además casi todos somos escaladores”, indica.

Hasta que llegó, “nunca había oído nada de este lugar del que me habló un amigo que conocía esta zona por las grandes posibilidades de la escalada, así que vine y después regresé para quedarme en temporada. Además, aprendo mucho sobre paisaje y vegetación de la zona, son temas que me interesan, entre trabajar y escalar tengo todo el tiempo ocupado. Otro tema importante es conocer gente y aquí es posible por el tema común de la escalada que nos une con independencia de los países de origen”.

En la misma línea, dice que “en este trabajo, si escalas y eres feliz, la amabilidad sale sola”. “No me sorprende que los japoneses vengan a España para escalar por las muchas posibilidades que hay”. A partir de septiembre, Vanessa seguirá la ruta del “plan abierto que permite vivir en una furgoneta con intención de regresar cuando sea posible”. Se refiere al Somontano, “lo que he visto me ha gustado, pero no conocía Alquézar ni sabía nada de Rodellar solo me dijeron que se escalaba muy bien y son experiencias para contar y aconsejar. En otras partes de España que he estado no es lo mismo porque no tienen la vida que se disfruta aquí, donde te sientes a gusto”.

La escalada bien vale un vuelo desde Chile

Daniela Espinosa es chilena, farmacéutica, no se conocían con Vanessa hasta que coincidieron este año en el trabajo del camping donde les une, también, el gusto y deseo por la escalada. “Es el mejor lugar del mundo, único, del que me hablaron amigos en Chile, pero vale la pena coger un vuelo, alquilar un vehículo y venirse con la mochila”. Se refiere al ambiente desde la doble experiencia laboral y deportiva. “La gente es muy simpática, se puede trabajar, escalar y estar tranquilos, aquí todos somos amigos durante la temporada completa, llevo cinco años y siempre vuelvo”.

A distancia de 11.000 kilómetros de su país, reconoce que echa de menos a la familia, “aunque aquí somos una gran familia y en invierno coincidimos en diferentes lugares. Al final, se regresa a Rodellar, si no ya no estaríamos aquí. El ambiente laboral es muy agradable con esta empresa familiar en la que hay dos buenos escaladores, Tomás y Julieta”. Se considera “una inmigrante satisfecha por la acogida de gentes del lugar. En lo que conozco del territorio, me gustan los rincones ocultos que tiene y el valle de Rodellar. La ruta de pasarelas en Alquézar y también las posibilidades de escalada que tiene”.

"Joaquín" el sueco

Otra muestra de la universalidad en Rodellar es el sueco “Joaquin”, que eligió este rincón para “estar a gusto” en las pocas palabras que tuvo con el periodista, por cuestión de idioma, aunque el dedo pulgar levantado y una sonrisa expresiva lo dijo casi todo con mirada hacia la localidad. Allí tiene plaza dedicada el montañero francés Pierre Minvielle (1934-2018), entre los pioneros a quien se considera el mayor divulgador de las bellezas de Guara. Gracias a sus publicaciones en Francia y en España muchos turistas llegaron al lugar por primera vez para recorrer los cañones naturales del río Vero y escalar en las paredes de este santuario natural.