Cultura

BANFF

Edurne Pasaban: "Sentirte diferente y que no encajas en la sociedad te lleva a automachacarte"

La alpinista visitó Huesca para la proyección del documental "Chhaupadi"

Edurne Pasaban: "Sentirte diferente y que no encajas en la sociedad te lleva a automachacarte"
Edurne Pasaban: "Sentirte diferente y que no encajas en la sociedad te lleva a automachacarte"
R.G.

HUESCA.- Edurne Pasaban se ganó el título de mujer pionera el día que holló el último de los 14 ochomiles (montañas de más de 8.000 metros) hace ya 10 años, convirtiéndose en la primera mujer de la historia del alpinismo que lo lograba. La alpinista visitó el viernes Huesca con motivo de la proyección del documental Chhaupadi, en el marco del Tour Mundial del Banff, que tuvo lugar en el Centro Ibercaja de Huesca. La cinta narra la expedición junto a cuatro jóvenes de una región al noroeste de Nepal de ascenso al Saipal, montaña sagrada a la que las mujeres no pueden subir por ser consideradas impuras al tener la menstruación. El documental visibiliza la discriminación conocida como chhaupadi por la que las mujeres son apartadas de la sociedad y recluidas durante los días que tienen la regla. Dedicada en parte a la crianza, defiende la propia identidad frente al "no encajar en la norma".

¿Cuál ha sido el mayor reto que ha conseguido superar participando en este documental?

-El reto de aquella expedición no era tanto deportivo sino cultural; el visibilizar el problema que tenían unas mujeres en un lugar en concreto. Era poder ayudar a dar conocimiento (de esta situación). Ahora es poder ayudar a unas cuantas mujeres de esa zona a que puedan formarse y que tengan una educación.

¿Cómo es el vínculo hoy con estas mujeres y con el territorio?

-Escalamos con cuatro mujeres, dos de ellas siguen estudiando, otra de ellas tenía una hija y siguió otra vida. Lo que hemos conseguido es que a través de la Fundación, siete chavalas estén estudiando en Katmandú. Ese era uno de los objetivos que teníamos. Si se quiere hacer un cambio en una cultura con unas tradiciones tan arriagadas, lo que no se puede hacer es ir y decir "esto (sus tradiciones) no se pueden hacer". En esa zona tan apartada, encontramos que las ONG que habían ido habían destruido las chabolas en las que las mujeres son recluídas los días en los que tienen la menstruación. Eso es mucho peor, la tradición no se va a romper por eso. Seguirá la tradición y ya no tendrán una chabola sino que tendrán un plástico o un árbol. Queremos explicar que hay otra realidad, que no somos impuras porque tengamos la regla y eso pasa por dar estudios a las mujeres. Esas niñas cuando vuelvan a sus comunidades serán las que hagan cambiar a sus madres, a sus abuelas, a sus hijas y sus amigas, que sean ellas los agentes de cambio.

¿Cómo fue la convivencia y la vida durante el rodaje?

-Una pasada. Fue un vínculo muy fuerte. Una de las chicas, en la tienda del campamento base, duerme conmigo durante toda la expedición, porque dice que yo era como su madre. Ayer mismo me escribió un whatsapp.

¿Cuál fue el intercambio que se produjo en ese espacio construido y vivido entre mujeres?

-El intercambio fue, por nuestra parte, que ellas vean que una mujer a los 14 años decidió hacer su camino. Cuando yo empecé, mis padres, lo vieran mal o bien, me dejaron hacer. Ellas veían "si esta chica lo hace ¿por qué yo no ". En el otro sentido, el intercambio es más egoísta, piensas en cómo pueden vivir de esa manera. Cuanta gente habría que meter a vivir esas situaciones porque creo que valorarían más lo que tienen. Suena a lo de siempre pero es así.

¿Cómo de importante es para usted el trabajo en red entre mujeres?

-Nuestra sociedad en los últimos años ha dado un cambio muy grande. Vamos avanzando en igualdad pero todavía falta recorrido. Creo que pensamos que estamos más adelante de lo que en realidad estamos. Hay muchas mujeres que están tan formadas como los hombres y no pueden llegar a determinados puestos, mujeres cuyo trabajo no es reconocido como el de un hombre; hay algo que está escondido que todavía cuesta mucho. Las cosas que se escuchan de algunos de nuestros políticos, me sorprenden mucho. Me da tristeza. Los hombres y las mujeres somos iguales y veo que todavía tenemos mucho camino que recorrer. No puede ser que en lo que llevamos de año hayan asesinado a diez mujeres. Cada vez que escucho esto me pongo a llorar. Esto no puede ser.

Has reconocido que quizás no estabas preparada para ascender el K2, ¿qué crees ahora que te faltaba entonces?

-Experiencia en montaña. Quizás cabeza. Muchas cosas. Hay que hacerse una autocrítica. El K2 es una de las montañas más difícil de los 14 ochomiles y yo había hecho seis montañas de 8.000 metros antes, sí, pero honestamente aquello no iba en mi lista, pero se me puso ahí.

Has hablado de cómo sentías que no encajabas en la norma. ¿Te sientes reconciliada con aquella parte tuya que quizás no encaje en la norma?

-Sí. Con 31 años caí en una depresión muy grande e intenté quitarme la vida, y era porque yo creía que no entraba en los prototipos de persona y mujer que me estaban pidiendo. Mi entorno decía, "déjate de chorradas, que se te va a pasar el arroz"; una serie de cosas como "a ver si terminas la carrera, te asientas, encuentras un buen marido y te casas". A los 31 años me sentía la oveja negra. Me hacía preguntas y me automachaba, porque eso te lleva a automachacarte, a sentirte diferente y que no encajas en la sociedad. Ahora vivo esto con una amiga de 18 años que también están pasando por esto. Tenemos que creer mucho más en nosotras. Ahora claro que encajo, encajo en la vida que he diseñado para mí.

¿Dirías que la trayectoria de las mujeres pioneras está marcada por la soledad¿

-De las pioneras del alpinismo, bastante. Y también, las mujeres que destacamos por haber hecho algo diferente, es difícil encontrar una persona que encaje en tu horma. Es una cuestión cultural que no hemos cambiado. Yo he estado sola hasta hace cuatro años que conocí al padre de mi hijo. Mis padres por suerte entendieron y no me he sentido sola. En eso he tenido suerte.

¿Que le dirías a la Edurne Pasaban que recién acababa de descender el K2?

-(Carcajada) ¿Qué le diría¿ "Tía, ponte las pilas, y la próxima vez haz las cosas, no mejor, pero sí (sé más consciente) de que te podrías haber quedado ahí y no fue gracias a los colegas que tienes".

En una entrevista en 2018 afirmaste no haber sufrido el machismo en la montaña. ¿Mantienes esta afirmación?

-Sí, de mis compañeros no.

¿En qué momento se encuentra?

-En otra etapa de mi vida, en la que estoy criando a mi hijo. Y tengo dos partes, una la de la maternidad que me dice "no tienes que volver porque te cuesta dejar a tu hijo" y otra que te sale de vez en cuando como una osa que dice "y qué expedición voy a hacer"; en una pelea interna.