Cultura

CRÍTICA MUSICAL

Rumba empoderada

Maruja Limón presenta su segundo disco en la Sala Genius de la capital oscense

Rumba empoderada
Rumba empoderada
L.LL.

HUESCA.- Tan solo un año después de su primera visita, volvían el viernes a la Sala Genius las barcelonesas Maruja Limón. Con un nombre así no sería de extrañar que las ficharan para animar las fiestas de ese Orgullo Charnego del que habla, no sin provocar polémica, la escritora feminista Brigitte Vasallo. Y es que Maruja Limón, además del nombre de este quinteto barcelonés, es sobre todo el título de una muy popular rumba flamenca escrita por Quintero, León y Quiroga, y popularizada en su día primero por Gracia Montes y después por Manolo Escobar. Si en su primera actuación en Huesca estas rumberas catalanas presentaron su primer disco, Más de ti, ahora venían para descubrir los secretos que esconde su segundo trabajo, Ante mí.

Maruja Limón lo componen dos cantantes, Esther González y Sheila Quero, la guitarrista Vicky Blum, la batería Elisenda Fàbregas y la trompetista Mila González, que es, sin duda, la encargada de imprimir a la banda su sonido más original y peculiar. Herederas en cierta forma de Las Migas, el grupo del que surgió Silvia Pérez Cruz, Maruja Limón han sabido enhebrar la rumba con el flamenquito y los ritmos latinos para configurar una fusión de honda raíz española. Lo hacen con gracia y frescura, y eso ha posibilitado que su público haya ido creciendo progresivamente. Por otro lado, el viernes en la Sala Genius pareció reproducirse el día de la marmota, porque, exactamente igual que en su primera visita, la cosa comenzó un tanto fría, con el público sentado y el grupo enarbolando sus canciones más sosegadas y tranquilas, para poco a poco ir calentando motores hasta la euforia final.

Más rumberas y menos latinas que antes, las chicas de Maruja Limón han decidido servirse de la rumba para comunicar su mensaje de empoderamiento feminista. El recorrido se inició suavemente con temas como Fuerza o ese Entre nosotros en clave de flamenquito melancólico. Y tras el tumbao rumbero de La noche llegó el momento de homenajear a Miguel Hernández a través de la guajira Rosario, dinamitera (el poema que dedicó el bardo de Orihuela a la miliciana Rosario Sánchez Mora) y de una evocación de Llegó con tres heridas, esa estremecedora oda a la vida, al amor y la muerte. Pero no tardaron en romper la gravedad del momento con dos vibrantes rumbas flamencas, la ya mentada Maruja Limón de Quintero, León y Quiroga, y Échale limón.

Y tras interpretar La piel y Sombras, pusieron el ventilador rumbero en marcha y la cosa ya no paró hasta el final. Esta parte de su actuación la iniciaron con el primer tema que han grabado en catalán, Vinc amb tu, una rumba catalana sobre la discapacidad, y continuaron después con una descarga rumbera en toda regla para regocijo del entusiasmado y bailongo público. Y así fueron sucediéndose temas como Café, Más de ti (donde se lució especialmente la trompetista Mila González), Tu cuerpo y Olvido. No faltó la alusión a la ascendencia maña de una de las dos cantantes con un tímido esbozo de El Ebro guarda silencio, y se despidieron con el tema que da título a su nuevo disco, "Ante mí, muy conectado a la patchanka de Mano Negra. El bis, muy reclamado y aplaudido, llegó por alegrías de Cádiz con Alguna vez. Y así, ante el alborotado júbilo de un público rendido a sus pies, rubricaron una noche de rumba y sabor.